De color rubí granatoso de medio cuerpo, bastante más capa de la que se podía esperar de un vino con su edad. Reflejos ambarinos y granadinos, borde atejado, amplio, con gran diferencia con el menisco.

Nariz balsámica y poderosa, algo agresiva y descontrolada al acabar de abrir. Aparecen aromas de monte mediterráneo (salvia, té de roca, retama de olor, cornejo, fenugreco) seguido de una batería de notas reductivas a cuero, barnices, animal, crin, ceras, regaliz Zara, mentolados (eucalipto), resina... Decantado durante una hora para que respire y se suavice. Asoma una barrica finamente avainillada, con tostados cremosos, granos de café, pimienta negra, clavo, duelas envinadas y un rastro de fruta roja licorosa.

En boca tiene una correctísima acidez, frescor y buena estructura a pesar de los años; todavia por pulir alguna arista. Sabroso, especiado, con taninos maduros, lleno de finos amargosos y notas de cacao puro, café qUuemado, regaliz, tostados. Todo él desprende una ligera sensación de rusticidad que no liga con la imagen del Mas La Plana actual. En todo caso, un vino que se bebe con enorme facilidad, descarnado, sin artificios. Se mantiene vivo pero carece de esa extraordinaria finura del Gran Coronas 81: el mejor Gran Coronas producida hasta la fecha por la familia Torres.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/07/gran-coronas-etiqueta-negra-1964-gran.html

Color evolucionado de buena capa con tonos ocres y menisco atejado. En nariz se muestra fino y terciario con notas de café, especias como canela y regaliz, duelas envinadas, notas finas balsámicas con la fruta presente en el fondo. En boca tiene un ataque fresco y sedoso con una magnífica acidez que vertebra el conjunto, cuerpo ligero, buena fruta, muy equilibrado y placentero. Una grata sorpresa y un ejemplo del buen hacer y la tradición de los vinos y bodegas con historia.