Después de tanta descripción acertada destacaré un par de cosas: 1. Lo adictiva que es esta manzanilla. 2. La salinidad y la cantidad de frutos secos(se perciben nítidamente nueces) que rebosa de este elixir. 3. Todos los, incluso los que no suelen beber nunca, que se meten un sorbo pequeño en la boca la alaban de alguna forma.
Hasta el momento mi mejor manzanilla y dificilmente superable.(Saca de Octubre de 2007)

Poco más que añadir a las notas de cata tan profesionales que se describen tan abajo. Mi comentario es para tratar de "convencer" a gente que tenga un poco de miedo a estos vinos tan "masculinos". Sobre todo por lo que refiere a mi experiencia cuando la he dado a probar a gente que no le suele gustar este tipo de "vino seco". Cambian totalmente de parecer, desde luego algo especial tendrá que incluso "convierte" a los reticentes. Tanto el fino como la manzanilla los recomiendo para iniciarse en este tipo de vinos.

11 meses después de la saca, la manzanilla está en un momento dulce. El color está un tanto subido, pero de momento esto no es ningún problema.

En nariz destaca su extrema mineralidad y su solemne salinidad y en boca exactamente lo mismo pero aderezado con una persistencia y una amplitud sorprendentes. Me gusta más incluso ahora que cuando la recibimos en su momento. Me queda una botella de esta saca que guardaré un tiempo más.

Totalmente de acuerdo con la nota de Olaf (de hecho compartimos esta botella junto a unas cuantas más). Es “La Manzanilla”. Y es una maravilla en la mesa. Para disfrutar.

Amarillo dorado brillante y limpio.
En nariz es muy franca, dominando la salinidad, la mas mineral de las manzanillas que he tomado. Tambien da notas de frutos secos, algo de flores, pero sobretodo esa salinidad. Preciosa.
En boca es amplia, seca y con una magnífica acidez. Tiene una corpulencia sorprendente con un final largo que de nuevo nos da esas notas salinas. Un sorbo de mar, una maravilla para los sentidos.

Poco que añadir que no se haya dicho ya. Maravillosa manzanilla, estructurada, densa, intensa, profunda en nariz y en boca, compleja. Para disfrutarla y agradecer continuamente a aquellos que hacen posible estas joyas.

La primera botella nos fascinó tanto que no osamos tomar notas de cata. Esta tercera botella la hemos dejado que evolucione durante tres días, mostrándose de un color amarillo dorado.
Nariz de buena intensidad con presencia de flores de acacia, toques de amontillado, almendras amargas, flores blancas, madera de balsa, barniz y ese frescor y salitre salino maravilloso.
En boca tiene una acidez soberbia, fresca, con cuerpo, esos 15º perfectamente integrados, almendras y avellanas casi masticables y un rico amargor final.

Amarillo dorado. Nariz intensa, bastante expresiva, con notas de manzana verde, toques salinos, con un atractivo recuerdo a brisa marina, hay frutos secos (avellana sobre todo), una clara presencia de las notas que se deben a la crianza biológica, con toques de aceitunas verdes y algo de barniz de mueble viejo. En boca tiene excelente ataque, es untuoso, con muy buena acidez, suave amargosidad y magnífico recorrido. Excelente.

Amarillo muy fuerte.

Aroma inmenso, muy potente, muy salado, te lleva a agua salada, océano, frutos secos, avellanas tostadas, aromas de azahar y de campo florido

En boca es tan grande como en nariz, cuerpo muy potente para una manzanilla, magnifica acidez, vino fresco , delicado y elegante. Tiene tensión interna, cosa que no está al alcance de cualquiera, elevadísima expresividad. En boca vuelve a aparecer el océano rodeado de frutos secos y flores blancas delicadas. Largísimo final salado. Vino excepcional. Si se toma acompañado de Kraus y Pons cantando “Marina” se magnifican sus efectos .

Color dorado intenso, oro viejo, brillante y limpio.
En nariz es intensa, fina y profunda, con gran franqueza de registros. Aromas marinos, salinos y minerales, yeso. Notas herbáceas y anisadas. Ligeros toques especiados. Frutos secos. Algas. Serie aromática de la crianza biológica como el toque umami de hongos. Nariz seria, compleja y evocadora.
En boca es limpia y pura, con gran presencia, magnífica acidez y final largo y contundente dejando recuerdos de frutos secos. Buena persistencia. De excelente equilibrio entre frescura y estructura, es un seguro en la mesa.
Nuevo vinazo (y van cuatro …) de la serie “;La Bota de”;, en este caso una manzanilla a la vieja usanza, en rama y con una personalidad arrolladora. Habrá que probarla con la fabada y su compango que sugiere el libro de instrucciones …
No puntúo al no ser un vino destinado a la venta, pero estamos ante otra joya andaluza. Una vez más dar las gracias a los responsables de todo este cotarro.

- Si, magnífica.
- Bastante más intensa de color que otras manazanillas probadas, de color dorado, brillante.
- Muchas notas que reflejan su crianza biológica, frutos secos, notas salinas; dió mucho nada más abrir la botella.
- El paso por boca es excepcional, con nervio, amplia, salina, ajustada de acidez, muy larga, con ligeras notas amargas al final.
- Vuelve a ser un nivel distinto en este tipo de vinos; un privilegio.
- Acompañó de maravilla unas "verdinas con pixín y langostinos", que aunque no es "fabada con su compango", como aconsejan atreverse en las instrucciones de uso, se comportó impecable.