Imperial Gran Reserva 1968
Imperial Gran Reserva 1968
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
13,00%
Varietales:
70% tempranillo, 15% garnacha, 10% mazuelo y graciano, 5% viura
Precio aproximado
Precio Aprox:
Más de 100 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.65
/
98
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
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ELABORACIÓN
Permanece durante 12 meses en grandes tinos de madera hasta realizar completamente la fermentación maloláctica y se estabiliza antes de pasar a criarse en barrica. El vino madura durante unos 10 años en barricas semi-nuevas de 225 litros, 70% de roble americano y 30% francés. Según la cosecha se deja descansar entre 36 y 60 meses en los botelleros de los calados de la bodega antes de ser comercializado a principios de los años 80.
MARIDAJE
Pescados blancos en salsas complejas, carnes rojas, estofados, embutidos ibéricos.
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Opiniones de Imperial Gran Reserva
OPINIONES
6

Por fin vamos a abrir esta botella que aguantamos unos cuantos años en la bodeguita. Muy buen nivel de líquido aunque con la etiqueta un tanto deteriorada. Tuvimos la botella en posición vertical los tres días de rigor antes de su apertura. Conseguimos sacar el tapón entero con el abridor de lamas, dejamos respirar por espacio de tres horas y procedimos con su valoración a 18°C.

VISUAL: Bonito color, rojo cereza con notas atejadas y de capa media. Amplio ribete en tonalidades ocres, teja y anaranjadas, dando idea de sus 54 años. Apreciamos dos, tres lágrimas... gruesas, lentas y transparentes. Muy brillante además (92).

OLFATIVA: A copa parada emana aromas de fruta acompotada marcados. Notas de mermeladas, ciruelas pasas y pan de higo, con el puntito de frutos secos. Agitamos y aparecen fragancias delicadas de flor marchita y algo de polvorilla, naftalina, biblioteca, desván y humedad, matices claramente aviejunados. Al rato encontramos especiados de canela y vainilla junto con recuerdos más exóticos de especias orientales, fenogreco y cardamomo. Con apuntes animales, sanguíneos, crin de caballo y cuero curtido, un no parar para las pituitarias. Ahora asoma la arcilla mojada, el tabaco, la caja de puros, la ebanistería fina... qué gozada amigos. También nos viene un puntito trufado de "tartufo bianco" y un recuerdo licoroso de duelas envinadas. Fantástico, un no parar de descriptores, de intensidad media-alta y ojo!!... después de tres horas abierto, como un campeón (97).

GUSTATIVA: Madre de Dios!!, tremendo vinazo, qué pegada que tiene y a la vez qué delicado y sutil se muestra. Alta acidez con un tacto cremoso no, lo siguiente. Puro terciopelo en su paso por boca, con un fondo acompotado de mermelada de fresa y un puntito cítrico a zumo de naranja. Tremenda amplitud, con aromas retronasales a flor marchita y desván. Y el post-gusto...uhmmmmm!!... equilibrado, en todo lo alto, licoroso, con pegada, con los taninos presentes, ligeramente secantes y con cuerpo, maravilloso!. Tocamos el cielo con este vino, es una fruta tan acompotada, tan dulzona, tan amoroso es la palabra... Con recuerdos amaderados muy elegantes, ebanistería fina y maderas exóticas. Por último los especiados de fenogreco y el cuero curtido nos vuelven, con una persistencia de tres minutos y 50 segundos, bárbaro. La elegancia y el equilibrio entre lo frutoso, licoroso y la madera es un auténtico espectáculo... una pasada de vino!!. Comprado en 2016, tras seis años en nuestra bodega, se ha mantenido como un campeón. Hemos disfrutado como niños, sobresaliente alto sin duda (97). Y por supuesto, coincido con Helios con su definición en 2014, "El enterrador"!!! ):

La RCP pese a pagar 61 eurazos por él en 2016 la considero excelente, ya no se hacen vinos como éste...

MARIDAJE: Lo abrimos para acompañar un osobuco con sus papas al horno, y nos lo terminamos al día siguiente con nuestro maravilloso surtido de embutidos y jamón ibérico con queso curado. En ambos casos maridó fantásticamente. Con el osobuco un equilibrio absoluto de apuntes cárnicos y animales por ambos lados, y con el jamón y los embutidos, total armonía con un acertado contraste entre los sabores grasos y especiados del plato y los apuntes frutosos y dulzones de nuestra joya riojana. Inolvidable!!

VIDEOCATA:  https://youtu.be/9qqa8Cd_iPk

Salud-os!!

De color rubí rojizo de capa media-alta, extraído, tapado, muy luminoso. Reflejos grandinos y cobrizos, vivos, brillante. Aspecto extremadamente límpido aunque con un rastro de precipitado en la base de la botella. Borde muy amplio, anaranjado, con marcada diferencia respecto al menisco.

