Color negro profundo de ribete amarillento y capa alta.

Intensidad media baja, super tímido, apagado en el inicio, notas dulzonas de fruta negra, vainillas, cocos, canelas, regaliz negro, ciruela negra seca. Bergamota, leve cítrico. Parece un px viejo, café. Muy buena nariz y de gran profundidad. Muy buen equilibrio de todos los aromas. Complejo, didáctico y de locos!!

Boca suave, apoteósico también, cuerpo frutal altísimo para ser un 52, muy por encima del 66, acidez perfecta, voluminoso, muy muy equilibrado, paso sedoso, tanino maduro y terciopelo,  fondo largo, complejo  y mantenido de fruta madura, especias, tostado y caldo de carne. Larguísimo en aromas y acidez. Un 10 se lo merece, tremendo!!!!.  

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta. Enorme limpieza.

Intenso y complejo en nariz, dando todo desde un primer momento y sin decaer en copa. Notas de flores secas, fruta roja en licor, ligeros ahumados, piel curtida, tabaco de pipa, especias más hacia nuez moscada y clavo, un marcado fondo mineral de grafito, hojarasca y bosque umbrío, en fin, un vino que sorprende por su limpieza y definición, sin defectos.

En boca destaca por su acidez y profundidad, vino redondo y con peso, con esa garra de los Viña Real de la época, siempre más angulosos que los Imperiales. En plena forma, directo y sustancioso, dejando impronta del gran año que fue el 52 en Rioja, con un final de especias y frutas en licor y un tanino que todavía se hace sentir. Persistente.

Una gloriosa botella de Viña Real en excelente añada y en plena forma, mostrando peso y limpieza, un vino muy disfrutable y sobre todo muy grande, que deja la impronta de una época de esplendor en CVNE. Junto con el 64 quizá el mejor Viña Real que hemos probado y un Rioja legendario, de los que hacen época.