Y como tercer vino de nuestro singular almuerzo del Lunes de Madalena traje esta botellita de Viña Tondonia reserva 1.991. La abrimos una horita antes de la valoración y servimos a 17°C. Tapón espectacular, largo, compacto y tintado tan solo en su base.

VISUAL: De color rojo picota un tanto amarronado y de ligera turbidez. El ribete es rubí atejado, muy brillante. Lágrima escasa, gruesa, transparente y lenta (84).

OLFATIVA: A copa parada se muestra un tanto cerrado con notas viejunas a desván y flores marchitas. Con el paso del tiempo y en movimiento se muestra más cordial con aromas a fruta escarchada, sotobosque, tomillo, balsámicos de eucalipto, especiados de laurel y canela, cítricos (ralladura de naranja), fúngicos de trufa negra, apuntes de avellanas tostadas y una buena pátina terciaria: Duelas envinadas, cuero curtido, faisandaje, caja de puros, cacao en polvo, café en grano y un fondo eterno a roble. espectacular en su complejidad con una intensidad media (92).

GUSTATIVA: En boca nos encontramos con un vino bastante redondeado, amable, cremoso, de acidez alta y taninos muy puliditos. Da la sensación de estar empezando su fase descendente. Aún así posee una estructura magnífica, elegante y equilibrado con un retronasal que nos trae recuerdos de hojarasca húmeda, a fruta negra en compota y con apuntes tostados muy agradables. Persistencia de 2 minutos y medio. Nos quedan otra botella pero no deberíamos tardar en abrirla. Un Tondonia notable que ya lo ha dado todo que no es poco (87).

La RCP en los Tondonias reserva es siempre excelente dada esa crianza de seis años en barricas. No tiene rival actualmente hablando de la relación precio-años de crianza. Estas dos botellas costaron 17 euros cada una allá por el 2014. 

MARIDAJE: Como he comentado fue el último vino de un opíparo almuerzo que nuestro buen amigo Jorge "El Notari" nos hace cada Lunes de Madalena. Para este reservita nos guardamos las longanizas y morcillas con pimientos rojos asados y las chuletitas de cordero con ajoaceite y huevos fritos...pantagruélico sí... Espectacular maridaje en especial con la carne de cordero en donde las notas animales y aromas viejunos armonizaron maravillosamente. Brutal velada como cada año en compañía de grandes amigos.

Salud-os!!

Tomado en restaurante en una copa tipo Borgoña (la mejor para este tipo de Riojas clásicos). Color ya muy abierto. Destaca especialmente por una magnífico bouquet, complejo y expresivo, con característicos terciarios de sotobosque, orejones, alguna nota de naranja, en fin que apetece olerlo repetidas veces antes de beberlo. En boca es muy pulido, estilo clásico de vino fino riojano, equilibrado, facil de beber y de maridar con un variado menú degustación como el que tomamos. Postgusto correcto aunque no deja la sensación de complejidad y profundidad que transmite inicialmente en nariz.

Rubí teja con ribete claro. Límpido.
Nariz con un primer plano muy marcado de olores tipo sulfuroso y otros de tipo empireumático, aunque con cierto trabajo en la copa se relativizan dando paso a otros más generosos y francos, de una complejidad aromática destacable y cierta elegancia. Destacar notas de faisandé, enebro, jara, tomillo, carne ahumada, arnés y ciertas notas de frutos secos y fruta negra.
En boca es ligero, de fácil trago, de buen repetir y mejor reponer.
Un final justito, con un retronasal inespecífico y una acidez que se hace notoria, pero no es molesta. El vino se desarrolla bien en copa y va del 7,7 justito al 8.