Botella bordelesa típica del Equipo Navazos.

Etiquetado típico algo manchado de origen por delante y detrás, sin pérdida en el vino pero manchado por otro vino por varias partes y conseguida rebaja de un 20% por este motivo.

Cierre cabezudo de aglomerado de corcho bastante bañado en vino.

Sacado de nevera a 5-6ºC y atemperado a 12-16ºC en copa amplia Lehmann Jamesse Grand Rouge.

Vino catado el domingo pasado, recatado miércoles y catado a los 5 días largos de haberlo abierto, ya en viernes.

Visual

Topacio oscuro tirando a cobrizo, con reflejos yodados, limpio, brillante, de abundante y fina lágrima, de lenta caída.

Muy buena visual y packaging el conocido de Navazos. (9,2)

Nariz

Incluso frío de intensidad media-alta, con la aireación y temperatura es un vino tremendo, apabullante, de una intensidad muy elevada, con notas de naranja sanguina y mandarinas muy maduras y pasadas, pieles de estos cítricos y también algo de pomelo muy maduro, melocotón en licor, orejones, frutos secos tostados (avellanas), balsámico-mentolados, potentes acrílicos (pegamento) y barnices a tope, ahumados, regaliz, un punto de mueble nuevo que se entremezcla con los aromas a bota vieja de Montilla, aldehídos, herbáceos en infusión, leves cárnicos junto a notas rancias muy bien integradas y que agregan, junto con los descriptores anteriores, una gran complejidad al vino. (9,6)

Boca

Ataque denso y poderoso, muy potente y contundente, de gran envolvencia, sequísimo pero, a la vez, súper graso, cremoso y untuoso, de gran volumen, densidad elevada, gran cuerpo y poderosa estructura.

El paso por boca es una auténtica pasada y un vendaval de sensaciones: cítricos (naranjas y mandarinas) muy maduros, orejones, herbáceos, frutos secos tostados, mentolados,... Sapidez masiva.

El final es larguísimo, descomunal, deja rastro por muchos minutos, donde aparecen esa naranja, pomelo y mandarinas maduras y amargosas a la vez, esos recuerdos rancios y aldehídicos, de bota vieja junto a acrílicos y barniz de mueble nuevo en un postgusto y retronasal colosales.

Boca que hay que beberla pues es muy complicado de describir el aluvión de sensaciones que nos deja. De muy elevada intensidad y de una complejidad extrema. Enorme. (9,8)

Vinazo, una vez más, este La Bota de Oloroso Nº 46 del Equipo Navazos de Bodegas Pérez Barquero en la DO Montilla-Moriles.

Espectacular y una auténtica pena que sea (si no encuentro otra, que veo complicadísimo), mi última botella pues es un vinazo descomunal que podría vivir muchos más años que cualquiera de nosotros.

Excelente RCP (costaba 36€ en su día aunque yo la saqué por unos 30€). Sin paliativos.

El vino sigue siendo una verdadera maravilla, sobre todo por su suavidad y elegancia.

La nariz continúa muy variada y sobre todo elegante, ha perdido algo de los aromas primarios y ha ganado en terciarios, todo muy bien ensamblado y dando notas de gran calidad.

La boca es más de lo mismo, es complejo, atractivo, expresivo, pleno de sapidez, pero ha perdido esa potencia y ha ganado en elegancia, no obstante sigue siendo una verdadera "joyita".

Le bajo un poco la puntuación, ya que después de haber disfrutado un oloroso 78, casi todos los vinos del mundo se quedan "pequeños".

Botella bordelesa típica del Equipo Navazos. Cierre cabezudo de aglomerado de corcho.

El vino lleva más de un mes abierto tapado en la nevera (y para el que sepa de qué vino hablamos, no es que deba darle igual, es que está incluso mejor que recién abierto).

Visual

Color caoba claro con reflejos ámbar. Limpio, brillante y de fina y muy abundante lágrima de lenta caída. Muy bonito para un Oloroso de más de 25 años de edad media (es un VOS y casi un VORS). (9.6)

Nariz

Intensa, potente, rotunda, contundente, impactante (se acaban los adjetivos calificativos), con notas intensas de barnices y acrílico, frutos secos tostados, toques ahumados y torrefactados, mueble viejo, regaliz, crema pastelera, sutlles anisados, potentes balsámicos, y recuerdos como yodados, minerales y salinos que le aportan, dentro del conjunto, frescura. (9.8)

Muy complejo e intenso. Una pasada de nariz.

