Si comienzo diciendo que es una sorpresa valenciana lo primero es pedir perdón por mi ignorancia. Esto del vino cada día se complica y aunque uno presuma de tener pocos prejuicios, algunos siempre quedan en el subconsciente, y cuando dices que pruebes un cava de Valencia, encima rosé, y encima de pinot noir... En fin, que nos ha encantado, es diferente a otros que he tomado estas navidades que son más simples y dulzones. Este nos acompañó toda la comida (dos botellas cayeron, luego tuvimos que seguir con un tinto) y a poco que nos supo. Sensacional, burbuja fina, limpia, aroma singular, corcho que delata el degüelle recién hecho... Qué grande es este país que se encuentran cosas como esta. Me recuerda a algunos champanes pero a mitad de precio, claro. Un hallazgo.

Rosita intenso con burbuja fina y poco constante.

Nariz franagante con citricos y frutos rojos por encima de algo de bolleria lejana.

En boca tiene entrada algo debil, con carbonico muy liviano que deja paso a un cava goloso, equilibrado, recuerdos de fruta roja y fresa, acidez bien integrada que deja un buen sabor de boca, persistencia media y encima pide más.

Muy rico.

Color rosáceo pálido, con reflejos asalmonados.

En nariz es un deleite, con sus levaduras, sus notas de bollería, sus tostados, sus frutos secos garrapiñados, sus atisbos florales, sus cítricos... y sus chuches.

Y en boca es adictivo. Cremosos, sabroso y estructurado. Burbuja amigable. Sabe a cerezas maduras, incluso caramelizadas, perfumado con flores blancas. Pero nada perturba ni se muestra en exceso. Es suave, elegante, armónico.

A mi juicio, uno de los mejores, si no el mejor, cavas valencianos.