De color rubí granatoso de medio cuerpo, limpio, translucido. Reflejos rojizos y ambarinos, brillante. Borde amplio, anaranjado.
Rotundo en nariz, de tanta potencia como complejidad. Una de esas botellas que se abren en el momento justo; justo cuando ha llegado a su máximo apogeo después de 40 años en botella. Este Viña Real lo tiene todo. Elegantísimo. Se presenta humeante, nubloso, otoñal, con un amplísimo amplio abanico de terciarios: múrgulas, hongos, sotobosque, hoya de carbonero, tizos de haya, trufa périgord... Tremendo!! Su altura y tensión es desafiante. Va ganando aún si cabe en apuntes de corte mineral, grafito, silex, roca de perdernal. Botella servida a intervalos de 45-60 minutos para ver cómo va evolucionando. Es un auténtico espectáculo. Se va descarnando, descascarillándose de todo artificio innecesario. Sale la más preciosa de las maderas, un tostado de lujo y finalmente, como regalo final, la más fresca y generosa de la fruta roja que hayamos probado. Bendita garnacha que regaba Viña Real!!! Un tortazo en plena cara a todos aquellos que afirmaron en su día que esta uva era un mejillón cebra que había remontado el Ebro hasta llegar a la Rioja.
En boca es la simpleza misma. Entrada sedosa, aterciopelada, inundándonos de frescor y de una sensación de integridad absoluta. Tan amplio como largo, lleno de fruta, sabroso y lleno de vigor, con un apunte de dulcedumbre exquisito (vuelve la garnacha) y un deje especiado. Vinos así hacen soñar y justifican cualquier precio. Por ahí todavía quedan un par de botellas guardadas en el cofre.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/vina-real-1962-gran-reserva.html
Un vino que se conserva de maravilla y de esos que hacen que te enamores de estos viejos riojanos.
Conservaba mas capa de color que el 73, con unos bonitos tonos rubi brillante.
En nariz tremendamente cerrado al principio, poco a poco va asomando un bonito ramillete de aromas sumamente elegantes, fruta roja, rosas secas, alguna nota vegetal, puro, notas iodadas y buena mineralidad.
En boca es donde deja claramente marcado que es un gran vino, tremendamente estructurado, amplio, con un tanino mullido y muy buena acidez, muy largo, el vino esta muy entero.
Aunque se mostraba el capullo de él muy tímido en la nariz, con el paso del tiempo fue a más y más. Con una nariz más confitada y a la vez más terrosa y con toques de hojas secas y ligeros florales, conserva una elegancia que la hace francamente interesante. Pero es la boca donde el vino se me convierte en tremendamente soberbio, con una estructura deliciosa y un desarrollo que va ampliándose por el paladar y dejando un postgusto largo, con un tanino bien presente y equilibrado con esa acidez y pequeña golosidad final. Fantástica elegancia..
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.