Seguimos con la cuádruple cata de viejunos, parte II (Berberana 64, Gran Zaco 73, Lanciano 70 y Pagos de San Torcuato 78). Decir que este Gran Zaco Vendimia Especial 1973 quedó en cuarto lugar, pero...ojo!!, las diferencias de nota entre el primero y el último fueron de 2 décimas tan solo. Salieron todos excelentes, con notas superiores a 9 en todos los casos. Para algún comensal este fue el mejor, así que poco más que decir. Qué maravillosos vinos se hacían en la Rioja!
Vamos con la cata tras hora y media abierto (sin decantar):

VISUAL: Color cereza con el ribete teja, de capa media, lágrima densa y transparente. El corcho bastante bien, el mejor de los tres, salió con el abridor de lamas como un San Luis, sin problemas. Cómo me gusta este abridor!

OLFATIVA: Se muestra muy vivo, de intensidad media-alta. A copa parada aparecen potentes los frutos rojos en compota finamente ensamblados con unos recuerdos anisados. Al agitar aparecen las aportaciones de la madera (más de 7 años de crianza en barricas) mostrando apuntes de tabaco y cuero así como sutiles aromas de pimienta negra y café recién tostado. No puedo dejar de sorprenderme por la potencia en nariz de estos vinos con tantos años a cuestas.

GUSTATIVA: De acidez considerable, graso, carnoso, con mucho cuerpo, reforzado sin duda por ese 30% de garnacha. Con los taninos ya dulces, se me antoja un tanto reducido todavía. En retronasal la fruta roja (fresa ácida y frambuesa) y los cítricos (pomelo) asoman amables dejando paso a unos posteriores toques de tabaco y tinta china que aportan un final ligeramente amargoso. La persistencia es algo corta. Al cabo de cuatro horas abierto aún mostraba ligeras notas de reducción y una potencia asombrosa, algo increíble. Un vino robusto y señorial. Ya quisieran la gran mayoría de los actuales tintos mantenerse esplendorosos tres décadas. Eran otros tiempos en la Rioja sin duda.

La RCP es muy buena pues salió por unos 30 euros en subasta.

Lo maridamos (éste y los otros) con una paella valenciana con caracoles y fuego de leña. Muy grata velada y fantásticos vinos los que saboreamos.

Muy estable de color, por encima del resto de vinos de la misma añada y bodega. Cereza intenso de capa media-alta, reflejos rojizos, limpio, brillante. Nariz bien perfilada, abierto, intenso. Hay una cantidad desbordante de frutos rojos maduros, casi licorosos, kirsch, endrinas, sandía, madroños, granada, confitura de fresa. Interminable!!! sugestivo, elegante, con un toque cítrico de gran calidad. La barrica se mantiene en segundo plano aportando ligeros tostados, café aromático, sotobosque, especias ahumadas, trufa negra, flores marchitas. En boca es pura confitura sostenida por su gran acidez, concentrado, lleno, con una amplitud poco habitual y un apunte de dulcedumbre de gran vino. Mantiene la juventud y la fruta, con unos taninos suaves y frutales, acariciantes. Ligero al paso, muy fresco, con cítricos y notas amargosas que dan brillantez al conjunto. Desborda vida y redondez. Última elaboración del Gran Zaco que queda para la historia. Un tinto irrepetible.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/05/gran-zaco-vendimia-especial-1973-gran.html

de color cereza intenso, más extraído de lo habitual en un vino de similar añada y bodega, de capa media-alta, borde granatoso, brillante, luminoso. En nariz inicialmente se presenta perezoso y necesitado de un par de horas de aireación para ir ganando en intensidad. Pura finura y elegancia, con una garnacha en mermelada, casi cítrica, que perfuma el conjunto. Se abre de forma majestuosa. Aparecen torrefactados, granos de café, pétalos, especias orientales (pimienta jamaicana, cilantro en grano, cardamomo negro, fenugreco), clavo, vainilla fresca... No para de evolucionar y ganar en profundidad. En boca tiene una estructura inmensa, seco, concentrado, potente, lleno de una exquisita fruta roja en confitura y unos suaves amargosos (cítricos dulces) aupados por su intensa acidez. Vivo, expresivo, aunque lo mejor de todo es su elegancia y sutilidad, con un estilo más cercano a Burdeos que a Borgoña. Está enterísimo, con esos taninos tan firmes y vivos que recuerdan a los míticos Gran Zaco del 62 y 64. Sin dudas, el mejor tinto de Bodegas Bilbaínas, un gran ejemplo de "semipastoso" de la época, que coronaba la gama de los gran reserva de la casa. No confundir con el Vendimia Especial. Se trata de una selección de las mejores uvas del histórico viñedo de Finca Zaco, tan escaso como excelente. Un vino elaborado para perdurar en el tiempo y que lo mejor será dejar durmiendo en bodega.