Rojo picota oscuro, intenso, con ribete almagre, capa media/alta y destellos teja ya bastante aparentes. En esto, parece un vino con más crianza.
Una lágrima media bastante teñida, que parece, sin embargo, de su edad esperada.
Nariz especiada y a caja de puros, seria, luego aparece cierta fruta negra madura, con un fondo leve a repollo y con mineralidad (mina de lápiz).
En boca entrada muy potente, cálida y abierta, pero muy suave al paso, . Serio. Algo alcohólico. Luego aparece importante astringencia en paladar, que en ningún momento molesta, bastante amargor en posgusto, jalea de fruta negra, buena acidez, longitud importante. Al apurar la copa comienzan a notarse pan de Higo y algún cacao. La verdad es que me parece un vino interesantísimo en boca que es estupenda, aunque en nariz es algo mate.
En resumen me parece serio, carnoso, largo y diferente.
Tiene un regusto que me recuerda a Monastrell.
Desde luego muchísimo mejor que el Rioja Altos Ibéricos convencional.

De color rojo picota de capa media-alta, ribete entre rubí y granate y lagrima densa que tiñe abundantemente la copa.
En nariz se aprecian aromas de fruta negra madura, tostados y ahumados muy presentes, balsámicos potentes, ciertos recuerdos vegetales, especias dulces...
En boca tiene una entrada potente, golosa, licorosa, con una correcta acidez y unos taninos aún muy marcados, postgusto bastante largo, muy especiado y con cierta dulcedumbre de fondo.
No es mi perfil de vino.

Lo he rematado algo más de 48 horas después de descorchado para la virtual del martes.

Ha sido en la cena de hoy jueves.

Me quedaban 150 ml aproximadamente en la botella.

Lo tapé con un vacuvin motorizado que me compré (una virguería friki, pero bueno), al frigorífico y sin esperar gran cosa lo he sacado 30-45 minutos antes de cenar.

El vino, contra pronóstico, muy bueno hoy.

La nariz mejor, más integrada y redonda, sin signos de oxidación (como suele ser característico en la inmensa mayoría de vinos, no a las 48-50 horas, si no ya a las 24 horas y más si quedaba poca cantidad de líquido en la botella).

Y la boca mucho mejor. Menos tánica, menos agresiva, más elegante y pulida, el alcohol se notaba menos, la fruta se percibía (curiosamente) más y, en general, un vino un escalón por encima en sedosidad y amabilidad que lo catado hace algo más de 48 horas.

Esto me hace reafirmarme en la opinión que vertí al respecto de que este vino mejorará bastante con 1-2 años más de pulido en botella (y, en ése caso, supongo que al descorche reciente ya estará mucho mejor).

No puntúo, sólo añado información.

Color rojo granatoso bien vivo, ribete violáceo con una suave tonalidad granatosa, capa tirando a alta y fina lágrima medianamente tintada. A copa parada el vino se muestra discreto y bastante tímido pero se van percibiendo notas ahumadas acompañadas por una fruta roja madura y suaves especiados en granos. Al agitar la copa el vino se muestra bastante intenso con una fruta madura predominantemente roja (ciruelas y frambuesas) y suaves pinceladas de fruta negra que recuerdan las moras y los arándanos, los tostados de la barrica presentes pero sin despuntar, notas lácteas muy finas, los balsámicos bien frescos con recuerdo de regaliz fresco, frescos mentolados que van ganando terreno junto con la fruta a medida que el vino se va abriendo, notas especiadas que dan paso a unas agradables notas vegetales que son más suaves que las clásicas que nos muestra la Cabernet Sauvignon, toques alcohólicos que refrescan el conjunto, monte bajo fresco y un suave fondo de tierra fresca. Buena entrada en boca con una astringencia media que se diluye suavemente, buen recorrido con ligero nervio y muy sabroso, la fruta roja predomina de nuevo sobre unas moras frescas y jugosas aportando un ligero matiz dulzón que contrarresta los tostados de la barrica aún por integrarse, taninos vivos pero nada molestos, buena acidez, especiado y un suave amargor que recuerda el grano de café y que le da algo de carácter pero no consigue aportarle el toque de complejidad que necesitaría en boca, de media estructura y algo estrecho, toques alcohólicos que hacen que su persistencia sea bastante larga. Final bien largo, postgusto de fruta roja fresca y retronasal muy ahumado.

Más información en: www.elvi.net/2015/09/29/altos-ibericos-parcelas-de-graciano-2011/

Botella elegante, y corcho de calidad, poco teñido.
Color picota intenso capa media-alta. Ribete granate. Lágrima densa.
En nariz a copa parada aromas a pimiento verde y algunos tostados. Al agitar copa aparecen también notas licorosas y especias dulces. La fruta escondida.
En boca taninos marcados per no desagradables, notas herbáceas, algo de fruta, pero el predominio son los aromas terciarios, muy marcados.

Aún siendo una variedad que pocas veces aparece sola, me ha gustado este vino, creo que es un buen trabajo.

