Vino color picota madura con ribete granate, capa media alta, limpio, brillante y lágrima abundante y lenta.
En nariz con intensidad media en un principio, notas de frutillos negros y rojos, con algo de chocolate lacteo que desaparece rapidamente, poco a poco se van liverando especias dulces, tostados, hojarasca y una evolución clara hacia un monte bajo, perfecta conjunción, que varia por momentos, unas veces nos lleva a la fruta y otra al monte, la intensida va aumentando confome respira. Pasadas varias horas el vino está en su línea, sin lugar a dudas necesita tiempo para mostrar su potencial, perfumado, expresivo y bien definido.
El paso por boca, suave, amable, cuerpo medio, afrutado, mas presencia de fruta negra que de roja, tostados, monte bajo, buena acidez, equilibrado, largo recorrido, estructurado y un tanino maduro y aterciopelado.
Retronasal, frutillos negros.
Postgusto, largo y muy bueno

Pienso que está por darnos lo mejor de sí, pero muchas veces uno no se aguanta...

Para nuestra nota 2500 en Verema y aprovechando una maravillosa cata de “Continos”, elegimos uno de nuestros vinos de referencia de aquellos años en los que empezábamos a quedar atrapados por este fantástico mundillo. Nos remontamos unos 15 años atrás cuando las comidas familiares se solían acompañar con vinos de este corte y tipo, como éste gran reserva de Contino. Añadido a este valor sumamos la lujosa oportunidad de catar el vino con la persona que le ha dado la “vida” “forma” “esencia”, es decir, con el padre. Escuchar de su viva voz como nos cuenta las dificultades que ha tenido para encontrar lo que buscaba, la persecución de este fin…no se puede pedir más, es por ello que escogemos este Gran Reserva de Contino como nuestra cata 2500.
Se presenta con una capa alta, de intenso color rojo picota con el borde cardenalicio. Con 8 años de edad conserva una expresión de color bastante alta. Aromáticamente es intenso, limpio, de un corte riojano inicialmente, elegante, finos cueros, cuadra, regaliz, fruta negra, punta de mina de lápiz, mineral. Muy complejo. Le gusta abrirse poco a poco y expresar ordenadamente toda su gama aromática, se va transformando, más balsámico, fresco y profundo, con mentolados, clavo, muy equilibrado y armonioso, al rato cafés y finos torrefactos. Probablemente si hubieras estado más horas con el vino en la copa los caracteres aromáticos no hubieran cesado. La nariz es inacabable. Su paso por boca también es elegante, limpio y fino, con un tanino firme y elástico, ligeramente secante que te invita a beber, con moderada amplitud, envolvente y sabroso, muy buena acidez, muy largo y de final complejo, balsámico, fresco y con gran potencial de guarda, aún hecho un chaval.