Viña Tondonia es uno de los grandes vinos clásicos de Rioja. Un vino fantástico, sedoso, muy, muy grato para deleitarse bebiéndolo. Y ahora sale un reserva de esta añada, difícil encontrar ya vinos de 2004, y viene Viña Tondonia y nos destapa esta maravilla. Es un vino de prestigio y excepcional y con una RCP, muy buena. Estos vinos dan tiempo y un reposo para disfrutar. Un lujo. Color rojo rubí evolucionado pero todavía intenso, marcado con bordes teja. En nariz aromas finos y sutiles a fruta madura, notas especiadas. Unos aromas que necesitan un tiempo para abrirse, pero que a pesar de los años, parece joven. En boca es suave, sedoso, es un placer como va llenando la boca con buen cuerpo, elegante, con muy buena acidez y muy refinado. Un clásico, vivo y que tiene una gran personalidad. Un vino con mucho tiempo por delante. Un placer.

De color rubí rojizo de capa media, claro, límpido, sin precipitados. Reflejos granatosos y anaranjados, brillante. Borde estrecho, cobrizo.

Potente, complejo. Se presenta con un núcleo de especiados (clavo, pimienta negra, laurel) que se confunden camelos de cola, e incluso algún apunte asilvestrado de maceración, hollejos, carcascarillas de naranja... Viene apretado, "asalvajado", sin abrirse. Muy puro. De una juventud insultante!!!

Concentrado, vivo, sápido, lleno, de enorme finura y personalidad. Es el vino que por calidad se debería elaborar en la Rioja alta: fresco, fino, acendrado, con una acidez marcada y una materia prima excelente. Juega en otra liga!! La trama es compacta y nos deja la impresión de estar ante un grandísimo vino. Aún se espinan un poco los taninos y falta por corregir algún exceso pero todo esto son virtudes.

Extraordinario Tondonia reserva que pone el contrapunto a las últimas cosechas. Quizás se trate del tinto más sobrio y austero que haya probado de esta bodega. Impecable, sin filigranas, nada redundante, sin excesos de madera, sobrado de energía y con un equilibrio ya notable, y a mí entender con una proyeccion de guarda como nunca se había visto. Ya se puede disfrutar en su juventud pero cuesta saber hasta dónde va a crecer. Un vino magnífico, de gran pureza, fiel a la historia de la bodega pero con el añadido de calidad a la que nos estamos acostumbrando en los últimos años. El nivel de los Tondonia, blancos y tintos, es a día de hoy máximo. Mientras otras bodegas se pliegan a la tensión del mercado y pierden identidad, R. López de Heredia vive su época dorada.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2016/04/vina-tondonia-2004-reserva.html

Lo accesible no es la textura opulenta que va a levantar aromas con perfiles delicadísimos, es la fruta que hay respaldada por taninos de una envergadura considerable, cayendo con un peso en boca que se hace masticable.
Es un vinazo. Tiene todo su dominio en nariz, potente acabado y larguísimo y evocador final.
Lo afirmado en #enosicoticos, un eslabón entre lo dórico y lo jónico.