De color rubí rojizo de capa media-alta, algo más claro que el Viña Turzaballa de esta cosecha. Limpísimo, sin precipitados, brillante. Reflejos ambarinos y cobrizos, refulgente. Borde amplio, atejado, marcado respecto al menisco.

Mucha presencia inicial, enérgico, efectista, abierto, repleto de un torrente de fruta negra y roja que sobresale sobre un apocado fondo de tostados cremosos de los que sacan un tímido amago de duelas envinadas. Hay apuntes de regaliz, balsámicos, café quemado, carbonilla, que van perdiendo fuelle al ir tomando aire. Se abre y se suaviza, más especiado, con notas dulzonas a tabaco rubío y membrillo, cereza en licor, cuero, vainilla, hasta enmbrumarse en térreos y ahumados.

En boca mantiene la estructura de hace unos años, concentrado, seco, denso sólido, bien tramado. Aún no ha acabado de integrarse del todo pero en vistas de su marcada acidez parece que tendrá tiempo para hacerlo. Los taninos presentes, vivos, y una madera de calidad que aún no se ha solapado a esa fruta licorizada. Sabroso, lleno, amplio, enérgico. Una buena propuesta de gran reserva por parte de Ramón Bilbao que ponía el contrapunto perfecto al ultra clásico Viña Turzaballa que ha dejado de elaborar la bodega. Valdrá la pena esperar unos años antes de volver a probarlo.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/ramon-bilbao-2001-gran-reserva.html