Un bombazo de vino!! Aromas de gran intensidad, potente, profundo, vital, amplio. Se presenta con tostados finísimos, granos de café y un listado interminable de maderas exóticas, piezas de granadillo, chips de sándalo, cedro, aceite de thuja, de linaza. De carácter "palaciego", señorial, a estancias nobles, salón de fumadores, cajas de puros, ceniza, antigua notaría, cartapacios de cuero... Va dando un mínimo de espacio para que se cuele un resquicio de fruta roja escarchada, ligeramente licorosa, con notas especiadas a pieles secas de naranja y un fondo de clavos y pimienta negra.

En boca está rebosante de energía. Intenso, firme, de fuerte impronta inicial, concentrado, acídulo, limpio, fresco, amplísimo. Un vino que nos ha llegado en plenitud, entregado, sin regatearnos nada. Mantiene un espinazo enorme, de una solidez granítica que no le resta tersura ni brillo al conjunto. Resplandece!! Profundamente especiado, sabroso, con mucho punch. Junto a su hermano de 1970 forma un duo insuperable de pintas imperiales, con tanta o más energía que los Viña Real correspondientes. Este vino es un sepulturero: acabará por enterrarnos a todos.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/11/imperial-1968-gran-reserva.html

Es espectacular. De una elegancia sublime, mágico.
Tiene aromas que recuerdan al pimentón, a la madera noble, cedro y especias. Es diferente, muy placentero, dan ganas de pasar de todo y gozarlo. Sale la canela, naranja amarga, arrope, sin pesadez. Luego te mete en el bosque con un recital de hongo y hojas secas, brea y mineral, tierra húmeda. Para hablar a solas en paz con tu espíritu. El laurel manda recuerdos.

En boca no iba a ser menos, es especial y grande, diria que inmenso, vivo, muy vivo, que maravilla. Con una buena evolución (que gusto da pillar un vinazo de 44 tacos armado hasta los dientes, deja en calzoncillos a muchos vinos del momento, que entre nosotros ya nos veremos las caras dentro de 44 tacos) la madera recuerda a los armarios antiguos, al sandalo, ambar, cacao en polvo. Y para rematar la boca esta llenita de fruta fresca y acida, muy viva, parece un vino actual, llama la atención, esta hecho todo un chaval.

Cata realizada en Rekondo junto a la enologa Maria Larrea, dentro de una vertical de Imperiales y Viña Reales.

Rubí intenso, ribetes ligeramente atejados, capa media-baja.

La nariz es un auténtico espectáculo desde el primer momento y sin decaer con el tiempo en la copa. Es intenso y poderoso y nos muestra unos ligeros recuerdos frutales, de fruta licorosa, higos, ciruelas, toques especiados de clavo y nuez moscada, unos mínimos balsámicos y una creciente y elegante gama de terciarios, con maderas nobles, marroquinería, tierra mojada, humus, tabaco de pipa y ahumados. Complejo, poderoso, elegante, fantástico.

En boca sorprende por su fuerza y juventud, pese a haber pasado los 40. Hay acidez, hay esqueleto, hay estructura. Vino fino, elegante, pero con pegada y sabor, de un paso redondo y estructurado. Final largo de especias y frutas maduras, con ese toque de maderas finas tan placentero. Taninos pulidos pero todavía presentes, sin duda es un vino que vivirá más años. Persistente y duradero.

Esta es una de las mejores añadas de Imperial y se nota a la legua. Está salvaje, pletórico, atravesando por un momento perfecto de consumo, se puede decir que es su momento. Confirma algo que ya sabíamos y es que las cuvées clásicas de CVNE (Imperial y Viña Real) son de lo más grande que ha salido de Rioja y por tanto de lo más grande del mundo. Siempre es un placer poder disfrutar de estos vinos. ¡Qué bonito es mirar hacia atrás!

Comienza asustando un poco con esa nota de lata de espárragos que habíamos visto en algun otro vino, pero rápidamente se limpia y sale una buena carga de frutos negros, ciruelas maduras, entre una amalgama de texturas de chocolate (estos postres que estan tan de moda), alguna nota ahumada y recuerdos de su crianza. Bastante sotobosque se intuye al fondo de todo el conjunto.
En boca es un vino jugoso, de estos que beberías sin cansarte, muy elegante y equilibrado, tanino y acidez en su justa medida, con un final fresco y suavemente amargoso. Muy agradable de tomar.

Mostraba unos tonos más ocres en su color, pero una nariz franca desde el principio, intensa y compleja, con abundantes sensaciones de bombones, frutos secos, higos y pasas, hojarasca y un matiz terroso. Una boca apabullante, con buena acidez, estructurada y a la vez equilibrada, largo, inmenso.

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