Viña Pomal Reserva Especial 1964
Viña Pomal Reserva Especial 1964
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Graduación (vol):
12,00%
Varietales:
70% tempranillo, 25% garnacha, 5% mazuelo, graciano y viura
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.44
/
97
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
ELABORACIÓN
La mayoría de la tempranillo procede de la viña El Pomal, ubicada en el municipio de Leza, Rioja Alavesa, junto a pequeñas partidas de parcelas en los alrededores de Haro. El vino permanece inicialmente durante 12 meses en grandes tinos de madera vieja en los que realiza la fermentación maloláctica y se estabiliza antes de ser trasegado para su posterior crianza en madera. Madura entre 72 y 84 meses en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Sometido a diversas trasiegas manuales cada año con el objetivo de no tener que filtrar el vino antes de su embotellado. Clarificación tradicional con claras de huevo frescas. Un mínimo de 5 años de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comecializado.
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Opiniones de Viña Pomal Reserva Especial
OPINIONES
7

Y cuatro año después vamos a tener la dicha de volver a disfrutar con esta joyita riojana que nos encandiló en 2016. Tuvimos la botella de pie tres días antes de su apertura, no si ciertas dificultades, con el abridor de lamas. El tapón estaba totalmente humedecido y completamente adherido al cuello. Nivel de líquido justito, unos dos cms por debajo del corcho. La dejamos respirar por espacio de cuatro horas y procedimos a su valoración a 18.5°C.

VISUAL: Color rojo cereza, limpio y brillante, de capa media con un amplio ribete de tonalidades ocre-atejadas. Todavía presenta una escasa lágrima, gruesa, densa y transparente (92).

OLFATIVA: En esta ocasión y recién abierta, ni rastro de acético... perfecto!!. A copa parada y tras las 4 horas asoman aromas a pan de higo y balsámicos de eucalipto. Pero es con el líquido en movimiento cuando se desata la avalancha de fragancias con notas de mermelada de fresa, de montebajo mediterráneo (tomillo y estragón), regaliz de palo, fúngicos trufados y especiados varios, canela, vainilla y pimienta blanca. Extraordinaria y compleja nariz que no cesa en su empeño de mostrar todo lo que atesora aportando ahora terciarios bien definidos, crin de caballo, notas sanguíneas, desván, tabaco inglés, guindas en licor, cuero viejo y delicados apuntes amaderados de ebanistería fina. Alucinante bouquet, tan variopinto y potente tras 56 años (y cuatro horas abierta) que no deja de asombrarnos. Esta botella nada tiene que ver en esta fase con la de hace 4 años, rebosa armonía, elegancia e intensidad por los cuatro costados, qué maravilla!! (97).

GUSTATIVA: Y en boca… por el amor de Dios!!!... Qué barbaridad de ataque, impetuoso, con una acidez desgarradora, como si tuviese 40 años menos. Amplio, lácteo y con los taninos en estado mesetario, presentes pero muy dulces, asomando tras cada sorbo, de menos a más. En su paso por boca es ligeramente licoroso, con la acidez marcada pero de tacto graso y amable. Los aromas retronasales son fantásticos, fruta roja en compota, rosas marchitas con un sutil toque especiado pimentoso. Pero amigos... es en el post-gusto es donde te embelesa con recuerdos frutosos semidulces (mermelada de frambuesa), apuntes de cacao, con notas alcohólicas como a pacharán y con un fondo de tremenda elegancia, de cuerpo medio, en donde el roble se alza como hilo conductor de tan sublime y variopinta mezcla de sensaciones. Su persistencia es increíble, tres minutos y 40 segundos, intensos y muy placenteros. Espectacular boca amigos, qué carácter y cuán complejo puede llegar a ser un vino haciéndonos disfrutar como enanos con cada sorbo. Botellaza que supera a la de 2016 en todo, tremendo e inolvidable (96) . Maestros riojanos no... magos riojanos!!!

La RCP la considero excelente, unos 34 euros nos costó allá por Septiembre de 2018 y la verdad es que podría valer 300...

MARIDAJE: Nos la tomamos en dos ágapes. En el primero acompañó un bistec de ternera y una costilla de cerdo con ají de berenjena y nos la terminamos con el recurrente surtido de embutidos ibéricos de los lunes. Destacamos el maridaje con la carne y con ese ají, sabores grasos y especiados en absoluta armonía con las notas frutosas y alcohólicas de nuestro maravilloso viejuno. Botella que nunca olvidaré, qué barbaridad!!!

