Y tres añitos después volvemos sobre este Gravonia, el segundo vino para acompañar nuestro arroz caldoso de sepia, gamba roja y gambones en compañía de nuestros buenos amigos Betty y Carlos. Lo tuvimos en la vinoteca a 8°C desde el día anterior junto con el Viña Sol y tras abrirlo lo dejamos por una hora atemperarse hasta llegar a los 11°C para su cata. Tapón en perfecto estado, compacto y largo.  

VISUAL: Nos muestra un bonito color amarillo en tonos dorados con reflejos metálicos, limpio y brillante (87).

OLFATIVA: En nariz y a copa parada nos encontramos aromas cítricos  de limón. En movimiento emanan perfumes frutales variados, pera, piña y albaricoque maduro así como notas dulzonas avainilladas, a membrillo y a fruta escarchada. Realmente complejo, ha evolucionado a mejor estos tres años sin duda. Aparecen ahora apuntes lacteos de mantequilla, herbáceos de hinojo, aromas a cera de vela y un sutil y elegante recuerdo a maderas nobles. Su intensidad es media-baja pero posee un bouquet realmente variado (90).

GUSTATIVA: Nos lo llevamos a la boca y el ataque es potente, de alta acidez con un paso por boca un tanto cremoso y muy agradable. Retronasal cítrico y con apuntes herbáceos. Post-gusto muy rico, lácteos en donde apreciamos de nuevo el recuerdo a queso fresco con un toquecito salino y graso exquisito. Su persistencia es de algo más de tres minutos, una maravilla. Por supuesto que le queda mucho por decir todavía y más viendo la fantástica evolucion que ha experimentado estos tres años, se redondea a pasos agigantados. Si no recuerdo mal aún quedan un par de botellas para seguirlas más adelante. Seguro que nos sorprende (91).

La RCP la subo a excelente, vino sobresaliente ya y con 4 años de barrica por 12 euros es algo excepcional.

Como segundo vino para nuestro suculento arroz caldoso de gamba roja, sepia y gambones lo disfrutamos enormemente. Su buena acidez y el puntito cítrico fueron el contrapunto perfecto para apaciguar y refrescar los potentes sabores de nuestro intenso caldo. Delicioso a cada sorbo, para disfrutarlo y saborearlo con todo cariño. Qué buen blanco por Dios y qué exquisito caldoso (mi socio Carlos y yo nos metimos tres platos cada uno entre pecho y espalda, uhmmm...).

Me reitero en que fue una entrañable velada con grandes amigos, con nuestras hijas, esposas y madre. Tocando el cielo estuvimos...

Salud-os!!!

Vinazo blanco en la línea de esta gran bodega. Amarillo oro, nariz cerrada al inicio en la que sólo aparece un leve aroma de cera tipo cirio, para desplegar después una nariz de mucha complejidad y cambiante con notas alimonadas, laca, albaricoque, miel, melocotón en almíbar, flor marchita, laurel, maderas de calidad pero muy sutiles, mantequilla, botica e hidrocarburos en un conjunto de gran elegancia y complejidad.
Si la nariz es un deleite, la boca no baja el nivel con esa acidez cítrica, notas Salinas, untuoso y ajerezado y una notable longitud.
Vino diferente, todo un clásico riojano blanco en el mejor sentido de la expresión.

Dorado, limpio y brillante.

Nariz de buena intensidad, compleja, madura, cambiante, con aromas a caramelo de limón, vainilla, lácteos, higuera, piel de cítricos, pastelería y, con el tiempo, manzana reineta y toques fúngicos (boletus).

En boca muestra cuerpo medio, bastante volumen, marcada acidez y toda una amalgama de sensaciones cítricas, amargosas, salinas y vegetales que se prolonga en la larguísimo final.

Aunque con bastante vida por delante, se encuentra ahora en un momento de forma magnífico.
Muy bueno, en mi opinión una de las mejores añadas de los últimos años.

Quizás no sea imparcial con los blancos de esta bodega, pero a la vez esto hace que le exija a cada uno de ellos, y hasta ahora nunca me han decepcionado. Aun siendo el hermano pequeño, lo considero un gran acierto y una rcp excelente.
Color amarillo dorado, limpio. Brillante.
En nariz intensidad media (quizás única pega que le encuentre), con aromas típicos a vainilla, ceras, frutos secos, orejones. Todo sobre un fondo leve de cítricos, madera bien ensamblada... difícil describir, complejo.
En boca muy buena acidez, sin duda aguantará bien el paso del tiempo. Untuoso, graso...
Menor complejidad en boca que en nariz, pero creo que por ese precio poco más se puede pedir...

