Rioja Alta Gran Reserva 904 1970
Rioja Alta Gran Reserva 904 1970
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
12,50%
Varietales:
70% tempranillo, 20% graciano, 10% viura.
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.39
/
97
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
9,5
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ELABORACIÓN
Una parte de la tempranillo proviene de los viñedos propios más viejos ubicados en subzona de la Rioja Alta, principalmente de los municipios de Ollauri, Rodezno y Cenicero. El resto de la mazuelo y graciano de las fincas Melchorón I y II de Briones y Rodezno. Una pequeña parte del ensamblaje era comprada, después de una selección de uvas de los mejores majuelos de los productores locales, con la condición de contener el azúcar suficiente para producir un 12% de alcohol como mínimo y sin mezcla de uvas blancas. Selección de uvas a su llegada a la bodega. Permanece durante 12 meses en los grandes tinos de roble centenario fundacionales de la bodega, de madera gris, donde completa la fermentación malolática y se estabiliza. Criado en barricas de roble americano de 225 litros durante un mínimo de 72 meses, con un total de 9 trasiegas manuales para eliminar los posos y oxigenarse levemente. Un mínimo de 42 meses de guarda en botellero antes de ser comercializado.
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Opiniones de Rioja Alta Gran Reserva 904
OPINIONES
8

Pues hace tres años y medio que colgamos la última valoración de esta maravilla riojana, recién llegados a Ecuador. Veamos esta botella qué tal pues tiene el nivel de líquido un cm por debajo de los hombros y eso nos tiene preocupados. Intentamos abrir la botella con el abridor de lamas pero la parte inferior del corcho se nos quedó adherida al cuello de la botella. Al final pudimos retirarlo por completo sin que cayese corcho al líquido. Dejamos respirar por espacio de 1 hora y media y servimos a 18°C.

VISUAL: Precioso color rojo picota de capa media-alta con una ligerísima turbidez. Ribete amplio en tonalidades teja anaranjado (92).

OLFATIVA: Decir que tras hora y media aún encontramos fragancias rancias algo desagradables por lo que decidimos esperar un par de horas más. Transcurrido ese tiempo el vino ha cambiado olfativamente para bien por fortuna. A copa parada emana aromas minerales de arcilla mojada y fúngicos de trufa negra. Al agitar el líquido hay notas viejunas a desván, alcanfor, saco viejo, cuadra, crin de caballo, hojarasca húmeda y apuntes sanguíneos. A continuación encontramos especiados de fenogreco y clavo así como variados recuerdos terciarios a cuero curtido, duelas envinadas, chocolate negro y tabaco de pipa. Probablemente está en su límite pues si duda el aire que ha entrado lo ha hecho evolucionar prematuramente. Todavía se intuye un sutil tufillo rancio de fondo, pero débil, ya no molesta. De intensidad media-alta y con una enorme complejidad (91).

GUSTATIVA: Ahora bien, en boca es la re-leche!!!... mantiene una monumental acidez y una tremenda amplitud, mucho mejor que la anterior fase, brutal!!. Presenta una cierta carnosidad, untuoso y con los taninos maravillosamente dulcificados. Tacto suave y sedoso, muy amable. Vino de gran estructura, corpulento y muy vivo, enérgico diría yo o "con mala hostia" que diría el maestro Helios. Retronasal con recuerdos a guindas en licor, apuntes especiados y fúngicos pero todo acompañado con una marcada presencia de la barrica. Su longitud es inaudita, algo más de cuatro minutos de intensa persistencia con un post-gusto amaderado y terroso de mucha personalidad. Tras cada sorbo deja claro que se trata de un vinazo de una gran añada y de una excelente bodega. Esa acidez es electrizante, qué barbaridad amigos, cómo se mantiene en el paladar, tremendo vinazo!. Creo que ha sido un acierto abrir ya esta botella pues en nariz nos estaba avisando pese a que en boca ha sido colosal... gracias Baco!!!! (97).

La RCP fue excelente. Conseguí dos botellas en Enero de 2014 por 23 euros cada una, increíble. Nos queda ya solo una, la de mejor nivel hemos guardado.

