De color amarillo intenso, reflejos cobrizos y dorados. No parece de ninguna manera un vino blanco al borde de la jubilación, con más de 60 años a sus espaldas. Ligera sensación de grosor, lágrimas finas, permanentes.

Balsámico, potente, con apuntes de retama, caramelo de miel y eucaliptus, herbolario (tallos de manzanilla, hinojo seco) y suaves apuntes de hierbas aromáticas. Tiene un marcado carácter meridional-mediterráneo que se va imponiendo poco a poco. De fondo gana en presencia de notas a laurel molido, yedra, oreganos, anises estrellados. Necesita de unas horas de aireación para seguir creciendo y dejar ese perfil medicamentoso. Aparece la fruta confitada, escarchados, membrillo, y un rastro de crianza a especias orientales y frutos secos. Complejo, cambiante, diferente, sin expresión de blanco tradicional riojano de larga crianza.

Primera sensación de vino muy seco, algo punzante, casi salino, grueso, maduro, pero sobre todo dominado por una acidez afilada. Hay notas asilvestradas, enranciados y puntas amargosas de gran calidad. Brilla a gran altura este Monopole que aún no ha dicho su última palabra y que sigue jovencísimo. Muy parecido al Monopole de 1952, con esa misma ligereza. Muy grande!!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/08/cune-monopole-1949.html