Salud-os!!

Hoy estamos ante uno de esos vinos que causan respeto antes de abrirlo. Es otro reserva especial se esa añada que nos emociona, la de 1964. Esta botella la trajimos a Ecuador y sufrió durante el viaje una ligera pérdida. Al abrir la botella vimos que el tapón estaba totalmente suelto y lógicamente cayó en el líquido nada más tocarlo, lo cual nos asustó un poco. Los aromas que desprendía nada más abrirlo eran muy acéticos...Lo dejamos respirar por dos horas y media y procedimos a su cata:

VISUAL: Nos enseña un imponente color rojo picota de capa muy alta con un ribete amplio de un tono teja que delata que estamos ante un vino con 52 años a sus espaldas. De lágrima fina, transparente y rápida (93).

OLFATIVA: A copa parada y tras las dos horas y media, aún intuimos notas acéticas pero mucho menos intensas que un principio. Es una pena, pero esta botella como ya he comentado sufrió mucho en su transporte, aparte de que quizás sus condiciones de guarda previa a su compra no fuesen las óptimas.
Se presenta con una alta intensidad en donde se aprecia un fuerte carácter mineral como de tinta china. Al mover la copa nos regala unas elegantes notas balsámicas de eucalipto y algarrobas así como aromas de sotobosque, hojarasca húmeda, flores marchitas y unos detalles fúngicos de níscalos y trufa negra. También muestra terciarios de chocolate, café y cuero ruso, especiados de fenogreco y clavo y finalmente un ligero reuerdo de notas medicamentosas. Importante nariz, potente y compleja, de alta intensidad. Repito, lástima de ese perpétuo recuerdo acético que no cesa aunque no enmascara un colosal bouquet. Es lo único que le penaliza en su nota final (85)

GUSTATIVA: En boca tiene un ataque potente, impetuoso, y un paso por boca lácteo, con una acidez descomunal y los taninos muy pulidos, muy redondeado. Es amplio, carnoso, con mucho cuerpo. Mantiene una estructura pétrea en donde el ensamblaje con la madera ha sido excepcional, le ha dotado de todo lo que necesita un grandioso vino. En retronasal nos evoca aromas a duelas envinadas, fruta roja en sazón y notas de cacao. Con una persistencia muy larga de más de tres minutos, nos deja en boca una untuosidad muy agradable. En boca es un primor, delicioso. Grandioso vino de esta excelsa cosecha del 64 que nunca defrauda. Brutal con 52 años. Probablemente aguantaría 10 años más sin despeinarse (94).

La RCP la considero excelente pues conseguimos esta botella por 25 euros, lo cual es un regalo para la entidad de nuestro vinazo.

Maridamos esta maravilla con un solomillo de ternera en salsa de mango con espárragos trigueros. Combinación deliciosa, una fina carne para un vino fino. Otra obra de arte riojana que hace un pulso al tiempo, descarado, desinhibido, sin complejos. Grande Rioja!! Adjunto unas fotos.

De color rubí rojizo de capa media, poca extracción, muy claro, límpido, sin asomo de precipitados en la base de la botella. Brillante, con irisaciones rojizas y anaranjadas. Borde amplio, atejado, marcado respecto al menisco.

De elegancia casi exagerada, expresivo y delicado, con un perfumado requiebro inicial de apuntes de fina reducción (cedro, tabaco inglés, marroquinería) que sin prisas se van aposentando y ganando en intensidad para ir adentrándonos en zonas más umbrías, a sotobosque, castañas en rama, fúngicos, carbón vegetal, tizones... Aún con tanto brumoso es capaz de dar otro paso adelante dejando espacio para que se aprecien matices de fruta roja reducida y un punto vegetal a herbolario, casi medicamentoso. Mantiene un vibrato altísimo, firme, natural, para nada impostado, que le da una personalidad tremenda.