MARIDAJE: Nos ventilamos nuestra botellita en tres ágapes. La estrenamos con una escudella catalana con virutas de paletilla ibérica de bellota. Espectacular combinación, sabores grasositos y animales perfectamente compenetrados con las notas fúngicas. En la segunda ocasión lo tomamos con un arroz caldoso de langostinos, corvina y sepia. Alucinante el maridaje, la sedosidad del vino y sus notas especiadas armonizaron deliciosamente con los apuntes marinos de nuestro caldoso. Y por último, cómo no!, nos la terminamos con nuestro recurrido surtido de ibéricos. Para llorar amigos cuando maridas estas joyas viejunas, tan redonditas y con esa corpulencia con los intensos sabores cárnicos de un enorme plato de ibéricos... Madre de Dios!!!

Salud-os!!

Color muy caoba con ribete ladrillo tenue con leve aparición amarillo-verdosa, capa media.

Intensidad media alta, no parece un rioja sino que parece un oloroso, leve pasa, caoba, mueble viejo, chocolate, mentolado, disfrute pleno. Ciruela negra, fruto seco de avellana y cacaos tostados, parece nocilla, fondo de oloroso permanece, caramelo cocido. Huele más a Jerez con el paso del tiempo, avellana muy marcada.

Boca suave, está perfecto, tiene acidez, fluidez, estructura frutal, entra como ciruela y sale como regaliz y chocolate  en el final, toque algo salino, volumen y buen recorrido, sedoso, tanino aterciopelado, super largo, vinazo!!!!!!, Redondez y elegancia plena. Boca ajerezada con el paso del tiempo en boca!!!

La maravilla de la evolución, aunque no parece un rioja!!! Extraordinario e inolvidable!! Un estilo muy diferente.

Volvemos con esta delicia de vino, a disfrutar de las cosas bien hechas, de las joyas de la Rioja. Estamos llegando al final de nuestro primer trimestre en Ecuador y a punto de volvernos de vacaciones para España. Como siempre nos guardamos las botellas "especiales" para el final. Vamos a ello:
Tenemos una botella con buen nivel de líquido, a la altura de la base del cuello, y la hemos tenido de pie las últimas 48 horas. Nos atrevemos a abrirla con el abridor de tijeras y felizmente conseguimos que el tapón salga integro, de una pieza, calidad óptima del tapón sin duda. Un buen augurio. Le damos su tiempo, dos horas, y realizamos la cata a 18°C:

VISUAL: De color rojo ladrillo, atejado. Con el ribete muy evolucionado hacia anaranjado. Turbio y de capa media. Lágrima densa y transparente. Su color y turbidez son las "arrugas" que delatan su ancianidad.

OLFATIVA: La verdad es que es maravilloso enfrentarse de nuevo al disfrute de un vino así. En nariz nos indica que estamos ante algo grande, transportándonos a un tiempo pasado. A copa parada apreciamos de nuevo esas notas de monte bajo, a romero y tomillo. Al agitar se convierte en un torbellino de aromas pero muy ordenados, dándose paso unos a otros. Se percibe aún la fruta roja en sazón, notas de frutos secos, avellanas y ese característico olor que percibo en cada botella a pan de higos secos con almendras. Seguimos con la "tocha" en la copa, ensimismados, y nos deleita con unos sutiles toques de eucalipto y toda una serie terciaria, cuero ruso, tabaco de pipa y chocolate negro. Una vez más expresa una mineralidad brutal con recuerdos a arcilla húmeda. Y al final, por increible que parezca, sigue devolviendo notas frutales acompotadas, ciruelas e higos. Sí señores...después de 45 años y la fruta ahí sigue. De intensidad media-alta, perfumando la sala. No defrauda, una delicia en nariz, emocionante, un vino trascendental.

GUSTATIVA: En boca es una perfecta muestra de lo que un buen vino debe atesorar. Opulencia, carnosidad, suave en su paso por boca, una acidez descomunal, los taninos pulidos y una redondez impactante. Realmente sorprende porque es algo inusual el poder observar en un vino ese tacto aterciopelado y a la vez esa amplitud en boca con tan impactante acidez. Como dije en mi anterior cata de hace un año, es un gigante, un titán... Y vamos con el retronasal...que maravilla!... su magnífica crianza aporta notas de duelas envinadas y al momento nos aparecen sabrosos recuerdos especiados de pimienta negra y canela así como notas frutales a moras y frambuesas. El final es de nuevo amaderado dando fe de su pasado, lenta simbiosis del vino y el roble. La persistencia es una barbaridad, unos cuatro minutos y medio, un monstruo. Es un vino que realmente conmueve, impresiona y de qué manera. Son joyas riojanas que hay que apreciar en toda su magnitud y sobre todo...perpetuar para el recuerdo estas maravillosas sensaciones.

