Habíamos comprado un par de botellas de este vino para guardar, pero tuvimos la suerte de poderlo probar en una comida de trabajo a la que fuimos invitados. Nos abren la botella 20 minutos antes de servirnos, sacada de la vinoteca a 16°C.
VISUAL: Viste de color rojo picota de capa alta, intenso, con el ribete rubí deslumbrante, precioso. Lágrima abundante, esbelta y transparente (96).
OLFATIVA: A copa parada nos embelesa con sus potentes aromas frutales acompotados. Al agitar surgen especiados de canela y pimienta negra acompañados por frescos herbáceos de montebajo (tomillo), regaliz y zarzaparrilla. También encontramos apuntes balsámicos que nos recuerdan al after-eight. En la pátina terciaria notas de cacao, cuero curtido, tabaco inglés, duelas envinadas y notas del roble. Evidentemente sus 48 meses de crianza tienen que asomar. Bárbaro en intensidad y complejidad (94).
GUSTATIVA: Nos lo llevamos a la boca y quedamos alucinados. Tremenda acidez con unos taninos bastante dulcificados. Vino sedoso, redondito, lácteo, corpulento y carnoso a la vez, elegante y equilibrado mostrando virtuosamente cómo se debe ensamblar fruta y barrica. En retronasal predomina la fruta madura y las especias, con notas terciarias de cacao y recuerdos amaderados. Pese a su larga crianza entre barricas y botella (7 años) está en plena fase ascendente. Le calculo unos 5 años más para llegar a su clímax y otros 15 o 20 en todo lo alto. Lo tiene todo para lograrlo. Tremendos estos "nuevos" Prado Enea, increíble la añada 2.009 e incluso mejor ésta 2.010. Vino para degustar con calma y si lo guardamos unos añitos, mucho mejor (95).
La RCP la dejaremos en buena. Últimamente ha subido su costo desafortunadamente y cuesta sobre los 45 euros. Se trata de un vino sensacional pero antaño se podía encontrar a precios mucho más razonables.
MARIDAJE: Lo maridamos con un plato de jamón de bellota "5 J´s" de entrante y con un suculento entrecotte a la brasa de segundo. Con el ibérico para qué contar... Tremenda combinación la del grasosito jamón con el frutoso y lácteo vinazo. Y con la carne más de lo mismo. Las notas animales y sanguíneas pedían a gritos este caldo con apuntes amaderados y tostados. Armonía absoluta y tremendo goce. Gracias Joaquín por este detallazo.
Salud-os!!
Como siempre, Muga Prado Enea es un Gran Reserva clásico, con potencia, pero de forma delicada, sutil y agradable. Tiene un color precioso color rojo cereza y capa intensa. En nariz aromas nítidos a fruta bien madura con especias. En boca, aparte de su potencia es fresco, sedoso, muy elegante. Es un vino muy delicado e intenso. Tiene un final contundente muy persistente y con recuerdos tostados. Un gran vino, excepcional, a pesar de su juventud y sabiendo que mejorará con el tiempo.
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