termino con la manzanilla pasada nº 90, que tanto he disfrutado en compañia de frutos secos y de buenas viandas, que nos han dado una calidad y sabrosidad digna de una bota del equipo navazos.

En geneal todo sigue siendo igual que lo indicado en la valoración anterior, nos encontramos ante un vino "limpio" y fácil de beber, aunque tiene su complejidad y calidad que no falta, en general una nariz bastante compleja y de buena calidad y una boca que también recuerda a las buenas manzanillas de Jerez.

Año y pico después, disfruto a tope, con la que creo que es mi última botella de este extraordinario vinazo, tengo que comprobarlo, ya que en el cuarto de la cochera, tengo bastante cantidad de botellas.

En general todo lo indicado y comentado en lal valoraciones anteriores, siguen siendo totalmente válidas, muy buen vino tanto en nariz como en boca, en esta última aún mejor que la primera, un vino muy rico en boca y al mismo tiempo, tiene bastante calidad y diversdidad, pero se bebe de maravilla.

Como he indicado en las valoraciones anteriores, es un gran vino.

degustada, disfrutada y muy bien acompañada.

Una verdadera maravilla de manzanilla pasada, que se bebe fenomenal, sola o acompañada, es un vino para disfrutarlo, de cualquier manera.

Todo lo indicado en la valoración anterior, sigue siendo válido para lo "disfrutado" y observado en esta botella.

Color marillo dorado oscurito con toques brillantes.

Aromas de muy buena intensidad donde destacan los frutos secos y los cítricos, flores, toques de especiados, hierbas frescas y leves y originales balsámicos. Muy bien la nariz por complejidad y elegancia.

En boca es aún mejor, el paso de boca totalmente equilibrado y con fina estructura, leves notas secantes que no molestan en absoluto, todo conjuntado y dando una sensación de vino (con mayúsculas), el final es largo y con muy buena persistencia.

Me ha encantado en todos los sentidos, nunca mejor dicho. Un vinazo en toda regla.

Saca de febrero de 2019.

Procede de la misma solera de aquella encumbrada “La Bota 10 de Manzanilla Pasada 1/15” que no tuve la suerte de probar. 

Oro viejo con reflejos cobre. Refulgente y limpio.

Desde que lo acercamos a la nariz percibimos frescura y salinidad. Anticipamos ya que sobre estos dos pilares van a estar asentadas esta fase y la próxima. Flores de invernadero, cítricos, canela, vainilla, repostería, frutos secos, apuntes a madera tostada y yodo.

Boca juvenil, poderosa y al mismo tiempo grácil, conjuntada y nítida en matices. El paso es redondo, no tiene picos y deja sensaciones engañosamente dulces al principio y ácidas después. Alcohol integrado.

Postgusto largo con recuerdos biológicos y marinos.

Muy buena. Ofrece lo mejor de los dos (o tres) mundos que existen en este tipo de vinos y sorprende lo insultantemente lozana que está en estos momentos.