De disfrutar la primera botella, el vino sigue evolucionando muy positivamente.
En nariz predominan los frutos blancos, flores, hierbas, levaduras, toques salinos y cítricos, todo compendiado en un marco muy singular y personal.
En boca es muy fresco, el paso de boca cada vez más equilibrado y con mucha personalidad, recuerdos de frutas, flores e hierbas, muy buena la acidez, el final aunque no es muy largo, tiene una gran persistencia.
Lo dicho un vino muy singular que gusta y que tiene una excelente RCP.

Es un vino que se va bebiendo de mejor en mejor. A mi me gustó desde el principio pero ahora cada botella me gusta más. Ha ido evolucionando muy bien. No es una tormenta aromática pero tiene muy bien definida la tiza y la flor blanca. Su ligereza en boca hay que tomarla como un hecho diferencial y peculiar. El conjunto es optimo y el resultado francamente interesante. Es un vino fresco, joven, exento de complicaciones, para beber y disfrutar. He repetido tanto de este vino que ya tengo practicamente agotada la caja que me procuré en su día, y este hecho, bastante inusual en mi, es revelador.

Unos meses después de su embotellado y comercialización he vuelto a probar este vino, una vez con uno de sus “padres” y la otra en casa, tras abrir una segunda botella. Y creo que es momento de reflexionar en voz alta sobre este polémico vino, que sin duda ha generado comentarios de todo tipo e índole, teniendo tantos defensores como detractores.

Vaya por delante que esto es un vino blanco, no generoso, elaborado, parece ser, al estilo de los primitivos finos jerezanos. Y que la principal razón de su existencia es quizá plasmar las características de su terruño de origen, uno de los pagos históricos de Jerez. Cuando lo probamos, tan solo unos días después de su embotellado, nos dejó algo fríos, pero sinceramente, ahora, el vino nos va mostrando otras cosas. Hay una atractiva mineralidad salina, esos curiosos toques de manzana y levadura de cerveza, esos frutos secos, una nariz personal, delicada, poco intensa pero atractiva. En boca se muestra más equilibrado, sabroso, se le nota más asentado y con una mayor prestancia. Es “más vino”, siempre dentro de sus registros totalmente peculiares.

Podemos entonces hablar de si es un vino representativo del marco o no, podemos hablar de si lo preferimos o no a una buena manzanilla o fino, podemos hablar de si ha sido un vino realmente necesario, pero es justo comentar que, ahora mismo, es un vino con interés y que sin duda nos muestra algo diferente a los demás. Puede gustar o no, pero no nos dejará indiferente.

Con lo que no comulgo ha sido con los comentarios surgidos acerca del marketing existente alrededor de este vino. Independientemente de mi amistad y sobre todo de mi admiración hacia Jesús y Eduardo, creo que no los he visto nunca promocionar sus vinos en ningún medio hablado o escrito, así como tampoco he visto hacerlo a sus distribuidores. Si hay alguien responsable de que sus vinos estén continuamente en los medios esos somos nosotros, los aficionados, que con nuestras positivas críticas hemos colocado estos vinos en el Olimpo. Asumo por tanto mi parte de culpa si ha habido gente a la que este vino le ha decepcionado, a mí lo hizo en un primer momento. Pero ahora, va cambiando poco a poco. Démosle una segunda oportunidad. Quizá no sea un vino para la historia, pero sí que es algo muy original, al menos en mi opinión.

Amarillo pajizo con ligeras irisaciones verdosas.
Buena intensidad donde destancan la notas de camomila y masa de pan, con fondo con notas de crianza, con final poco franco.
Vino ligero, con ligeras notas citricas, corta acidez, ligeras notas de crianza, final con excesos de caracter de levadura y poco duradero.

Tiene unos extraños recuerdos que...aunque luego en boca evocan otros aspectos más comunes como salitre, frutos secos como almendra amarga... semilla de hueso de albaricoque...
La nariz al final es amable pero no muy intensa.
La boca es cálida, cierto amargor pero se corta pronto...Añoro más longitud, esperaba, más especulación... Tengo la copa en las manos. Abierto ayer.
A Tuija no le ha gustado, le parece un vino muy masculino.
No se si darme un baño más en literatura y comprenderlo de otra manera.
Tal vez es un vino de mesa.
Me deja algo inquieto.
(me pareció interesante el precio y se volverá a probar, desde luego)

Segun comentan algunos entendidos en la materia no es un vino tan original como pensabamos,es la recuperacion de una tradicion en Jerez, eran vinos destinados al consumo local que no se fortificaban, por otra parte me parecio un vino de tapeo muy aceptable, en nariz se parece a un Jerez por los aromas salinos y los de frutos secos, tambien le saque aromas de aceituna verde, herbaceos, anisados y algo de citricos.
En boca es ligero, tiene una entrada facil, la acidez se la encuentro baja, es seco, tambien da notas salinas en boca. Me gusto mas en nariz que en boca y eso que dicen que la variedad palomino se expresa poco en nariz.

Buen vino blanco de Sanlucar de la casa portuguesa Nieport. Seco, agradable, entra muy bien en boca acompañado de pescados, pescados fritos e incluso jamón y queso. Color amarillo muy claro y brillante. En náriz aromas muy finos, a cítricos, pero con un aroma muy seco. En boca entra muy suave, fresco, muy buena acidez, seco y muy largo. Es un vino peculiar, original y sorprendente.

Yo pensaba guardarlo, pero aún me quedan 3 botellas para ver como evoluciona dentro de 6-9 meses.
Lo he abierto para acompañar a unas excelentes latas de berberechos que tenía guardadas desde hacía bastante tiempo, por cierto la compenetración muy buena, casi rozando la perfección.
Sigue como se explica más abajo con la gran ventaja de su singularidad y con la buena nariz y boca de siempre.

Dorado pálido brillante.
Nariz poco intensa, poco expresiva, pero muy sutil y sobre todo personal. Predominan unos curiosos toques de manzana reineta, recuerdos de levadura de cerveza, frutos secos, atisbos ahumados y herbáceos, y un cierto recuerdo mineral de los suelos de albariza. Hay que buscarlo y escudriñarlo con tranquilidad.
En boca resulta igualmente personal, mostrándose pleno, con una acidez media, más amplio que largo. Llena el paladar y tiene cierto cuerpo, dejándonos sensaciones finales de frutos secos y de esos recuerdos minerales. Persistencia media. Conviene tomar más bien fresco, aunque se pierdan algunos matices aromáticos.
Nos encontramos ante un vino muy curioso y diferente, lo mejor que he probado de una variedad tan poco agraciada como la Palomino en vinificaciones más o menos tradicionales. Aún así pienso que merece la pena probarse por su singularidad, pero disfruto mucho más con una buena manzanilla o fino. Así pues, un vino interesante, aunque no sé si necesario o representativo.

Otra dos botellas más de este muy buen blanco, ahora en verano hay que aprovechar para disfrutar de las maravillas de estos excelentes vinos, aunque todo el año se puede hacer.
Sigue igual que hace un mes o sea con una nariz cítrica y salina, que también tiene frutos, hierbas y flores.
En boca es fresco, tiene muy buen equilibrio y una marcada acidez, recuerdos cítricos, florales y salinos, final largo y con gran persistencia.
Habrá que ver como evoluciona este vino, pero por lo que llevo bebido, creo que en 6-9 meses conseguirá su máximo apogueo.