Lo tiene todo. Clasicismo, redondez, acidez (tampoco en este aspecto es que sea el más virtuoso), complejidad, facilidad en el trago... Beberte uno de estos Tondonia con años es volver a todo lo que conocemos y nos gusta. Además, curiosamente, son blancos que se tornan menos oxidativos con la edad, me gustaría que alguien me lo explicase con exactitud. Un 2004 abierto hace poco muestra mayor cantidad de notas ajerezadas que este hermano mayor, veinte años más viejo. Otras etiquetas, otras denominaciones, nos enseñarán cosas diferentes, pero tampoco mejores. Este 94 es un vino de talla mundial que compite en la liga de los más grandes. 

De color amarillo ligeramente dorado, limpio. Reflejos ambarinos, brillante. Mayor sensación de grosor que la cosecha de 1991 aunque sorprende la sensación de juventud, prácticamente equiparable a un reserva recién comercializado con 6-7 años menos. No parece haber adquirido nada de color. Denso, mucho lagrimeo, permanente.

La primera sensación en nariz es que el vino estaba pasando por una etapa de "tontura". Ligero, poco comunicativo, sin mucha concentración aromática, átono. No hay que confundirse: se viene para arriba como un campeón!! Tiene el habitual perfil de Tondonia blanco pero habiendo dado unos cuantos pasos para adelante respecto a lo que teníamos como referencia, y en este caso a mejor!!! Se muestra con gran integridad, sin llegar a ser ampuloso, matizado por el carácter adusto y cerrado de este vino en sus primeros años: duelas húmedas, vainilla, almendras amargas, anisados, laurel, yodados, flores secas...

En boca está su fuerte, lo mejor. Graso, amplio, equilibrado, tenso, complejo, exigente, de acidez difícil de creer que da paso a un núcleo frutoso que se prolonga sin apenas ser visto. No hay que hablar de él, hay que beberlo. Este Tondonia blanco va para histórico y relega en todo a su hermano menor del 91. Vibrante, portentoso, aún por hacer, seguramente el vino de López de Heredia con mayor pervenir en botella. El trabajo de María José al frente de la bodega, y más concretamente en el campo de los blancos, es un lujo que sí que nos podemos permitir. Cada reserva blanco es mejor que el anterior, Gravonia se convierte en un vino de cabecera y el Gran Reserva intimida con su personalidad. La bodega está tocando el techo.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/vina-tondonia-1994-blanco-gran-reserva.html

Quintaesencia de Lopez de Heredia, un blanco con una exquisita y aromatica complejidad, sutilezas, desarrollo de elegantes matices que envuelven el paladar, textura de una cremosidad maravillosa, y una acidez equilibradisima entre toques de albaricoque y frutos secos. La mineralidad en estos vinos es su circunstancia. Inolvidable.