En visual manifiesta su avanzada edad, tonalidades cereza picota de medio cuerpo y ribete teja que nos adentran a un clásico riojano, donde a pesar de sus 10 años, conserva parte de su esncia frutal, evolucionada, con notas ligeramente oxidativas y licorosas, donde la fruta roja continúa arraigada a la copa, bien acompañada por toques especiados y terciarios de calidad. En boca es toda sutileza y finura, susurros en su ataque y paso, donde los taninos están soportando el paso de la edad, en buen estado.

Los vinos amén de ser buenos o mediocres, amén de si nos entusiasma o nos deja indiferente, el papel que envuelve su esencia y lo puede hacer más o menos protagonista, es sin duda con quién compartes ese vino, este hecho es el que hace diferente a cada botella, aunque hablemos de la misma etiqueta.

Así reitero el entusiasmo sensorial que me ha producido esta añada 1999, teniendo presente los comensales que compartimos este caldo.

En visual manifiesta su avanzada edad, tonalidades cereza picota de medio cuerpo y ribete teja que nos adentran a un clásico riojano con giros de modernidad, donde a pesar de sus 10 años, conserva parte de su esncia frutal, aromas con recuerdos a bayas, cerezas que roza la sensación licorosa del casiss, engarzadas con las notas procedentes de la crianza -tostados medios, regaliz- y ligeros apuntes especiados de nuez moscada y vainílicos. En boca se reproducen los aromas olfativos con acidez fresca y muy sedoso en su recorrido, aportando placer y una sensación tánica noble y pulida que nos transmite un largo final repleto de matices.

Color rojo cereza de borde claro.
Aromas de fruta roja, balsámicos y un toque especiado y de madera.Lágrima espesa y lenta. Ataque muy suave, con taninos muy pulidos y abundante expresión frutal. Final persistente y algo tánico (muy correcto).Retrogusto amargo.Entre lo clásico y lo moderno. Tomado en restaurante.

Color cereza con ribete algo ancho evolucionando a tonos teja. En nariz aparecen aromas de fruta madura mezclado con ligerisimas compotas, notas de vainilla, ligeros cueros...agradable. En boca me parecio redondo y aunque sin mucha complegidad pero si agradable, de buen paso y final rico, calido y con buena acidez. Un buen vino para comer, me gusto para ese fin.

Cereza atejado. Aromas de intensidad correcta a fruta roja, con notas de cueros y madera. En boca es ligero, con un puntito dulce y sin especial complejidad.

Cereza brillante con redondez de color granate.Bonito.Nariz a tostados,humo de madera,cacaos y cafe.Si tiene algo de regaliz.Pero finalmente no muy intenso.Boca de sabores frutales,con cierta espesura o fondo glicérico,notas lácticas y agradable final.

Botella que nos ha salido con bastante poso y que quizá deberíamos haberla decantado. Fallo nuestro. Capa media q muestra un color no muy intenso. Yo diría que demasiado teja aparece en el ribete para la edad del vino. Nariz que al principio me defraudó enormemente porque era pura reducción, pero al cabo de unos treinta minutos empieza a abrirse a los aromas frutales y florales. Rosas, fresas y algo de regaliz para pasar en poco tiempo a balsámicos, y bastante madera y ceniza. En boca no lo encuentro perfectamente equilibrado porque pienso q tiene una acidez algo marcada, q no disgusta pero no me convence. Vuelve a aparecer la madera y los gustos a regaliz. Pienso que la botella no estaba todo lo bien conservada q debiera porque el vino estaba demasiado evolucionado, próximo a la decadencia.

Color cereza con menisco levemente atejado y más bien poco cubierto para los usos actuales. En nariz destaca la madera que es muy limpia y elegante (puntito de cacao además del mencionado cedro), dominando un poco en exceso sobre la fruta roja. En boca es ligero y abierto, el componente de fruta roja (frambuesa, que raro) y regaliz es algo más bien simple y diluido, de modo que una vez mas los elegantes pero tiesos taninos de la madera se apoderan del conjunto. Coincido en que deberia esperarse más para que se suavice pero me parece que su simplicidad, limitada acidez y concentración y ligereza cromática no le ayuden. No encuentro en este vino interés mayor que el del clásico Pomal que muchos amamos. Bien es verdad que no se trata de una añada nada buena.

Cereza no muy intenso con reflejos morados. Nariz de intensidad media, con predominio de maderas (bosque de pinos, cedro), lacas y tostados del roble. Ligeras notas de frutos rojos. Boca seco, con cierta astringencia y con taninos aún verdes. Buen postgusto frutal y largo.
Ofrece una buena estructura que deberá pulirse con larga estancia en botella.