Como ya dije, excelente RCP por el precio que pude conseguir. La verdad es que no tiene precio... Le mantenemos la nota...y por muchos años...este vinazo parece eterno.

Nos atrevimos con el primer arroz caldoso de marisco en Ecuador para maridar tan suculento néctar. Una suavidad en boca que jugueteó con los aromas del marisco, unas intensidades aromáticas similares que hicieron que el maridaje fuera una experiencia fabulosa. Qué placer catar este vinazo (otra vez)!!
Adjunto fotos de la cena en comentarios.

Esta es la última botella de vino español que nos queda antes de nuestras vacaciones de Septiembre. Hemos dejado para el final a la estrella del equipo, un Rioja Alta Gran reserva 904 de la gran añada de 1970. La botella presentaba un nivel fantástico, sin pérdidas. Sin embargo el corcho, tan solo con tocarlo con el abridor de lamas, se deslizó hacia abajo, cayendo en el líquido. Lo decantamos y lo catamos tras una hora de aireación a 18°C.

VISUAL: Posee un color rubí bastante atejado, de capa media, sin apenas diferencia con el menisco y de ligera turbidez. De lágrima muy transparente y densa. La intensidad del color algo inferior que la de otros vinos de la misma añada, quizás por ese porcentaje de viura que lleva. A tener muy en cuenta que el vino tiene una buena cantidad de poso. Manejar con cuidado y recomendable tener 24 horas de pie la botella antes de su apertura, como mis maestros "veremeros" me han recomendado, vamos.

OLFATIVA: Al principio se muestra algo tímido, con una intensidad media, presentando a copa parada notas herbáceas de tomillo de monte e indicios de tabaco de pipa. Al agitar ... madre mía!! ... se abre como un libro, como si estuviera ansioso por mostrar el sinfín de secretos organolépticos (perdón por el palabro) que celosamente guardaba embotellado. Aparecen cueros viejos, notas de café, de pimienta negra y clavo… evolucionando constantemente. Ahora es el turno de la madera, y es que más de seis años de crianza en barrica tienen mucho que decir. Se nos presenta aportando fantásticas notas ahumadas e incorporando cierta mineralidad, tinta china, tierra húmeda, piedras de rio, aderezado todo con un recuerdo licoroso de guindas. La fruta no se muestra en demasía aunque se encuentran unos sutiles recuerdos de pan de higo con almendra. Las sensaciones finales son especiadas, de canela y vainilla, armonizando el conjunto. La verdad, un sin parar de fragancias en nariz, abrumador. Un bouquet digno de esta grandísima bodega y de los mejores tempranillos riojanos. Una maravilla.

GUSTATIVA: El paso por boca es delicado, amable y sedoso, “amoroso” diría yo… pero al instante se muestra como lo que es…un GIGANTE…de titánica estructura, con una potentísima acidez mantenida intacta pese a sus 44 años, prodigioso!!. Vino redondeado donde los haya, con los taninos domados y un cuerpo robusto y aterciopelado a la vez. La simbiosis de la fruta y la madera es digna de culto, que maravilla!!. Ahora sí se aprecian notas frutales, a moras negras muy maduras y de nuevo esos higos secos. El retronasal es un tanto licoroso y especiado, con el tomillo, la pimienta y la vainilla muy presentes. Al final, se aprecian notas de flores marchitas y sugerentes terciarios de cuero, tabaco y madera, ese roble que lo redondea todo. La persistencia es interminable, de más de tres minutos. Un vinazo de verdad, redondez, suavidad y robustez, un vino para recordar.

De sobresaliente alto, fantástico, y lo mejor…que queda alguna botella más. Por la acidez que presenta a buen seguro aguantará unos años a buen nivel creo yo.

La RCP fue excelente, conseguí estas joyas por 22 euros la botella.

Lo maridamos con una paella valenciana en la India, je,je…con sus “bajocones” y todo. Es lo que nos pedía el cuerpo con tal exquisitez de vino, una despedida parcial grandiosa. Disfrute y goze para el recuerdo. Genial este 904 del 70 !!!

