Botella catada, y recatada junto a buenos amigos como el compañero All i oli (vaya joyita que trajiste macho).

A la vista presenta un precioso y brillante amarillo dorado intenso. En nariz recuerda poderosamente al aceite usado en conservas, mejillones en escabeche, sardinillas en aceite..etc. En boca es pura almendra tostada. Un vivo ejemplo de que una buena materia prima, una buena elaboración y una buena guarda puede obrar milagros.

...Podría ser un buen adjetivo para definir a un blanco riojano que, venido de aquel 1996, no ha dejado de fascinarme desde su primera hasta su última copa.
Una guarda decente y una buena elaboración hacen milagros y, en contra de lo que parecen ser las impresiones para con este vino de otros foreros, me parece a mí que lo que ha hecho grande a esta Viura del '96 es, precisamente, el largo paso del tiempo.

Luce un color amarillo oro viejo bastante brillante.
Nariz interesante; donde prima antes lo complejo que la intensidad. Eso sí: rica en matices; bien definida. Orejones, almíbar suave, no excesivamente dulce. Fruta escarchada. Al tiempo, notas lácteas (chocolate blanco elegantísimo de fondo). Buena asociación con la barrica. Buena crianza...
En boca, obviamente no es ni explosivo, ni bruto. Pero si resulta muy agradable. Aparece más sostenido y firme de lo que a priori, y con el paso del tiempo llevado a cuestas, pareciera tener. Puntas amables de frutos secos. Graso y untoso a partes iguales. Buen recorrido en boca. Lógicamente, hay ya poca acidez; pero la que sigue con nosotros, nos acompañará hasta el final del trago.

Tengo disponible una última botella. Otro último (posible) momento de placer blanco riojano que llevar a la copa.
Si ésta segunda, se nos presentase igual como poco que esta primera, agradeceré a Cune el poder haber disfrutado tan a gusto de su vino; esa pequeñita porción de Rioja Blanca...