Rojo cereza de capa alta y ribete anaranjado teja. Nariz con sutiles aromas de frutillos silvestres ( moras ) bajo tildes lácticas al inicio que giran hacia la crema y el pastel de frutas horneándose. Hay flores ajadas, una sensación vegetal – terrosa, tierra de maceta – semillero, cacao, hierbas aromáticas y con la aireación sale el corazón de pulpa frutal cercana al hueso. Nariz muy limpia, sin terciaros demasiado evidentes salvo un ligero matiz de la serie animal muy integrado con la fruta negra madura y la menta, que le da un carácter fresco – balsámico. En boca es muy rico, suave y de paso fresco, donde a la fruta se le ve el carácter tostadito de su crianza dejando una sensación cremosa en la evolución que junto a su buena acidez le da viveza frutal al recorrido. Posgusto fino, fresco y de buena persistencia, siempre con esa sensación de taninos cremosos y tostados. Por vía retronasal saca la fruta silvestre con notitas de hojarasca, tostaditos y crema. Esta estupendo, redondo, quizás todo lo expresa bajo una intensidad media, pero de muy buenas formas, con elegancia y siempre deja la impronta frutal cremosa. Me quedan varias botellas de este vino que puede seguir su camino en botella como mínimo una década más. Una prueba más del buen desarrollo de los vinos de Ribera en botella.
Color picota bastante oscuro y muy atractivo.
Aroma de intensidad media pero elegante a frutos rojos y negros maduros (ciruelas, fresas y moras), buenos tostados de la madera, balsámicos, especias y notas cremosas del roble.
En boca es más potente, tiene un paso de boca agradable, pastoso, redondo y equilibrado, taninos suaves, retronasal a todo lo de la nariz. Final bastante largo y sobre todo persistente. Buen vino y sobre todo elegante. Costaba sobre 21 €, el corcho un 8.
Color rojo cereza picota con ribete granate – violeta. En nariz sobresalen los aromas tostados, ahumados, torrefactos, coco, también se perciben sensaciones de frutas rojas y negras maduras ( muy buenas e intensas – van a más ), especiados y balsámicos, algo de pastel de arándanos horneándose, endrinas en licor ( pacharán casero ), licor de café, regaliz negro, madroño, hierbas aromáticas, la fruta negra siempre está presente. Conforme se airea en copa y decantador aumentan los aromas de fruta negra con chocolates mentolados. En boca es amplio, sabroso, con evolución de fruta negra madura, especiados, tostados y algo de café, cierto carácter abocado, muy persistente, sin aristas con cierto carácter de untuosidad. Buena retronasal de similares características a la nariz. Un buen vino de corte semi-clásica ( aunque sin aromas de la seria animal ribereños – lo que es una cualidad ), bien elaborado, salvo quizás algo falto de elegancia por los excesos de la crianza en madera de tostado medio – alto, pero compensado por una excelente fruta. Seguro que va a más con la crianza en botella, muy rico y sabroso. Necesita para dar de sí por lo menos 2 horas de decantación
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