Hoy vamos con otra joyita riojana. En este caso hablamos ni más ni menos que de un Prado Enea GVA 2006, palabras mayores. Abrimos la botella y la dejamos respirar por espacio de una hora. Lo metimos un momentito en la nevera y alcanza los 17°C para su valoración. Tapón de longitud media, tintado 2 mms desde su base y muy compacto.

VISUAL: Impresionante color rojo picota de capa media-alta con un ribete en tonalidades cereza y reflejos ocre y teja. Bastante brillante presenta una lágrima escasa, densa, lenta, gruesa y transparente (93).

OLFATIVA: Intensidad pasmosa, con fruta acompotada por doquier, mermelada de ciruelas, compota de moras y con un puntito tostadito marcado. Agitamos y aparecen especiados de canela, vainilla y nuez moscada. También asoman herbáceos de montebajo (tomillo) y por supuesto esos aportes terciarios tan riojanísimos, cacao en polvo, tabaco inglés, duelas envinadas y roble perfectamente definido. Magníficos tostaditos, con un toque de té negro intenso y con un golpe de chocolate negro de nuevo, rico, rico. Intensidad brutal y muy complejo (93).

GUSTATIVA: Madre mía, pegada tremenda, acidez descomunal, con los taninos muy marcados pese a sus 16 años, otorgándole una  gran estructura al vino. Con mucha vida por delante. Paso por boca licoroso y con notas especiadas en el retronasal de canela y vainilla. Post-gusto corpulento, de alta extracción, con gran cantidad de fruta en el paladar, todo un desfile: mermelada de mora, ciruelas pasas, compota de frambuesa y coulís de fresa. El roble poco a poco asoma desde atrás, de modo que la madera cobra protagonismo pasito a pasito, lo cual no es de extrañar con la crianza que tiene. Qué mas decir... obra de arte, con un mínimo de 5 años más para alcanzar su clímax aunque parezca mentira. Tras 16 años, a mí me parece todavía en fase ascendente, increíble vamos (94). Otra joya riojana.

La RCP atendiendo a los 36 euros que pagamos por esta botella me parece muy buena, los vale.

MARIDAJE: Abrimos la botella con un suculento Porterhouse steak de 1 Kg con patatitas al horno y all-i-oli, en genial compañía además. Nos la terminamos al día siguiente con nuestro habitual surtido de queso curado, embutidos y jamón ibéricos. Vinazo con la personalidad necesaria para lidiar con la imponente pieza de res, apuntes sanguíneos y cárnicos totalmente armonizados con las notas frutosas, licorosas y amaderadas de nuestro magnífico gran reserva. Con el queso y los embutidos ni te cuento... Indescriptibles ambos maridajes amigos, para llorar de placer ):

VIDEOCATA:  https://youtu.be/ioRJikWhMEQ

Salud-os!!

Color rojo cereza de capa media alta, poca evolución de color con lo que los atejados no salen mucho.

  Nariz intensa donde predominan los aromas de fruta roja en licor, aromas de vainillas muy marcados, ligeras notas de cuero limpio. Aromas florales y especiados. La crianza aporta aromas de tabaco negro y regaliz. Interesante nariz.

  En boca tiene la acidez marcada ( normal ), menos fruta que en nariz y menos licorosa, es sabroso. Con taninos pulidos y dulces, especiado. Recuerdos de tostados, sensaciones de chocolate negro. Final largo y especiado, algo goloso.

Qué voy a descubrir de este vinazo que no se haya comentado!!! Está redondo, perfumado, delicioso...

En nariz te lleva a esa Rioja clásica, a esas cuevas y túneles llenos de toneles, de magia, de vida... Esos aromas de grandeza, de fruta en licor, chocolate, tostados, especias, cuero, tabaco, vainilla, pimienta, madera, flores, balsámicos y mentolados, regaliz, una suave cáscara de naranja... Es un espectáculo, porque la nariz se abre como una bella flor que tiene en sus entrañas la magia riojana.

En boca tiene duende, embrujo... y fruta licorosa, amargores y acidez de libro, taninos domados, pero demostrando que han tenido un buen nervio, fruta roja, notas licorosas, especias, tostados, madera fina, vainilla, café y magia!!! Y además un postgusto eterno que te lleva a la tierra, a la vid, a la esencia.

Muy bueno y con potencial de guarda, pero menos que la añada 2004 y 2005 a mi parecer. Está ya más redondo.

Ha perdido algo de frescura frutal, pero sigue expresando su carácter clásico y su potencial frutal . En boca se afina y dulcifica, ya lo estaba, ahora más.

La verdad que no me sorprendió, esta bodega trabaja muy bien los vinos que elabora.

Tiene un color rojo picota con ribetes anaranjados aunque todavía se le nota con muchísima vida e intensidad de color. En nariz sale esa Rioja clásica, aromas florales, con notas de fruta roja en licor, bombón de chocolate en licor, aromas a marquetería y caja de puros, es un vino muy elegante, muy complejo y que es un placer disfrutarlo en el transcurso de unas 3 horas hasta que se haya abierto bien. En boca tiene un tanino suave, rico y con esa acidez típica de Rioja que tanto gusta, está muy equilibrado y tiene un postgusto larguísimo. Me ha encantado, añada 2006 (10 años) y con potencial para seguir dando guerra otros 15 años más, ¡sensacional!.

Color picota capa media. Ribete virando levemente a teja.
Intensidad media en nariz, muy fino. Fruta roja con madera perfectamente integrada, tostados, regaliz, vainilla.
En boca en muy buen momento, sin ninguna arista. Buena acidez, taninos suaves.
Muy buen vino.

Es un gran vino, que va mejorando con el tiempo, muy equilibrado, sabroso y agradable. Frutal y fresco. Desde sus aromas a frutas y tostados y su sabor a fruta madura, tostados y especias nos da una sensación muy agradable, que ya ha perdido la pequeña astringencia y resulta de los más elegante.

Interesante, demostrativo de que algunos vinos de aquí también pueden seguir creciendo con años y dar buen nivel de frutalidad. Fruta muy presente, cerezas, frutos rojos, cerrado al principio, se abre progresivamente mostrando su elegancia, cueros que dan paso a toques especiados, maderas de matorral. Paso en boca casi perfecto,equilibrado

Como siempre los Prado Enea son equilibrados, agradables. Clásicos en su mejor estilo, frutal y fresco. Este sigue este planteamiento. Color rojo picota oscuro con ribete granates. En nariz aromas de frutas del bosque, tostados finos y bien integrados, especias y hojas del bosque. En boca entra muy bien, algo dulzón y cierta astringencia, fruta madura, tostados, taninos fino y delicados, especias y largo en boca. Un gran vino como siempre.

Prado Enea ha sido un ejemplo en demostrar que se puede hacer un vino de corte muy clásico con frescura frutal. En esta añada lo bordan. Aromas terciarios , que esperas y que no se muestran excesivos, pero sí muy presentes,se acoplan a una fruta fresca y madura sobresaliente. En boca es liviano, pulido, intenso, equilibrado y largo. Con vida por delante