Un clásico que se renueva cada año.

De color cereza tendiendo a teja con ribete naranja y capa baja.

Nariz muy compleja con notas de buena evolución, volatil, notas férricas, carnosas, compleja ebanistería, licores y sobre todo especias de muy diversa procedencia.

En boca sorprende desde el principio su finura, elegante, delicado, complejo, lleno de matices en su paso y sobre todo muy largo. Siempre una delicia con su aire clásico lleno de complejidad.

El otro gran vino de la cata junto a 2005, quizás incluso mejor. Los registros referidos hasta la saciedad se muestran pletóricos y efusivo. Un boca deslumbrante. Y salió al final..

El más clásico de la cata de Riojas de la añada 2011, pero el más delicado y el que más pistas nos dió para llevarnos al destino de la cata.

Creo que poco más se puede añadir de este vino, quizás que destaca por su acidez que alargará su vida en una gran añada,los terciarios son de una gran calidad, la fruta recuerda las moras y las grosellas, los taninos son sedosos y pulidos y el final es fresco y balsámico.

Y vamos con el cuarto y último vino de la cena de Nochevieja con cuatro parejas de grandes amigos en nuestra Colla del alma. Abrimos la botella y la dejamos respirar durante una hora antes de proceder con su valoración a unos 17°C. Corcho impecable, largo, compacto y tintado apenas 1 mm desde su base.

VISUAL: Mantiene un color rojo cereza de capa media, brillante y con un amplio ribete en tonalidades rubí-atejadas, con muestras de cierta evolución. Presenta abundante lágrima, esbelta y transparente (86).

OLFATIVA: Tremendo en nariz. Todo un compendio de aromas aflorando con descaro. Fruta roja y negra en compota, matices vegetales, especiados variopintos de canela, vainilla, nuez moscada y pimienta blanca, coco, guindas en licor, balsámicos de regaliz y eucalipto mentolado, pelo animal y apuntes sanguíneos, desván, hojarasca húmeda, cuero curtido, mineralidad, grafito, tabaco inglés, para terminar con notas amaderadas y licorosas que nos recuerdan a las duelas envinadas. Apabullante en nariz, tremendamente expresivo, con una complejidad pasmosa y de intensidad media-alta, brutal!! (97).

GUSTATIVA: Entrada potente, con la acidez muy marcada y con unos taninos pétreos que auguran un largo recorrido. Paso por boca intenso, de cuerpo medio y con la acidez latente. Amplio y sabroso desprendiendo aromas retronasales balsámicos y especiados fundamentalmente. Post-gusto con los taninos protagonistas en un inicio, dando paso a notas de mermeladas de fruta roja con frescos apuntes de after-eight. Al rato percibimos ese toquecito mineral a mina de lápiz complementado con ciertos recuerdos "aviejunados" de desván y flor marchita, para terminar al igual que en nariz con esa mezcla de madera, fruta y licor en perfecta armonía, pero de gran intensidad. Me parece que le falta algo más de tiempo para domar un poco esa espectacular acidez y afinar los poderosos taninos que actualmente atesora. Obviamente son dos armas infalibles para evolucionar magníficamente y perdurar decenas de años en botella. Muchísimo que decir en el futuro y por suerte nos quedan dos más (92).

La RCP sabiendo que conseguimos tres botellas por 38 euros cada una y viendo su potencial, la calificaré de muy buena.

MARIDAJE: Acompañó el plato fuerte de la velada. Un magnífico Capón de Cascajares relleno de foie, orejones y piñones. Fantástico maridaje, apuntes cárnicos, grasos y frutosos en absoluta armonía con las notas especiadas, balsámicas y licorosas de nuestro vinazo. Qué gran velada y qué grata compañía. Volver a casa y poder disfrutar de estos momentos con los amigos del alma no tiene precio. ¡¡Feliz 2022 amigos!!.

Salud-os!!

Picota con borde que todavía no llega al teja. Capa baja, limpio y brillante.

No ha hecho falta ni decantar: desde el primer momento los ricos matices fluyen de una manera nítida: fruta roja y negra, regaliz, cedro, toques punzantes, tabaco de pipa, algún matiz animal y piedras.

