VISTA: Rubí de buena capa, todavía brillante. Lágrima importante aunque no tinta la copa.
NARIZ: Complejo y de buena intensidad. Muy fresco. Fruta escarchada, cerezas, grosella y vainilla. Toques balsámicos (eucaliptos). Fondo ahumado. Chimenea. Tabaco inglés.
BOCA: Tacto sedoso. Buena persistencia. Excelente acidez. Se percibe un vino fresco, fácil de entender y en un excelente momento. La fruta está todavía presente.

10 años en mi modesta bodega, esta botella me ha sorprendido por su inesperada frescura (supongo que por esos maravillosos balsámicos) y excelente momento. Un rioja bien elaborado y todavía con fruta y elegancia. Mejor que lo recordaba. Creo que envejezco más rápido que él.

Pocos vinos he guardado tanto tiempo en bodega. Este han sido 9 años. Su coste entonces rondaba los 17 euros.
Toda una liturgia su apertura. El corcho ha resistido sin terapias extras. Un pelín reseco está ya pero aun conserva el preciado líquido.

Su aspecto visual no deja dudas del paso del tiempo y los tonos teja aparecen. Tiene una gran cobertura. Todavía brilla.

Aromáticamente perserva fruta confitada, toques de cacao, higos secos y chocolate, tamizado por matices de reducción. Excelente integración.

En boca está muy vivo todavía y hasta sorprende la acidez el recuerdo frutal. Elegante, moderno y: Retrogusto de buenas maderas y fruta en confitura.

Un gran vino

Buen tinto, a medio camino entre los vinos corpulentos y bien estructurados y la crianza y la finura. Buena riqueza aromática que se acompaña por una fresca sensación frutal en boca junto con complejas notas de crianza. Largo y de notable post-gusto. Se bebe de manera agradable y con agilidad. Aún con bastante vida por delante. Entre la tradición y la modernidad.