De color rubí marronoso de capa media-baja, muy claro, translúcido. Presenta bastante cantidad de precipitado en la base de la botella aunque el vino es limpísimo. Reflejos atejados y cobrizos, brillante. Ribete amplio sin apenas diferencias respecto al interior del menisco.

Nariz con elegante reducción y un total protagonismo de notas fúngicas y térreas: sotobosque, corteza, humus... Aparecen aromas de frutos secos (pajaretes), carne ahumada, pimienta molida, cuero viejo, pero no acaba de incrementar su intensidad. Parece como si le faltara ese plus de fuerza para acabar de desplegarse y no acaba de dar el paso adelante. Sin defectos, equilibrado, en la línea de total clasicismo de la bodega que suele agradar incluso en los años en los que muestra más bajos que altos.

En boca parece haber alcanzado hace unos años su mejor momento aunque es aún plenamente disfrutable. Ligero, con una dosis de frescor destacable y la acidez necesaria para seguir ahí. El conjunto está muy pulido y puede pecar de cierta debilidad. Taninos bruñidos, vaporosos, en un conjunto desenvuelto sin mucho peso. Por su estilo recuerda a un Faustino gran reserva. Lo mejor sería ir bebiendo ya todo los que nos quede antes de que pueda venirse abajo. Le falta lo que tienen las mejores cosechas: ese algo de más.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/02/vina-pomal-1976-gran-reserva.html