Color dorado intenso con lágrimas tan finas como intensas.

Es todo un deleite y admiración, el vino se encuentra en un momento de gracia, tan intenso y profundo como complejo y cercano. Es todo un recital de frutas blancas maduras, desde la ciruela a la pera y a la manzana asada, tapizado en un fino velo de especias y de resinas, finísimos tostados, moka, mantequilla, hojaldre y miel de acacia. Aire viejuno, madera envinada, leve e insinuante, hay frescura y bondad. 

En boca entra con nervio y majestuosidad, lo paladeas y lo atrapas en la boca, es casi solemne, traza un recorrido parecido al de la nariz, manifestando su vida y frescura. Fruta madura, algo golosa, fino y crujiente punto especiado, miel, cremas, esencias. Largo y calmado.

Escuchando el tema Tuyo (Narcos Theme) en la versión de David Finck, son tal para cual...

Pues veinte años no son nada; mi última botella. Sigue estupendo, firme, en pie y lo que le queda. Oxidativo, carne ahumada, naranja confitada. Muy LdH. ¡Más!

(PVP: 7-8 EUR)

P.S. Ahora la parte de historieta aburrida. Este fue uno de los primeros vinos que compré de una manera algo especial. Me levanté una mañana, fui a Haro y a la hora de comer estaba de vuelta en casa.
Me preguntaba si sería capaz de aguantar este vino hasta que tuviera 20 años. Me preguntaba si estos vinos (o alguno) estaría bien después de tanto tiempo, tal y como leía a personas que parecían saber de lo que hablaban. Apenas estaba empezando a beber vino; he agüantado este tiempo sin abrir la última botella. El vino y yo hemos agüantado y, sin pretenderlo, parece que es el vino número 1000 que os comento.

Buscar, encontrar y esperar, esperar, esperar... Hasta que surje toda la capilla que hay en su interior, con una longitud eterna y una adorable suavidad.

(PVP: 7-8 EUR)

Dorado, limpio y con algún brillo. En nariz la primera impresión es deliciosa, pero cerrada. Toques de sólida bollería, frutas dulces,ligeros toques de madera, alguna especia e incluso ¿bergamota?, conforme se va abriendo.
En boca te inunda: buen ataque, parece un tinto muy pulido, un poco de madera, algo cítrico que nos recuerda que es un blanco y una maravillosa untuosidad. Permanencia no muy larga y una excelente acidez.
Quizás sea pecaminoso, pero lo acompañamos con un cocido de cerdo, de los que llevan batatas, sus morcillas, mangote, garbanzos y arroz, y fue una pasada.

&Quot;No sé porqué te quiero, será que tengo alma de bolero". This sentence of a bolero, can summarize
my feelings about this wine. This bottle was too soft. Nice and usual acidity, a typical Xmas sweet
that in spain is named as ’naranja escarchada’, and a comfortable hint of white ground pepper. It was
like in a dumb phase.

&Quot;No sé porqué te quiero, será que tengo alma de bolero" Creo que esta frase de ese bolero resume mis sensaciones con este vino. Esta botella estaba muy floja. La buena acidez cítrica de siempre, naranja escarchada y un toque agradable de pimienta blanca. Estaba como mudo.

Dorado con destellos amarillos. Nariz de buena intensidad, limpia y muy bien definido, atractivas notas de miel, fruta pasa, delicados tonos ahumados, toques de piel de limón escarchado, algo de pomelo rosa y recuerdos especiados. En boca tiene cuerpo medio, es muy seco, con excelente ataque, muy buena acidez, de corte cítrico, buen recorrido y paso evocador con un delicado retronasal que trae recuerdos avainillados.

Amarillo dorado con tonos acerados, ligeramente tristón.
Aromas de vainilla, con una intensidad aceptable, especiado, mineral, con notas de citricos, pomelo confitado.
Buena estructura en boca sobresaliéndole un ligero pico de acidez y tanicidad.

Amarillo dorado con reflejos metálicos.
Nariz de buena intensidad donde aparece membrillo, bizcocho, canela, ahumados y duelas envinadas.
En boca tiene una buena acidez, un buen recorrido y un punto lácteo y ahumado que lo dotan de carácter. El problema es la ausencia de fruta fresca.

Vino interesante, aunque no es un vino para consumir a diario.

Atractivo dorado suave con ribete limón. Limpio y brillante.
Nariz de media intensidad colapsada por las sensaciones de madera vieja y algo húmeda. Sólo una enérgica y prolongada aireación permite entrever algunos frutos de otoño compotados -orejones-, un leve recuerdo de cera y notas de dulce de membrillo.
La boca también esta marcada por ese exceso de maderas viejas, flirteando con la oxidación. La fruta apenas se aprecia y todo lo demás parece anecdótico. Muy por detrás del 95