En boca está tallado en seda. Fresco, acariciante, suave en el paso pero tremendamente sabroso y con mucha "chicha" de por medio. La fruta es ligeramente dulzosa, con rastros de vainilla y madera añeja, embestida por un hilo de acidez que lo hace todo más fácil y eleva poco a poco el conjunto a un nivel tremendo. Lo tiene todo: personalidad, equilibrio, tersura y un final eterno en el que rezuma esa misma fruta y un amargoso de grandísima calidad. Uno de esos Pomal que prestigia esta mítica marca e ilustra la excelencia de Bilbaínas a mediados de siglo. Incluso por encima del Pomal Reserva Especial de 1962. Vino para recordar durante mucho, mucho tiempo.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/10/vina-pomal-1964-reserva-especial.html

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media.
Nariz con buena intensidad y que desde un primer momento se muestra con una franqueza sorprendente. Al principio se revela más especiada y mineral, con una gama balsámica y herbácea, trazas de piel curtida y tabaco, pero poco a poco va tornándose más frutal, ganando igualmente en tonos de cacao y vainillas. Gran pureza.
En boca es una delicia por su ligereza y equilibrio, vino fresco y con una gran acidez, de paso firme y definido y con un final encantador por su redondez y finura, quedando sensaciones frutales, balsámicas y minerales, con un tanino perfectamente integrado formando un conjunto esférico. Persistente.
Una delicia este Pomal Reserva Especial, un vino que si bien no resulta el más complejo y estructurado de este año histórico sí que entusiasma por su redondez, ligereza y elegancia, convirtiéndose en un prototipo de eso que se llamaban y con razón “Vinos Finos de La Rioja Alta”. Entre lo más destacable del 64.

  • Viña Pomal Reserva Especial 1964

    Viña Pomal Reserva Especial 1964

Lo primero que resaltaré es el perfecto estado de la cápsula y la nula merma de líquido. El corcho ha salido en dos partes y no ha sido necesario usar el abridor de láminas.
Rojo con destellos teja y ribete del mismo color. Capa baja. Límpisimo, no observamos poso.
Abierto en aromas desde el principio, sorprende la fruta roja y negra todavía muy presente. Además hay hojas de sen, tonos metálicos, sangre, incipientes terciarios y fósforo.
Boca lozana, austera y muy apretada. Tremenda acidez, paso elegante y sin artificios. Ni rastro de madera ni de alcohol. Sabores primarios, especiados y terrosos.
Final largo.
Quien me conoce sabe que no soy fan incondicional de los vinos viejos. No siempre disfruto plenamente con ellos ni creo en el axioma de que "cuanto más viejo mejor". Este Pomal sin embargo me ha maravillado por su juventud y por su carácter femenino, no posee la mayor de las complejidades pero se bebe de maravilla. No quiero comparar porque sería absurdo, pero las sensaciones han sido parecidas (y que nadie se escandalice) que con los regionales de Borgoña con pocos años.

Vista: Rubí de capa baja con un amplio menisco de tonalidades cobrizas y castañas. Reflejos ambarinos. Brillante, pero con abundantes sedimentos. Finísima lagrima, que no tinta la copa.

Nariz: De muy buena intensidad, con un delicado fondo de fruta ruja sobre un inicial tamiz licoroso que va atenuándose con el tiempo para dar paso a una mayor presencia de aquélla acompañado de una terciarios de gran calidad, hojarasca, cuero, almizcle, carne cruda, tabaco pipa y flores marchitas.

Boca: Entrada muy agradable, en la que se funde la fruta roja con algún atisbo de fruta negra. Con un par de grados más, y algo de aire, aparecen las notas de madera noble (cedro, castaños), las notas de carne, faisandaje, los fúngicos, la pimienta negra, el café negro, monte bajo. Notas vegetales y de humedad. Con un excelente paso por boca, de buena amplitud y fruto de un cuadro bien ensamblado y estructurado, modulado por una buena acidez. Para terminar con ese final que tanto me gusta en el que la fruta vuelve a ser la protagonista acompañada de las consabidas notas dulces de vainilla y canela.

Quizá le falte un punto (o dos) de “garra”, pero estamos ante uno de esos vinos de indiscutible finura que, como otros de su mismo estilo, siempre me lleva a preguntarme por qué no tendría otra botella a mano. Si a ello le añadimos la añada -bendita añada-, poco más que decir.

Afortunadamente, habrá tiempo de volver sobre él. Excelente.

De una añada como la del 64 nos podemos encontrar vinos de una calidad fabulosa,pues este no es una excepecion,vino de color burdeos atejado ligeramente turbio , evolucionado,al principio no dabamos mucho por el pero...,en nariz (tras un tiempo prudencial),es de media alta intensidad,frutal,licoroso en boca es redondo,con buena acidez,con cuerpo,denso,glicerico con toques de buena madera y cierta dulcedumbre,el final es medio largo,un vinazo de principio a fin.

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