De color rubí muy claro, de capa baja, translúcido, brillante. Reflejos ambarinos y granadinos, sin asomo de precipitados, límpido. Ribete amplio, atejado, apenas diferente del interior del menisco. Grueso, dotado de lágrima, permanente.

A primer golpe de nariz saltan todas las alarmas: estamos ante algo grande!!! No hay duda, sólo consenso. Un Muga de espíritu otoñal, profundo, tan seductor y elegante como pueda llegar a ser un grandísimo Rioja del 73. Mantiene toda la pureza de fruta sobremadura (madroños, granadas, grosellas rojas) apuntalada sobre perfume de la más fina de las reducciones. Un cajón de sastre en el que se entremezcla tabaco de pipa, un pupurrí de pimientas molidas, colmenillas secas, caramelos de violetas, trufa, musgo, cuero ruso y una nada habitual mescolanza de fondo que recuerda a hojas de banchá, abacá, fibras de yute. Lleno de personalidad, de una calidad a prueba de dudas!!!

Al probarlo su aparente fragilidad, esa falta de materia colorante, se transforma en solidez y equilibrio. Firme y discursivo en todas sus fases: acariciante al tacto, vibrante en boca, finísimo al paso, de una duración y permanencia que cuesta creer. ¿Rioja clásico? Sí, pero con algo más que los Prado Enea del mismo periodo. Aúna contundencia y ligereza. Fresco, envolvente, tan liviano como concentrado, sabroso, de gran personalidad.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/02/conde-de-haro-1973-gran-reserva.html