Pd: Dejo unas fotos colgadas en un comentario…

  • En copa

    En copa

  • Paellita y 904....

    Paellita y 904....

  • Rioja Alta 904 GR 1970

    Rioja Alta 904 GR 1970

Color rubí marronoso, de capa media-alta, muy estable. Parecido al 904 de 1970. Hay un ligero precipitado en la base de la botella, muy fino, con el que hay que ir con cuidado. Reflejos cobrizos y anaranjados, lágrimas amplias, con mucha sensación de grosor. Ribete atejado, estrecho.

Se presenta algo tímido, sin excesos, discreto, suavemente licoroso y ahumado junto a una nota perfumada que recuerda a pétalos marchitos, clavo molido y una finísima nota vegetal. Ésta no para de crecer, poco a poco, hasta revelar un perfil varietal de tempranillo muy puro, profundo, que a momento se ve enmascarado por una retahíla de maderas envinadas, térreos, hojarasca, tabaco de pipa Virginia, semillas de linaza, cedro. Clásico y reconocible: un 904 de manual!!

En boca es todo lo contrario a lo esperado, a lo visto hasta el momento. Vivo, con mucho peso y presencia, aunque fresco y con una cierta ligereza en el pasoque lo hacen muy adictivo. Estructurado y clásico al mismo tiempo, menos rocoso que el 64. Se encuentra en un momento de consumo espectacular y parece, a diferencia de otras cosechas, haber llegado a su momento álgido. Tiene una acidez del todo integrada en el conjunto y unos taninos de lujo, aterciopelados, grasos. No esperaría mucho para ir disfrutando todo lo que nos puede dar en estos momentos.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/11/la-rioja-alta-904-gran-reserva-1970.html

Color rubi con reflejos anaranjados y ribete teja, poco evolucionado en color para su edad, lagrima gruesa y densa, brillante.

Profundo bouquet dominado por la fruta (grosellas), notas trufadas, hierbas aromáticas, toques minerales que aportan complejidad (grafito, tiza), café tostado, cacao, todo de gran intensidad y limpieza.

En boca se muestra muy clásico, especiado, con un poderoso núcleo tánico que no le priva de una estructura sedosa, con una sabrosidad imponente, final larguísimo con toques terrosos y minerales de calidad, elegante.

Vino que no defrauda en esta renombrada añada, sobresaliente muy alto.

Rubí con ribetes atejados, capa media-alta. Ligeramente turbio.
Nariz con intensidad, algo sucia en un inicio pero que poco a poco mejoraba en la copa. Notas especiadas, maderas viejas, ahumados, animales, cueros. Con el aire iban apareciendo los recuerdos de frutas licorosas, herbáceos, cacao y tabaco de pipa, con algunos atisbos de frutas muy maduras y tierra mojada. Complejo y muy reconocible.
En boca destaca por su acidez y su viveza, parece un vino en plena forma y perfectamente accesible en estos momentos, redondo, con elegancia, se bebe de maravilla. Final largo donde vuelven los recuerdos terrosos y especiados, con un tanino fino y perfectamente integrado y dejando una buena persistencia.
No cabe duda de que hablamos de una referencia de las importantes en Rioja y un vino que ha llegado en plenitud de forma a esos 43 años. Botella muy bien conservada y corcho perfecto, salió bien y a la primera, pocos posos y una cierta turbiedad. Una gran referencia y una botella de las buenas.

Rojo rubí con marcado ribete teja, un tanto apagado y falto de brillo.

La botella se abrió sobre la marcha, con lo que el vino se mostró al principio poco franco en nariz, predominando las notas de madera vieja. A la media hora, el vino ha cambiado y empieza a revelar una paleta olfativa más compleja, cuero, tabaco, fruta bien madura. Un rato más tarde ha vuelto a evolucionar, mostrando notas más licorosas, pimienta negra… tipicidad de Rioja viejo de los grandes.

En boca está muy entero, sabroso, especiado, con un toque balsámico, sostenido en una magnífica acidez, elegante y fino, bastante largo.

Un magnífico ejemplo de gran rioja clásico. En estos vinos tan viejos, cada botella es un mundo, pero creo que no me equivoco si digo que esa acidez mantendrá el vino vivo algunos años más sin problema.

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