Con tres añitos, está en una fase en la que dominan los ahumados, la fruta negra en sazon y los toques de brea.
Muy buen cuerpo, buena acidez, taninos integrados.
Se bebe bien, pero los toques de brea enmascaran un poco al resto de elementos. En un año será excelente.

Conseguí guardar una botella para hacer esta segunda cata.
Lo que hay dentro sigue en buenas condiciones.
Los aromas siguen dando fuerza floral y frutal.
En boca ha perdido fuerza, ha perdido nervio, y aunque la integración es muy buena,
hubieramos pedido algo de más chispa y que "creciera" en botella.
Bajo mi anterior puntuación, aunque sigue pareciéndome un excelente Shiraz.

Color cereza amoratado. Limpio y brillante.
Intensidad buna, frutal, especiado y elegantes tostados. Probado junto a un shiraz californiano la nariz era estupenda.
Boca carnoso, muy afrutado, finos ahumados y buen recuerdo, pero no tan goloso como otros shiraz probados en especial con el comparado anteriormente.
En el fondo muy buen vino a un gran precio, 12,95 €.

Picota oscuro con ribete azulado.Nariz equilibrada de media intensidad, con marcado carácter frutal, fondo mineral y buen aporte de maderas bien integradas. Desde mi punto de vista, no evoluciona demasiado bien en la copa, al menos no se amplifica o desarrolla, tiende más bien a aplanarse o a reducir su expresividad. En boca es seco, sedoso, a mi entender no demasiado largo, pero interesante y equilibrado. En mi opinión un buen vino, asentado y más equilibrado de lo que antaño era, pero quizás ha perdido parte de la personalidad que antes tenía y que hizo de él un vino innovador y de referencia.

Rojo picota cubierto. Nariz elegante notándose la crianza en madera de gran calidad, dá frutas maduras de mora y frambuesa. En boca está un poco duro, que va desapareciendo con el tiempo y es un vino largo. A las dos horas sigue dando frutas del bosque muy maduras y nítidamente se aprecian las moras y frambuesas. Permanencia en boca 2,00 minutos.

Color cereza picota intenso, de ribete violáceo y capa media/alta. Límpido y brillante.

Nariz intensa y compleja: aromas de frutas rojas y negras maduras, tostados, bollería, vainilla, canela, regaliz, notas balsámicas, incluso un fondo mineral.

En boca resulta carnoso, sabroso, potente, pero fresco, con buena acidez. Taninos presentes pero no molestos, integrados.

Persistente y largo.

Excelente vino y excelente RCP.

Extraordinario color, rojo picota intenso, con ribete violáceo. Capa media-alta.
Nariz de buena intensidad, fragante, sensual, aparece fruta roja madura, notas minerales (grafito), laurel, hinojo, toques balsámicos, y al cabo de un rato apatece un toffee impresionante.
En boca, aparece contundente pero al mismo tiempo suave, tanino aterciopelado (nota común a los vinos de la bodega), bastante largo y un retrogusto ahumado. Quizás con algo menos de acidez que otras añadas (le podria restar un ápice de frescura) pero aún así excelente.

Vino degustado después de un magnifico pero verde todavía Mengoba Mencía 2007. Elegante diseño de etiqueta, cocho de buena calidad.

Vista: Picota oscuro, capa alta, lágrima abundante que tinta la copa.
Nariz: Aunque sin decantación previa, llevaba ½ hora abierto y se mostraba cerrado al principio, pero tras un rato en copa y unos buenos meneos, muestra todo su potencial, fruta roja madura, especias, regaliz y algún destello mineral.
Boca: Entrada muy potente, pero muy agradable al paladar, vino muy elegante, con taninos dulces, carnoso y con la acidez bien integrada. Deja un largo recuerdo en boca.

No hace mucho leí que era uno de los mejores shiraz de este país y cada añada que pruebo estoy más convencido de ello.

Buen formato de etiqueta imprime la bodega en todos sus vinos.
Cereza muy intenso de borde amoratado, lágrima densa y con algo de color, esto es una constante en todos los vinos de la casa.
Potente, frutas rojas maduras a mansalva, frambuesas, moras, cerezas... todo un festival, y eso que le ha costado abrirse, acaramelizado, buenas especias y buen perfume el que ofrece.
En boca vuelve a la carga, maduro, riquisima fruta, cerezas más presentes, taninos dulces y muy sabrosos, excelentes notas de alcohol, otra constante en los Enrique Mendoza, final más secante, se queda un buen rato, y vuelve otra vez esa sensación dulce.
Me parece excelente, así de claro. A repetir dentro de poco.

Afrutada nariz donde la Shiraz muestra todo su potencial al poco tiempo de abierta la botella. Notas de flores, fruta roja madura, sutil pero a la vez intenso sobre una ligera mineralidad.
En boca la entrada es buena, aunque aún algo falto (para mí) de equilibrio... quizás los taninos marcados aún de más. Sin embargo se muestra ya en buena forma, perfecta para el disfrute.

Buena RCP.