De color rojizo granatoso de capa media-alta, oscuro, tapado. Nada que ver con la claridad del 890 de 1981. Reflejos cobrizos y ambarinos, brillante. Borde amplio, anaranjado, con marcada diferencia respecto al exterior del menisco.

Nos habían avisado que este vino necesitaría de una dosis extra de aireación para salir del letargo embotellado en el que se había sumido. Dicho y hecho: 7 horas sin el corcho, respirando a duras penas, y seguido con atención (tomando muestras) para ver si se despertaba. A partir de la cuarta hora comienza a dibujar un fino esbozo de tostados, cueros, balsámicos muy suaves, casi mentolados, hojas secas, granos de café, que acaban en una lección de humedales y todo tipo de notas térreas. De gran calidad, en gran cantidad, bordeando pero sin alcanzar una unidad total. Desprende la sospecha de necesitar más botella.

Muy sápido en boca, concentrado, doliente por su extrema acidez que parece estar fuera de control pero que encuentra su acomodo en un conjunto que se amplifica sin fin gracias a una osamenta que sólo tienen los grandes colosos riojanos. Más enérgico que potente, de un vigor pausado que empuja y refresca, lleno de fruta roja jugosa que se recrea sin fin en nuestros paladares saturados. Además sabe exquisito: muy puro, integradísimo, con unos taninos de lujo. Tiene la fuerza de un gran vino del 82 y lo que te rondaré!! No se puede puntuar más alto por que tardará un mínimo de 20 años en ser quien debe ser. Este 890 es un gran reserva que hace honor a la bodega que lo ha parido. No le falta nada. Cuando acabe de integrarse será imbatible.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/02/la-rioja-alta-890-gran-reserva-1982.html

Rojo rubí, ribete ligeramente atejado, capa media.

Nariz intensa y compleja que va ganando poco a poco a medida que entra en contacto con el aire. Frutas rojas muy maduras, especias, maderas nobles, balsámicos, animales, marroquinería, hierbas aromáticas, bosque umbrío, hojarasca, una serie fúngíca y térrea, incluso recuerdos ahumados. Una maravilla para recrearse.

Pero es en boca donde esperamos a estos vinos y donde esta botella nos ha encantando. Rico, redondo, fino, largo, con una acidez salvaje y fresca, dotado de una estructura como para seguir evolucionando varias décadas más. Tanino fundido e integrado y final de especias y ahumados. Buena persistencia. Redondez absoluta.

Gran Reserva 890 es uno de los grandes vinos de La Rioja y emblema absoluto de su bodega. En esta fantástica añada es ahora un vino extraordinario, grande, delicioso en boca donde muestra una redondez y una elegancia sublimes. Hoy día continúa siendo uno de los mejores clásicos, pero en estas añadas míticas posee un aura de vino legendario. Puro disfrute.