Botella bordelesa de hombros anchos y vidrio grueso (pesa bastante incluso vacía).

Cápsula de calidad que sale fácilmente a presión sin necesidad de cortarla.

Cierre de corcho larguísimo (5,5 cm) y grueso, de excelente calidad. Huele bien.

Descorchamos varias horas antes de disfrutarlo. Usamos sacacorchos de láminas para evitar se nos rompa el corcho.

Decantamos cuidadosamente habiendo sacado el vino a 13ºC de la vinoteca.

Visual

Picota cereza con reflejos algo ocres de buena capa (media-alta), ribete cereza-anaranjado-transparente, limpio (sin apenas posos en la botella), brillante y de buena y abundante lágrima de lenta caída. 

Excelente visual, corcho y botella. (10)

Nariz

De bastante intensidad con fruta roja escarchada pero, sobre todo, fruta negra madura, especias dulces, regaliz, trufa blanca, cantos rodados húmedos, setas y champiñones, balsámico-mentolados, pimienta negra, hierbas de monte bajo, tostados de finas maderas, un punto de torrefactos, chocolate y, sobre todo, abundante tabaco rubio en copa (incluso estando ésta vacía).

Estupenda nariz: aún tiene fruta pero, a la vez, tiene una gran paleta aromática y todo muy bien ensamblado. (9,2)

Boca

Ataque fresco y frutal todavía pero, a la vez, de buena y comedida potencia y de una excelente acidez a sus 20 años. No es apabullante pero sí es un vino con presencia y personalidad, moderadamente contundente en el paso por boca. Vino de volumen medio plus, de paso fluido pero, a la vez, expansivo, de media densidad, buen cuerpo y excelente estructura con dos décadas a sus espaldas. El paso por boca es muy agradable, redondo y equilibrado, con taninos aún con presencia y nervio pero ya dulces, sabrosos y muy bien pulidos por el paso del tiempo. 

El final es muy largo con fruta negra en licor, especias, regaliz, herbáceos, trufa blanca, setas y un fondo de menta y chocolate que deja un retrogusto fantástico; en vía retronasal aparecen notas balsámicas, especiadas, pimienta negra, monte bajo y piedras húmedas que lo finiquitan fabulosamente bien. (9,4)

Otro vino superlativo con 20 años a sus espaldas. Otro vino que ha merecido la espera y que, aunque podría aguantar quizás algunos años más, está en un momento de madurez óptima para disfrutar en plenitud en el corto plazo. En contraetiqueta recomienda consumirse entre los años 2000 y 2015,... nos hemos pasado un poco, pero tampoco ha habido problemas porque era un vino con vocación para envejecer bien, como poco, 15-20 años.

Su PVP ya era en su día de unos 30-33€ (actualmente está por ese precio o quizás algo más). Visto el resultado obtenido pasado todo este tiempo, su RCP la considero muy buena.

Cereza de capa alta. Nariz muy frutal ( frutillos rojos maduros ), con elegantes notitas de caramelo de fresa, lácticos, toffe, hierbas finas y tostaditos finos que dan pequeñas sensaciones de cremosidad. Nariz muy ensamblada y unificada, con una frutilla roja que es una delicia pastelera. En boca es amplio, sedoso, frutal, sin aristas, pinceladas de cremosidad en el paso que envuelve a cerezas, guindas y fresones maduros. Posgusto donde se percibe cierta estructura frutal dulcificada, dejando una buena persistencia. Retronasal de frutillos rojos maduros y crema pastelera. Una maravilla de precisión frutal, con un estilo diferenciado, más amable y elegante, sin apabullantes extracciones y con una madera que baila al son de la fruta. ¡ Que bueno !. Estos Eguren son otros que le han cogido el punto “ G “ al Vino.

Picota madura, sólido ribete granate, mate y con levísimas precipitaciones en el fondo. Lágrima escasa, gorda pero rápida.

Fruta roja madura, flores rojas marchitas sobre un fondo lácteo que lucha con la fruta, por sobresalir (equilibrio), notas especiadas canela, flan de huevo, frutillos rojos en licor y un leve apunte a
carne frita. Todo ello forma un bouquet intenso y muy bien ensamblado, que muestra una bonita evolución en nariz.

En boca transmite una sensación muy golosa, entra con mucha suavidad y amplitud, con la acidez justa, dejando recuerdos a fruta roja y sensaciones lácteas en el post-gusto de buena duración, taninos vivos aún. Muy disfrutable en este momento, le gustó sobremanera a mi aita (a mi también).

Para repetir sin dudar, si alguna botella se pone a tiro claro.

Cereza intenso, ribete con reflejos teja. Aroma fino, elegante; notas de tabaco de pipa, canela, azucar torrefacto y frutos rojos muy maduros. Toques lácteos. Boca sedoso, gran elegancia y equilibrio; excelente expresión de fruta y madera bien integradas. Aterciopelado, de buen cuerpo, largo y muy persistente.
Sigue evolucionando espléndidamente. Una joya.

Cereza de capa alta. Aroma concentrado. Maderas finas algo
sobresalientes respecto de la fruta, que presenta toques
de pasificación, pero con buenas notas de pimienta y
especias. Predominio de frutos negros sobre los rojos.

En boca presenta una gran estructura, con marcado alcohol y buena acidez, que parecen indicar años por delante, aunque, para mi gusto, haría falta algo más de fruta. Es graso, concentrado, incisivo, largo y persistente.

De gran intensidad tanto en nariz como en boca, éste es
un vino serio, pero que encontré mejor hace un año. Quizá no eran las condiciones adecuadas una pequeña fiesta de cumpleaños.

Una anécdota: el corcho, excelente, pasó de mano en mano. Todos querían experimentar su tacto suaaaave.

Color picota muy intenso. Aróma ELEGANTE, intenso, complejo, concentrado a frutas rojas y negras muy maduras, sobresalen las maderas nuevas de gran calidad, tostados, especias, torrefactos. En boca es muy sabroso y muy frutal, tiene taninos dulces, es muy equilibrado, tiene un extraordinario y largo postgusto, en el retronasal vuelven las sensaciones de la madera y de la fruta. Es un gran vino que en nariz es superior a la boca. Cuesta sobre 22 €.

Color cereza intenso de capa medio alta con ribete violaceo anaranjado muy ténue. Lagrima estrecha pero persistente. En boca es frutal, (ciruelas rojas y zarzamora) pero con ligero predominio de las notas provinientes de la madera, con aromas de chocolate, vainilla, pimienta, clavo, regaliz, torrefacto, turba, ceniza y brea. Es un vino balsámico y equilibrado.
En boca se muestra como un vino elegantisimo, complejo, muy redondo y pulido, con taninos carnosos y bien ensamblados, y de una longevidad importante.
Es un vino clásico, medio frances y medio español, por tanto su asociación ideal sería Rapsodia Española para orquesta de Maurice Ravel.