Boca

Ataque contundente, sabroso y muy envolvente en boca, muy sápido, sequísimo pero con fondo que trae sensaciones ligeramente dulzonas, bastantes notas amargosas muy agradables, alcohol excelentemente integrado, elegante y fino, con un toque goloso y meloso, acidez razonable (para un oloroso de Montilla con 20.5% de volumen alcohólico), densidad media-alta, excelente cuerpo y estructura (la de un Titán). Paso por boca agradable a sorbos moderados (con poca cantidad se hace muy de notar en boca). Muy profundo. No excesivamente licoroso para su graduación. El final es larguísimo, eterno, con notas a frutos secos tostados y amargos en un retrogusto espectacular; en vía retronasal sale toda la paleta de sensaciones ahumadas, de barniz de mueble viejo, balsámicos, notas yodadas y acrílicas que lo redondean maravillosamente bien. (9.6)

Excelente Oloroso de Montilla-Moriles este La Bota de Oloroso nº 46 del Equipo Navazos.

Vinazo sin paliativos que, anda en 45€ PVP (si todavía se encuentra, que ya no es fácil) pero que, por suerte, pude sacar en una liquidación a 36€/botella (un chollo para el vino que es).

Me quedan todavía copas en la botella y otra botella más (estos vinos se beben con calma y una botella puede durar días, semanas, meses e incluso años abierto, no sin estropearse, sino muy al contrario: mejorando con la oxigenación).

Excelente RCP.

disfruto otra botellaza de este extraordinario y satisfactorio vinazo.

Tiene una nariz potente, elegante y expresiva, plena de aromas para satisfacer al más exigente.

La boca es deliciosa, paso de boca fino y suave, pero pleno de personalidad y calidad, una verdadera maravilla.

Un verdadero portento vitivinícola. Sólo me queda una botella que adquirí con mucha suerte.

Producto de la adquisición de otras tres, dado el enorme placer que me han ocasionado.

El vino sigue con una enorme intensidad en nariz, pero ademas goza de gran comolejidad y más elegancia, los frutos secos y los toques dulzones son los que más disfruto.

En boca es mejor que en nariz, tiene un paso de boca amplio y muy expresivo, variado y con enorme finura y calidad, recuerdos de frutos secos y sabores melosos, todo el altísima calidad y con enorme estructura.

Me alegro de haber repetido la compra.

Creo que finiquito la última botella de este maravilloso vino.

No me he dado cuenta, hasta después de comprobar las fichas de cata, normalmente suelo guardar una o dos para más adelante.

En definitiva lo he disfrutado a tope, como en ocasiones anteriores, que era lo importante.

Las sensaciones y opiniones, son idénticas a la valoración de hace un mes.

Degusto y al mismo tiempo me deleito con otra botellaza de este rico y extraordinario líquido.

Los aromas son de muy buena intensidad y sobresalen los frutos secos, frutos pasos, cítricos dulces, ahumados, especias igualmente dulces, finas maderas y toques florales y herbáceos, todo este contexto dentro de una muy buena elegancia y expresividad.

En boca es potente y complejo, el pàso de boca una verdadera maravilla, totalmente equilibrado y grande la estructura, vuelven los aromas de la nariz con gran calidad y persistencia, el final es largo, muy largo.

Como siempre magnifico y sobre tod muy, pero que muy disfrutable.

Magnífico vino montillano, procedente de las bodegas Pérez Barquero. De color caoba pálido con destellos ambarinos. Nariz impactante, rotunda, elegante, con toques de barniz de mueble viejo, toques de frutos secos tostados, delicados recuerdos a humo, matices especiados de carácter exótico y todo ello sobre un fondo ligeramente balsámico. En boca tiene buen ataque, resulta seco con una ligera dulcedumbre fruto de su grado, con excelentes amargos, una trama que es pura seda, excelente acidez, sensaciones de frutos secos, impactante estructura y gran profundidad.

Color ambar con destellos anaranjados, limpio y brillante.

Nariz intensa y fina, de gran definición: frutos secos, ligeros torrefactos, notas de bollo de crema, finas maderas, minerales...

En boca es muy amplio y se encuentra todo perfectamente balanceado, sin que sobresalga una sola nota por encima de otra, pero formando un conjunto de gran calidad. Final muy largo y gustoso, que deja una estela ligeramente amargosa a frutos secos tostados.

Vino muy gastronómico, muy equilibrado y sin aristas, por lo que se adapta majestuosamente a lo que le echen.

Tremendo viene este oloroso del Equipo Navazos.

Color ambarino con reflejos caoba, .
Nariz inicialmente algo punzante, con notas de almendras frescas, de fruta en aguardiente, frutos secos, notas de castañas asadas, salinas, de barniz, de madera de balsa, ahumados y un fondo muy fresco, balsámico, con un fondo de regaliz de palo.
El ataque es genial, acorde a la tremenda nariz. Amplio, con profundidad, de esos vinos que necesitas cerrar los ojos para poderlos disfrutar como se merecen. En boca aparecen unas notas casi yodadas, salinas, con frutos secos...

Un verdadero escándalo de vino.