Botella tomada en restaurante.
De color amarillo dorado, destellos también dorados y lagrima de gran densidad.
En nariz se aprecian aromas de fruta amarilla madura y fruta escarchada, también aparece dulce de membrillo, vainilla, maderas finas, bollería, sutiles toques anisados y un fondo ligeramente oxidativo.
En boca tiene una entrada untuosa, glicérica, con una buena acidez y un postgusto bastante largo con recuerdos especiados, cítricos y de fruta muy madura.
Sin duda un buen ejemplo de como se debe hacer un buen blanco de guarda.

De color dorado brillante con ribete oro viejo, aspecto limpio y muy brillante.
Nariz madura, fresca y con buena intensidad de frutas maceradas (ciruela amarilla, melocotón), piel de mandarina y almendra cruda, acompañadas de caramelo de piña/limón, laurel y aceite de oliva. Fondo de cacahuete, levaduras y especias (laurel, pimienta blanca) sobre un fino velo de mantequilla fresca.
En boca es de tacto graso, denso y con cuerpo, muy buen peso de frutas amarillas maceradas, cítricos escarchados, almendra fresca y especias. Maderas elegantes y afinadas junto a toques ahumados, vainilla suave y puntas lacteas. Tiene nervio, buena tensión gracias a su magnífica acidez envolvente desde el inicio, lo que le da soporte y un equilibrado y evocador final de boca, intenso, delicado y de largo postgusto.

Amarillo subido, con matices de oro viejo, muy limpio, transparente y de lágrima muy fina y uniforme.

Nos recibe con unos balsámicos muy elegantes, entrelazados con unos tostados discretos, pero presentes: alcanfor, salvia, suaves anisados, pan horneado. Con algo de tiempo y movimiento surgen las frutas en forma de cítricos escarchados, confitura de limón. Canela en rama, cáscara de avellana.

Su ataque en boca es sorprendentemente liviano en el tacto. Fluido, noble, fino. Con unos dejes iniciales salinos pero con una expansión rápida, vigorosa que da paso a una notable longitud y un recuerdos largos a cáscara de limón escarchada y carne de menbrillo.

Magnífica acidez y viveza.

Nueva cata y nuevo placer. En esta ocasión percibo matices más ajerezados en boca y más amargosos en nariz. Frutos secos y orejones. Tras 10 años sigue impresionandome su frescura, densidad y profundidad frutal

Seguramente por debajo de su hermano blanco mayor, pero aportando una elegancia y equilibrio admirable. Me gusta que tenga 10 años¡¡¡¡Dorado clásico. Fresco, equilibrado, frutal, toques de melocotón, fruta exótica muy madura,no muy intenso pero redondo en su expresión. Madera de sarmiento seco. En boca más seco, un pelín amargoso, graso, excelente.Fresco y vivo

Nos preparamos para catar un vino blanco con una crianza de cuatro años tal y como nos vienen acostumbrando las bodegas Lopez de Heredia. Monovarietal de Viura (Macabeo), con 12,5 grados alcohólicos. Lo abrimos 20 minutitos antes de catarlo y lo servimos a 13 C de temperatura. El corcho perfecto, largo y compacto.

VISUAL: Amarillo pajizo oscuro, tirando a dorado. De lágrima abundante y fina, muy cristalino.

OLFATIVA: A copa parada es muy frutal con recuerdos a pera y piña. De intensidad media. Al agitar se aprecia la humedad y los cítricos claramente, dejando entrever unas curiosas notas de frutos secos (anacardos y avellanas). Al final aprecio un ligero carácter floral con aromas a margarita y lirios. Sugerente nariz.

GUSTATIVA: Vino brioso y ácidulado. En retrogusto surgen de nuevo las notas de frutas blancas y cítricos de lima así como unos recuerdos lácticos a queso fresco. Remata el conjunto unos sutiles toques avainillados y su persistencia prolongada. También en boca me ha resultado delicioso. Confieso que es el primer Gravonia que pruebo y me arrepiento por ello, por no haberlo hecho antes, quiero decir. Afortunadamente hay más botellas, je,je...dejaremos unos añitos algunas en bodega para ver su evolución que vista su acidez promete.

Vinos como éste me recuerdan que hay que probarlo todo y no dar nada por sentado. Discrepo con algunas valoraciones que leo mas abajo, pero esto es siempre así, para gustos...los vinos y no los colores. A mi sí me ha gustado... y bastante.

La RCP me parece muy buena pues me costó 12 euros y creo que es un vino notable.

Para acompañar este vino, nos metimos entre pecho y espalda un arroz caldoso de gambas rojas de Denia que "quitaba el sentío". El maridaje fue todo un acierto, esa acidez se compenetró a la perfección con esas gambas cuasi celestiales...vino y caldoso, caldoso y vino...pero que rico Dios...