Desde su fundación en 1974, la historia de Bodegas LAN está íntimamente ligada a la tierra en la que nacen sus vinos, adoptando como principio básico que la enología comienza por la viticultura, apostando de manera pionera por una visión innovadora del viñedo.
Abrazada por un meandro del río Ebro, en el límite natural de Rioja Alta y Rioja Alavesa, Viña Lanciano emerge en una ubicación privilegiada, al abrigo de Sierra Cantabria que favorece un microclima único. La naturaleza pobre de los suelos obliga a las cepas de tempranillo, garnacha, graciano y mazuelo de hasta 70 años de edad a hundir sus raíces en busca de un carácter único. Su biodiversidad y una historia milenaria aportan a este terroir privilegiado una identidad singular y una personalidad marcada por una particular forma de entender la viticultura como el origen del todo.
Viña Lanciano es el eje vertebrador del proyecto, una finca con 72 hectáreas y desde la que se ponen los cimientos de la filosofía en la bodega de elaboración. Ese compromiso con el viñedo continúa siendo hoy uno de los pilares de LAN, que se trabaja practicando una viticultura sostenible en cada una de sus 22 parcelas, concediendo el máximo protagonismo a las cepas, a sus tiempos y a sus necesidades.
Parte del Grupo SOGRAPE, empresa familiar dedicada a la elaboración y distribución de vinos con presencia internacional en más de 120 mercados. SOGRAPE nació de Portugal al mundo. En la actualidad, produce vino en las principales regiones vitivinícolas del país y más allá de sus fronteras, concretamente en Argentina, Chile, Nueva Zelanda y España.
Cada uno de sus vinos tiene una personalidad propia, producto de la tierra en la que nace y su método de elaboración:
LAN Verdejo: UN VINO A CUATRO MANOS: Un vino. Dos enólogas. Olga Tormo es el rigor castellano; María Barúa la custodia del estilo LAN. Juntas han elaborado un vino alegre y varietal que expresa con frescor su propuesta de disfrute. Un vino para celebrar la vida alegre y floral, que nace en Rueda y que guarda en su interior toda nuestra alma y pasión.
LAN Rosado: El color de la elegancia y la alegría. Un rosado original, lleno de vida, elegante, alegre y muy fresco. Perfecto para disfrutar al aire libre y celebrar cada momento.
LAN Crianza: Un valor seguro para celebrar cada día. Afrutado, floral, fresco y elegante. Puro Rioja y carácter LAN. El vino para disfrutar cada día de los pequeños momentos.
LAN Reserva: Un clásico renovado para disfrutar hoy. Unimos tradición y modernidad a través de un vino que mira hacia el futuro sin perder de vista el pasado de Rioja.
LAN Gran Reserva: La magia de encapsular el tiempo. Pureza, armonía, complejidad. Año tras año, el silencio y la calma de nuestra bodega forjan el carácter único de este gran vino.
Lan D-12: Homenaje a la propia historia de LAN. LAN D-12 recoge la tradición de los antiguos viticultores riojanos de seleccionar su mejor depósito y reservarlo para propio consumo.
LAN 7 Metros: La búsqueda de la medida. De unos pocos ejemplares de roble español, de al menos 7 metros, proceden las barricas en las que LAN 7 metros lleva a cabo su proceso de crianza.
LAN Xtrème Ecológico: Respeto extremo por la materia prima. Un vino con la mínima intervención desde su origen. Nuestro vino más sostenible y respetuosos con el medio ambiente.
Viña Lanciano: El alma de LAN. Su nombre es también el del privilegiado terroir en el que nace. Un vino que condensa toda nuestra filosofía y saber hacer.
LAN A MANO: Viticultura y artesanía unidas en un vino. Viticultura y artesanía se unen para crear un vino de edición limitada, fiel reflejo del terruño del que procede.
Culmen: El máximo exponente. La joya más preciada, procede de una exclusiva selección de cepas viejas de escaso rendimiento y soberbias cualidades.
La finca Viña Lanciano, gracias a su peculiar ubicación alrededor de un meandro del río Ebro, es un enclave único no solo para el cultivo de la vid, sino también para la coexistencia de multitud de aves, mamíferos, reptiles, anfibios y variedades de flora de ribera de río, ya que el río lo rodea casi al completo. La práctica activa de la viticultura sostenible fomenta las autodefensas de la vid y favorece un microclima de los racimos de buena aireación y luminosidad en nuestro viñedo. De esta manera, se reduce la erosión del suelo y mejora su fertilidad, disminuyendo la contaminación ambiental, con prácticas principalmente manuales, controlando el uso del agua y favoreciendo que flora y fauna encuentren el equilibrio en nuestro viñedo. Para ello, no utilizan ningún tipo de herbicida químico. La gestión del suelo la se lleva a cabo sin herbicidas, tan solo con laboreo tradicional y pequeños aperos.
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