En boca es un vino fluido, que ya se bebe a las mil maravillas. Apuntes similares a los que ya hemos descrito. Madera y alcohol integrados perfectamente, gran acidez.

Final largo.

Una botella como la copa de un pino. Un 904 delicioso, por el que apuesto que acabará convirtiéndose en uno de los grandes de esta Casa emblemática.

Elegante color granate con ribete atejado, de capa media. Carácter de vino fino (fine wine) con una fruta evolucionada (guindas en licor) que ya juega un papel secundario, pero esencial, en un conjunto complejo, donde dialogan los lácticos, con mentolados y regalices, caramelo tostado cueros ligeros, mina de lápiz, hoja de tabaco…

La fantástica acidez marca su origen. Franco y hecho para perdurar. Crece mucho en boca y despliega más complejidad. Evoluciona en copa, con aromas de chocolate blanco y especias más definidas y algo de flor. Muy rico.

Rojo cereza de capa alta y ribete granate de irisaciones pardas. Nariz recia y riojana, con aromas de frutillos del bosque en confitura sobre notas especiadas, tostadas, de tabaco y hojarasca. Hay vegetalidad unida a la frutilla del bosque, con ese carácter que le da pinceladas minerales de tinta china, notitas de sangre y a la vez toquecitos de piracina y pimienta, sobre un suelo de hojarasca y tierra negra de bosque umbrío. Salen los cueros recién curtidos, notas de tela de matel viejo de hule y baul de cuero viejo. En boca es rico, sápido, amargoso, ácido, evolución donde la fruta se vuelve más pochadita dejando su impronta más madura y fluida, con notas por vía retronasal masculinas y vegetales evolucionadas. Posgusto de fruta con hueso y donde el vino da un brinco de mineralidad y hueso de fruta ( melocotón y ciruela ) posando una astringencia tánica que deja su sequedad. Es un vino de corte clásica, pero con fuerza, acidez, frescura y tanidad por domar. La botella en las próximas décadas lo va a elevar sin lugar a dudas hacia el estadio donde estos vinos están predestinados a llegar, que no debe de ser otro que el baile eterno con los nobles terciarios. Un vino pendiente de evolucionar.

Una de las mejores añadas que recuerdo, sin descomponer la figura y fiel a su estilo inconfundible. Hay poco que describir, porque todo está escrito ya. No sólo de esta añada , sino de las previas. Los registros son similares y las diferencias , sutilezas. la cuestión es que las sutilezas de este 2011, lo convierten en una de las mejores añadas por elegancia, finura y equilibrio.La fruta , la madera , el tabaco , la canela y la acidez ..lo de siempre , pero en esta añada rozando lo sublime. Muy rico¡¡¡

Garnet with a terracotta edge, medium bodied with long slow legs.

In aspect it appears an old wine.

On the nose vegetal, that certain touch of venerable age, perfumed, red fruits, floral (carnation), a little leather.

By contrast there is nothing of age in the mouth, it is a youthful wine with fruit jam, preserved cherries, notes from the crianza, creamy, balsamic, tobacco, leather. Good long finish .

Color granate centro teja, terracota de capa media baja.

En inicio y más como un recuerdo nos muestra un aroma de cierto carácter viejuno. Fruta confitada, sazonada, con alma roja (cerezas y granada) y armazón negro (moras y ciruela). Perfumado, clavel, cueros limpios, ligeras notas de madera envinada, especias como la pimienta y el clavo, tabaco turco y un rasgo final vegetal que da frescura al conjunto pues aún cuanto mi descripción va en esos derroteros, el vino está vivo y radiante, nada pesado, es fino, elegante, con un buen peso frutal, tan expresivo y claro, como contundente.

En boca me da la razón, es fresco, se presagiaba, tiene cuerpo y ligereza, el tanino se quiere agarrar, sale su carácter y alma noble. Acidez fina, tramada y cómplice, hace sentir más a la fruta y al rasgo vegetal fresco. Retienes todo el conjunto especiado es una réplica de la nariz. Un vino delicado y con contenido, lo paladeas, sale su fondo y su historia a cada sorbo.