Botella bordelesa de vidrio muy grueso y de gran peso, de vino de altos vuelos, cápsula granate muy oscuro con la insignia de la bodega, etiquetado clásico de este vino con muy buena información sobre el mismo: variedades (Tempranillo, Garnacha, Mazuelo y Graciano) así como crianza (28 meses con un 80% francés y un 20% americano).

Corcho de gran calidad, largo y grueso que sale entero con sacacorchos de dos tiempos, no muy bañado en vino rojo granate oscuro casi picota por el interior salvo por algunas zonas, de unos mm a 1 cm. Tiene algunas manchas verdosas blancas por enmedio que parecen como algún tipo de hongo pero que al vino como veremos no le ha afectado en absoluto.

Sacado de vinoteca a 14ºC y abierto casi 3 horas antes de tomarlo pero sin decantación: simplemente sirviendo en copas amplias Lehmann Jamesse Grand Rouge.

Visual

Picota oscuro con reflejos granatosos de capa media-alta, ribete granate-transparente con levísimos toques atejados, limpio (salvo levísimo poso al final), brillante y de buena lágrima, fina, abundante y de lenta caída.

Gran presentación, etiquetado, cápsula, corcho y visual que parece de un vino 5-6 años más joven del que tenemos delante. (9,75)

Nariz

De gran intensidad desde el inicio con fruta negra madura (moras y ciruelas) compotadas, resinas de pino por doquier, especias dulces, regaliz, herbáceos, tostados finos de excelente roble, chocolate negro y cacao, toffee, ahumados, potentes balsámico-mentolados, mineralidad, mina de lápiz, laurel, clavo, recuerdos de algarroba y leves amielados (estos dos últimos descriptores cuando lleva ya hora y media o más en copa).

Gran nariz en intensidad y complejidad. De vinazo: por variedad, intensidad y definición de aromas. (9,45)

Boca

Ataque potente y contundente pero seda pura a la vez; sabroso, seco, frutalmente maduro pero a la vez con gran frescura, acidez muy buena, volumen medio-alto, densidad media plus, gran cuerpo y magnífica estructura y esqueleto de vino.

El paso por boca es una pasada, voluminoso en su justa medida, fácil de beber, equilibrado, magníficamente bien integrado en todos sus componentes, de taninos aún notables pero ya aterciopelados y dulces. Redondo aunque en plenitud y donde aún se percibe juventud a pesar de su edad.

El final es de gran longitud con fruta negra (moras) compotadas casi en sazón, especias, regaliz, un punto tostado-ahumado, mineral, mentolado y resinoso en un postgusto y retronasal espectaculares.

La boca está levemente por encima de la nariz. Vinazo a sus casi 16 años. (9,55)

Costaba en su día unos 25€ aunque, en mi caso, de oferta pude sacar dos botellas por 22,50€ la unidad. RCP espectacular incluso si me hubiera costado, como ahora mismo, cerca de 28€/botella. Valor seguro.

Rojo granate, capa alta, tinta la copa. Nariz de buena intensidad, atractiva y frutal, alcohol fragante, regaliz, vainilla, balsámicos, tabaco, fruta negra, pimienta, canela, cassis, concentración y frescura. Tanino fundente, frescura en boca, largo y amplio, equilibrio, estructura, persistencia. Invita al trago.

Le cuesta abrirse, si bien se expresa a través de los terciarios como tarjeta de visita. Armonía entre la crianza y la fruta. Madera noble, café, humus, muy balsámico y fresco. Al final resurge la fruta negra.

En la boca se muestra entre seco y dulce, tanino marcado, necesita tiempo. Surge la fruta negra con poder, es potente y persistente. Con acidez que le da vida.

Encuentro el vino en una fase de silencio, de reposo, necesita tiempo para mostrar y entregar todo lo que este vino encierra.

Catado durante el encuentro Verema.

Rojo picota de capa media-alta, sin atisbos de evolución en el menismo, limpio y brillante.
Intensidad aromática media-alta, ligeras notas frutales con predominio de los tostados, lácticos y notas terciarias, tabaco, cuero fino. Es elegante en nariz.
En boca es sabroso, carnoso, de buen cuerpo, algo terroso, con buena acidez, recuerdos a tostados y de trago medio-largo.

Clásico, como en otras añadas, lo que esperaba de él. Un poco caro, sobre 25 €, según están las cosas pero no fallas con él.

Me pareció de un picota oscuro. La nariz es compleja con aromas frutales entrelazados en un trasfondo que evoca al cuero, quizá por momentos a la ceniza. En boca inunda el paladar con su buena materia (y su buen espìritu). Hay cuerpo y elegancia, elegancia sobre todo. Final persistente. Una invitación a beber una y otra copa, la cual desde luego es aceptada sin pensarlo.

Muga tuvo su momento cumbre; luego la moda pasó por Riberas, y ahora lleva unos pocos años que remonta por adaptación a nuevas formas que pide el mercado y está recuperando tronío.
Color rubí, limpio, capa media-alta, con lágrima con buena persistencia. En nariz con buena intensidad se aprecia predominio de frutas sobre madera pese al tiempo de envejecimiento (en mi opinión es un acierto), vainilla justa, especias y balsámicos finales. En boca muy interesante, redondo, equilibrado, aterciopelado, buena intensidad y con final persistente.
Un buen y moderno rioja con un buen precio (23 €).

De un rojo picota, de capa media, aromaticamente me recuerda a los tipicos riojas, fruta roja, vainillas, especas dulces, fresas, algo de lacteos, roble cremoso, muy rico. En boca mejor que en nariz, carnoso, elegante, especiado, fruta roja, equilibrado, buena persistencia y acidez.

En nariz predomina la fruta roja, fresas y frambuesas, acompañan notas de humo y ceniza, al agitar la copa no hace mas que reavivar la fruta, a pesar de permanecer nada menos que 28 meses en barrica esta casi pasa desapercibida, si acaso algo de barniz.

En boca destaca una acidez muy viva, mas de lo que me gustaria en estos momentos, esto aporta gran frescura al trago, sin olvidar la presencia siempre de la fruta roja, que no abandona la copa en ningun momento, en boca lo encontré mas especiado.

Esperaba un Muga mas terciario, y me he encontrado todo lo contrario, fruta muy viva.

Buena elección la de este Muga el cual algún comensal no había probado, y no fui yo el que lo eligió, a pesar de que sabia que era una acierto total y alguien pensó en el típico clasicismo riojano como acompañante de la comida, pero nunca más lejos de la realidad salvo por encontrarse un vino extraordinario que evidentemente y como los grandes vinos de la zona, se muestran ejemplares.
En nariz es una joyita enológica, con buena complejidad, elegante, muy buena carga frutal acompañado de notas de frutos rojos en licor, balsámicos, lácteos, torrefacto, compotas, finos tostados y madera aromatizada.
En boca tiene muy buena entrada y buen potencial, se muestra especialmente amable y goloso, totalmente redondo, de paso aterciopelado, equilibrado, buen esqueleto y de los que te invitan a seguir bebiendo, con buen recorrido.
Fantástico vino que me invita a subir nota.

Tremendo caldo.
Clasicismo monje
CApa alt y glicerismo, tanicidad alta.
Seleccion especial pero por los....es mejor que el muga normal
Canela, PX , ciruela, toffe en nariz, muy goloso,...gran vino por Dieux.
Es exquisito en boca, cuerpo volumen, paladar algo 4/8 de astringencia,....pero es tanico, y me gusta.
Sabores de cafe torrefacto con flores, potente en boca global y sabor de frutas y flores silvestres totales en postgusto esta vez hiperbolico de longo