Tenemos entre manos uno de esos viejunos al que le teníamos ganas. Vino de larga crianza tanto en barrica como en los calados de la bodega. En total unos 10 años desde la vendimia hasta la comercialización, algo impensable en estos días por desgracia. Comentar que solamente en la contraetiqueta se cataloga de "Gran Reserva". Pero vamos al tema. Abrimos la botella y dejamos respirar por espacio de hora y media antes de su cata. Tapón que nos dio un poco de guerra con el abridor de tijeras estándar aunque al final lo conseguimos sacar. Corcho tintado al 25% de su longitud y muy compacto. Catamos a 17°C.

VISUAL: Presenta un color rojo cereza, cristalino y brillante, de capa media con un amplísimo ribete teja anaranjado (85).

OLFATIVA: A copa parada es una delicia aromática con notas de mermelada de frambuesa y apuntes florales de rosas marchitas. Al agitar nos regala perfumes herbáceos de hierbabuena y menta, regaliz, fúngicos de trufa negra, balsámicos de eucalipto, especiados de vainilla, pimienta y fenogreco y como no, una extensa pátina de terciarios: duelas envinadas, caja de puros, cacao, maderas finas (cedro y roble) y recuerdos de ebanistería. Alucinante la gama aromática de este vino, compleja y por si fuera poco de alta intensidad, con los matices esculpidos en piedra, perfectamente definidos. Excepcional nariz, riojana hasta el alma (97).

GUSTATIVA: En boca está hecho un adolescente, gran ataque, alta acidez con mucha presencia de fruta roja pese a sus 37 años, alucinante. Los taninos dulces y suaves como algodón de azúcar proporcionándole un tacto sedosito muy elegante, de gran vino. Estructurado y ensamblado de modo magistral, la madera y la fruta fundidas en un solo ente. En retronasal percibimos de nuevo aromas frutales, notas avainilladas y recuerdos balsámicos que le proporcionan un retrogusto muy goloso, de lo más amable. Su persistencia increíble, casi cuatro minutos en todo lo alto sin perder intensidad en ningún momento. Por Dios, qué vinazo nos hemos encontrado. Con vida por delante al menos 10 años más sin pestañear, quizás 20... no me extrañaría. Reliquia riojana que te deja pasmado, pura elegancia y equilibrio, viejuno de los que impresionan, maravilloso!! (96).

La RCP fue excelente. Obtenido en subasta por 16 euros hace dos años. Chollazo de verdad.

Nos lo tomamos en tres ágapes distintos. Con un plato de macarrones con chorizo cuencano al orégano, después con dos filetes de res con tomillo, champiñones y verdura salteada y por último con un plato de jamón y embutido ibéricos con queso curado de oveja. Destacar el maridaje con los filetes, apuntes cárnicos, notas balsámicas y especiados en una maravillosa simbiosis. Por supuesto con el jamón, los embutidos y el queso curado de oveja fue otra experiencia alucinante, pura armonía con nuestro vino sedoso y a la vez contundente. Suficiente acidez y sobrado caracter para doblegar los potentes sabores del embutido y del queso. Goce absoluto con este viejuno, vinazo en toda regla.

Salud-os!!