De color picota con reflejos violáceos, capa media/alta.
La nariz es de media intensidad con notas de fruta roja y negra madura, sensaciones licorosas y especias.
En boca el tanino está presente, cierta astringencia acompaña su paso en el que percibimos café, cueros y otros terciarios. Amargoso y de media persistencia.
 

Rojo rubí con ribete granate de capa media, limpio y brillante. Evolucionado.

Con buena intensidad aromática en nariz; con frutas maduras (fresas, moras) en licor y con notas balsámicas, especiado, regaliz, resina, pimienta negra, de café tostado, cuero y caramelo. 

En boca tanino suave, café, cuero, especiado, cacao, caramelo y cafés. Todavía a medio integrar a con final amargo.

Rojo picota con tonos teja.

Aromas de especias, cedro, conífera, pimienta negra, aromas que van apareciendo en sucesión. Muy clásico.

La boca es ligera, amable, sin complicaciones. Fácil de beber.

Rojo cereza de capa alta y ribete granate con irisaciones ocres. Nariz con aromas de frutillos rojos maduros sobre notitas de canela y vainilla. Hay leves tostados, lácticos, cierta vegetalidad evolucionada, aromas de la crianza con sus suaves y dulces notas que acompañan a la fruta roja madura en un juego constante con la influencia oxidativa, que también se percibe. En boca es rico, sabores de fruta roja madurita y guirlache, con dosis de cremosidad tostada. Buena acidez y cuerpo medio muy enfocado hacia la madurez frutal. Posgusto con sentido del equilibrio y muy agradable, con frutalidad tostadita. Buen vino de Rioja que mantiene las señas de identidad de sus hermanos mayores dando un lugar preferente a la fruta roja madura, que, a pesar de tener esas tildes de guirlache, mantiene bien el esqueleto del vino dejando su impronta y versatilidad. Creo que lo podremos disfrutar durante décadas y seguramente tendrá una mejoría constante año tras año. Cuando disfruto de vinos de estas históricas Bodegas riojanas comprendo mejor la clasificación de joven, crianza, reserva y gran reserva. Volveremos a utilizarlas y a ponerlas en valor, y muchas bodegas se darán cuenta de que no podrán hacerlo porque para ello se necesitan décadas de costumbres, usos y experiencia en la elaboración de vinos en una zona en concreto, ahí radica la clave del asunto.

color granate de ribete anaranjado y capa media.

intensidad media baja, mentolado y lácteos, nata, cuero, regaliz y algo de caballo, predomina la barrica y poca fruta.

boca suave, acidez media, maduro, algo tánico, final corto con recuerdos de cuero.

Rojo picota de capa media, con ribete granatoso, limpio y brillante.

Con buena intensidad aromática en nariz; con frutas maduras (fresas, moras) en licor y con notas balsámicas, de café tostado y caramelo. 

 En boca aparecen notas a chocolate mentolado, caramelo y cafés. Amargoso y un pelin astringente.