Día grandioso ante esta joyita riojana, un Viña real reserva especial de 1954, 69 añitos a cuestas. Diez años de crianza en barrica como mínimo y entre 4 y 8 años en botella antes de salir al mercado, una auténtica barbaridad. Nuestra botella presenta un buen nivel de líquido, menos de 2 cms por debajo del tapón. La abrimos con el abridor de lamas y salió enterito, un corcho largo, compacto y tintado en un 100% de su longitud. Lo dejamos respirar por espacio de dos horas y media antes de proceder con su valoración a 18°C.

VISUAL: Precioso color, muy limpio, rojo picota y de capa alta, increíble como ha aguantado. Presenta un ribete amplio en tonalidades atejadas, ocres y naranjas. Se aprecia una escasa lágrima gruesa, lenta, densa y transparente, como una cortina más bien. Qué pasada su aspecto!! (99).

OLFATIVA: Tras casi tres horas abierto muestra aromas dulzones de fruta en compota, mermelada de fresas, arándanos maduros y uva pasa, aderezados con un recuerdo a melocotón en almíbar. Tras agitar la copa asoman los inconfundibles especiados de canela y vainilla, Rioja pura en toda su extensión. Recalcar que la fruta sea la protagonista con su edad, alucinando nos tiene. Enseguida percibimos algo de montebajo, romero en concreto, así como notas aviejunadas, un puntito de arcilla húmeda, fúngicos de boletus, polvorilla, armario cerrado y desván... Qué maravilla!!, pura delicadeza... dulce es un sabor, pero así huele, a frutosidad azucarada. También encontramos algún herbáceo de te negro y elegantes terciarios de cacao y tabaco rubio, impresionante nariz. Ahora asoman especiados exóticos de nuez moscada y fenogreco, de café torrefacto y con los recuerdos de la madera perfectamente integrada, un fondo de ebanistería fina, sutil y delicada. Intensidad media-alta y descriptores muy bien definidos, elegancia absoluta, buuuuffff.... (98).

GUSTATIVA: Por Dios!!, descomunal acidez, potente, nadie adivinaría su edad, tremendo!!. Licoroso, corpulento, amplio y con una acidez que nos deja perplejos. Paso por boca dulce, con los taninos perfectamente pulidos, con esas notas avainilladas a flor de piel y con la fruta en sazón muy presente. Licoroso, suave y contundente a la vez. En retronasal encontramos flores marchitas y avellana tostada, mientras que el post-gusto persiste frutoso, fruta en compota muy clara y apuntes fúngicos de trufa negra. Es un no parar, qué complejidad amigos. Aparecen balsámicos de gran frescura (eucalipto), un puntito de coco y de nuevo los terciarios de chocolate negro y tabaco. Qué grande, cómo se disfruta amigos!!. Se nos cierran los ojos del gusto... Licoroso, potente, con la fruta en primer término y con la madera como nexo de unión entre el amplísimo gamut de sabores. Esto es un vinazo, rozando la perfección (99). Buen nivel de líquido, gran corcho y ese color alucinante auguraban algo grande y así ha sido. Nunca dejaremos de sorprendernos de la longevidad de estos viejunos riojanos... inolvidable, los pelos de punta!!. En el top 3 de lo probado hasta la fecha, sin duda.

La RCP pese a costarnos 49 euros, la considero excelente pues los vale con creces.

MARIDAJE: Abrimos la botella con un rack de ternero en masala. El siguiente día acompañó unas alubias pintas con magro, y nos lo terminamos con un pantagruélico Porterhouse steak de 1 Kg al tomillo con all-i-oli. Destacaremos este último maridaje, sabores frutales y amaderados en absoluta armonía con las notas cárnicas, sanguíneas y herbáceas del plato, qué barbaridad de vino y que disfrute poder saborearlo amigos. Lo recordaré toda mi vida.

VIDEOCATA:  https://youtu.be/CRa1-bm7izw

Salud-os!!

Color rubí con tonos teja poco evolucionado, sorprendentemente joven para los casi 60 años que tiene.
Nariz algo menos expresiva pero aún franca y frutal, grafito, finos cueros.
En boca muestra una acidez tremenda que te hace salivar, elegantísimo, mineral, muy largo.
Un vino muy vivo todavía, con potencial, parece eterno. Una deliciosa sorpresa.