pico después, descorcho y disfruto otra botella de esta singular vino, con el resultado más o menos igual a lo comentado más abajo.

Vino fresco y agradable, con gran vivacidad y alegría, muy propio del sur de España.

En resumen un vino muy original y bien hecho y con una excelente RCP.

Como beberse el fino amontillado que no es. ¡Más!

Es un vino totalmente diferente a todos los blancos que he probado hasta ahora, parece como si hubiesen mezclado una manzanilla de sanlucar con un blanco "normal". No obstante tengo que decir que goza de gran personalidad y singularidad, aunque a mi particularmente no me ha gustado demasiado.

Color amarillo bastante definido y brillante.

Aromas de mediana intensidad donde sobresalen los frutos blancos y frutos secos, toques salinos, flores y toques minerales.

En boca vuelve a ser fresco y frutal, el paso de boca tiene buen recorrido y complejidad, buen equilibiro, vuelve los frutos secos, flores y toques salinos, el final es largo y sobre todo tiene buena persistencia amargosa y salina.

¿Florpower? Está claro el juego de palabras... aunque parece anticipar un vino algo hippie... carácter que no le acabo de encontrar.... es un vino blanco con carácter de manzanilla. Al igual que el Navazos Niepoort un vino de los que no deja indiferente... Color Oro viejo la nariz muestra con claridad el carácter de los vinos de crianza biológica, aunque hay alguna sensación también de crianza oxidativa. Aparece toques de manzana compotada, especias exóticas, un refrescante toca de brisa marina, con un apunte salino, bastante nuez y un toque de aceitunas "picadas". En boca tiene presencia, con unos excelentes amargos (almendra amarga), acidez media y algo menos vivaz que el Jean Macle del que veníamos. Largo y con profundidad, hay un sutil punto salino que refuerza su personalidad. ¿Alguien da mas? Para degustar y debatir...

Color amarillo dorado potente y brillante.
Aroma fino y elegante, flor blanca, manzana, fruta blanca, con un fondo mineral muy limpio y diáfano.
Boca suave y equilibrada, todo está ajustado y produce una sensación de elegancia y de mucho equilibrio. Muy seco. Final largo donde surgen de nuevo notas de flores y fruta blanca.
Es un vino distinto a los que nos tiene acostumbrados el equipo Navajos. Es un vino de mucho carácter pero muy delicado, muy fino, con una apuesta decidida por la elegancia.

En un primer momento en la nariz se muestra a partes iguales, complejo y fresco. Hay aromas finos y elegantes de la crianza oxidativa, a la vez saca una cara más joven que no cansa. Profundo, largo sale la marisma y el terruño, sabiamente mostrados. Te engancha por los dos extremos, por notas de frutos secos y velo en flor y por notas florales y a cal.

En la boca se comporta de forma parecida, es como beber dos vinos "distintos", uno contundente con cuerpo junto a finas expresiones de crianza, y otro fresco, frutal y floral. Marca el terruño, la mineralidad, es de tracto seco, una sequedad contundente y elegante, muy larga, agradable. Es largo y se va pronto, resurge y queda grabada en la memoria. Fino alcohol, muy rico, le añade nervio y justo volumen. Invita a disfrutarlo una y otra vez.

Dorado intenso brillante.
Nariz intensa, primaria, directa. Notas de frutos secos, cítricos en confitura, fruta blanca madura, manzana asada, toques especiados, hierbas aromáticas. Con más aire se va limpiando y torna en un delicado fondo mineral de gran nitidez. Paleta muy delicada pero llena de matices.
En boca es un vino profundo y sabroso, la palomino no tiene una gran acidez pero lo compensa con la brutal sapidez calcárea que la da la albariza, quedando un largo final de frutos secos amargos y esas trazas minerales. Buena longitud y persistencia.

Está claro que la uva palomino sobre los mejores suelos de albarizas da vinos de un enorme carácter sin recurrir al encabezamiento y a la solera y este vino es una clara muestra de ello, un vino en plenitud que sin duda evolucionará de maravilla en botella y que resulta plenamente gastronómico. Dará que hablar. Y a buen precio...

Precioso color. Oro viejo con destellos cobrizos. Limpio y brillante. Lágrima densa.
Elegante nariz que abre con el aire, notas equilibradas y sutiles. Aromas a uva blanca, pera, manzana asada, jarabe de arce, pancake, agua de azahar, balsámicos y toques minerales.
Boca refinada y redonda dotada de mucha acidez. Casi nula presencia alcohólica. Paso femenino y grácil pero con cierto cuerpo, muy fresco. Sabores compensados.
Final largo y perfumado con un regusto a levaduras, especias de monte bajo y nueces.
Interesantísimo proyecto enológico. Un blanco que va de menos a más. Con un catálogo olfativo balanceado, una medida cremosidad y mucha vida por delante.