Vista: Limpio, brillante, de color rojo picota con ribete granate y destellos violeta, capa alta y densa lágrima con bastante arrastre de color.
Nariz: De buena intensidad, franco y con cierta complejidad. En primer lugar predominan los aromas terciarios, notas tostadas, ahumadas y de tabaco rubio. La fruta es acompotada y de tipo negro, sobre todo. Se percibe la calidez del vino y aparecen sutiles toques herbáceos, cárnicos y de jabón de tocador con olor a flores violetas.
Boca: Esta es la fase que más me ha gustado del vino, de hecho, he probado bastantes monovarietales de Graciano que eran "poco humanos" y este es ... estupendo. Intenso y cargado de matices pero todos con una moderación y conjunción encomiables. Un monovarietal de esta variedad que merece ser catado.
y dicho esto yo lo describiría:
De buena entrada, al principio moderada y con cierta sedosidad, pero que rápidamente se abre y produce una auténtica explosión de sabor. De buen cuerpo y estructura, amplio, enérgico. Los sabores tostados y frutales también mantienen un buen equilibrio. Sus taninos están presentes pero son pulidos, dulces y bien integrados. Tiene buena acidez y un final que resulta largo, rico y sabroso.
Es un vino seco pero que su graduación alcohólica hace aparecer en algunos momentos con cierta melosidad y dulzura.

En resumen, un vino monovarietal de Graciano de bonito color, nariz intensa y de cierta complejidad y que a pesar de su energía, rotundidad y fuerza en boca es capaz de hacerse entender y de poderse beber ya que casi todas sus "potencias" mantienen un equilibrio importante. Es posible que con un poco menos de crianza y dando un mayor impulso a la fruta, fuera aún más ...
En fin, ... me ha gustado. Por supuesto entiendo que es un vino que necesita ser acompañado de platos consistentes.

Siempre me ha interesado la Graciano, desde que hace ya muchos años, escuchaba a los enólogos y bodegueros utilizar la variedad como si fuera pimienta negra en la cocina.
Y cuando hay oportunidad de catar monovarietal de graciano, no lo dudo.
Creo que Torres ha hecho un trabajo excelente. El vino aún requiere un poco de botella, y con 15 grados es un poquito salvaje, pero con frio se domestica.
tiene una capa muy alta, vino casi cubiero, salvo por un menisco violáceo que refleja vibeza y juventud.
La boca es de buen paso, con taninos domados, y con un paladar amargoso muy gastronómico.
La nariz resulta cerrada, pero deja pasar las notas herbáceas, muy definidas en esta variedad.
Un vino que no aburre, y que deleita en copa, comiendo y catando.
Gracias Torres, gracias Verema

La verdad es que este graciano de Torres me ha sorprendido gratmente para las expectativas que tenía.
Color muy uniforme de capa media alta, con toques glicericos.
En nariz es balsámico, fruta negra, madura, especiad, torrefactos, maderas finas y tabaco algo herbaceo.
Cuerpo y volumen en boca, cálido, goloso, buena acidez aunque algo justa, potentes taninos y con la madera bastante presente.

Diseño de la etiqueta, elegante por su sencillez. En fase visual, muestra un color picota con capa alta y ribetes violáceos, limpio. En su fase olfativa me evoca un cierto aroma a pimiento verde. En la fase gustativa, para mi la más importante, suaves tanino y alcohólico. Mejorará con el tiempo en botella. Me ha gustado bastante.

Mi primer graciano, que por lo que veo, es una uva complicada de vinificar y tratar. Y me ha gustado, me ha parecido interesante y fresca en este caso!

Botella con una etiqueta elegante, pero falta de información, que contiene un vino rojo picota de capa media alta, bastante alta, un ribete violáceo, con toques granatosos y una lágrima densa que tinta la copa. Muy intenso, parece más joven, según mi percepción.
Buen corcho, de calidad y poco bañado.
La nariz es la parte que más me ha gustado, con fruta negra fresca, balsámicos, herbáceos, especias que surgen al principio, luego notas de pan tostado, ligeras especias dulces acompañan a la pimienta negra. La fruta con el tiempo se mantiene, fresca, jugosa.... pero los vegetales y balsámicos se desperezan cada vez más. Es una nariz potente, pero que no satura, con unos cueros ligeros y unas especias picantes más potentes. Me parece un vino más fresco, más joven de lo que me había parecido. Aparece clavo, notas minerales y el alcohol parece bastante integrado y más tarde toques de monte bajo, tomillo...

En boca es frutal, pero más secante, sápido, con una pimienta más marcada de lo que me pensaba. El alcohol que no he encontrado en nariz se me ha hecho más presente en boca. Con la oxigenación, se va suavizando poco a poco, porque al principio me ha parecido durete, redondeándose el tanino.

En mi caso me ha parecido menos frutal que en nariz, pero con el tiempo tiene un mejor paso, en el que las especias y unos taninos que se dejan acariciar ahora, han estado presentes. Buena acidez y un vino de trago peligroso! Postgusto muuuuuuy largo.

Está hecho un chaval y te pide sangre a gritos!
Es un vino gastronómico, que necesita un punto de frescura para que los amargores y las especias sean menos duras y los taninos sean menos duros. Es intenso, secante, con personalidad, pero goloso, fácil de beber, atractivo... Muy peligroso!
Sí que se le augura un buen futuro, sí señor.

La pimienta está muy presente, no sé si será típico de la variedad.