Botella bordelesa pesada y de vidrio grueso, de cuello que se une en diagonal con el cuerpo de la botella, etiquetas modernas y llamativas, con el rojo como tipografía en buena parte del etiquetado y la cápsula, gruesa y de gran calidad.

No pone que contiene sulfitos porque, al no tenerlos añadidos, el vino da unos valores inferiores a los 10 mg/litro que exige la Ley para obligar a poner que los contiene.

Corcho de gran calidad, longitud media plus, ancho y apenas bañado en vino granate oscuro con ligeros cristales de bitartratos.

Sacado de vinoteca a 14ºC y servido en copas amplias Lehmann Jamesse Grand Rouge.

Visual

Picota oscuro de capa media-alta tirando a alta, ribete granate-azulado-transparente, limpio (salvo un muy leve poso final), brillante y de ancha y abundante lágrima, de lenta caída.

Muy bonita visual. Presentación fantástica, muy buen corcho y aspecto. (9,7)

Nariz

No muy intensa al inicio aunque con la aireación (agradace oxigenación en copa o decantación previa) aumenta a intensidad media-alta, con frutas rojas y negras maduras pero con un punto de frescor aún importante, muy floral (flores azules, violetas y rosas), notables toques balsámico-mentolados, un punto levemente vegetal, hierba recién cortada, regaliz rojo, leves ahumados, muy sutiles y finos tostados de madera de buena calidad, punto de lavanda, algo de mina de lápiz y grafito.

Muy buena nariz en complejidad y definición aunque no con tanta intensidad como la que luego tendremos en boca. (9) 

Boca

Ataque de gran frescura y frutalidad, acidez alta, la fruta es más fresca que madura, sabroso, seco, con cierto peso en boca pero sin excesos, buen volumen, de cierta amplitud, buen cuerpo y estructura media-alta.

El paso por boca es una maravilla en fruta, sedosidad y elegancia: de taninos crujientes y con mucha vida pero, a la vez, aterciopelados, redondos y sabrosos, muy bien trabajados y pulidos.

El final es de muy buena longitud, con fruta negra y roja levísimamente amargosas, un punto mentolado, floral, especiado, con un toque muy leve de tabaco rubio, mina de lápiz y tostados de madera muy sutiles (en tercer plano) que dan, como resultado, un postgusto y retronasal fantásticos.

Gran boca la de este vino. Diferente, con madera pero frutal a tope, ecológico y sin sulfitos pero muy bien armado y hecho para aguantar (a pesar de no llevar sulfitos añadidos), otros 3-5 años más, como poco, si se conserva en condiciones óptimas. (9,4)

Muy diferente a los clásicos Ribera del Duero de ésta y otras bodegas. Fruta a tope, buena complejidad, juventud, acidez, óptima integración y equilibrio, sin sulfuroso y para beberse uno solo la botella entera sin problemas.

Otra Ribera es posible y este La Felisa 2018 de Emilio Moro lo demuestra totalmente.

Junto con los Top de la bodega, es ya no sólo uno de mis vinos favoritos de la bodega, sino de todo la DO.

Su PVP rondaba, cuando lo compré, por unos 20-22€. Ahora ronda ya los 24-25€. La RCP la considero muy buena aún así, sinceramente. Voy a comprar más pues, aunque me gustan muchas tipologías de vinos, este tipo de vinos que combinan fruta, flores, muy buena complejidad, algo de madera, integración y equilibrio es lo que quiero ahora mismo.

La verdad que no terminó de convencerme.

En la nariz me pareció interesante con sus notas frutas y la sensación muy presente de notas de fermentación láctea, balsámico y discreto toque de la madera.

En boca me decepcionó un poco, pero algo esperado. Una acidez algo molesta con cuerpo medio. La astringencia también algo desequilibrada.

No sé si mejoraría en botella, pero espero que sí. Aguardaré otras notas de cata.

Rojo picota intenso y pequeño ribete violeta. Nariz muy frutal, aromas de frutas rojas maduras en confitura y notas balsámicas, también hay leves ahumados / vegetales que dirigen a la fruta roja hacia sensaciones de golosinas y regaliz rojo. Es muy limpio en nariz, frutal, balsámico, lavanda, incluso quizás con notitas herbáceas de césped. Recuerda a ropa de cama limpia con esos aromas de flores blancas, en este caso azules y de lácteos con fresas ( Yogurt de Fresones ). En boca es goloso, pero también transmite señas de identidad algo más astringentes y propias de la maceración, dejando recuerdos de hollejo, vegetales, violetas y de flores azules por vía retronasal. Un vino rico, diferente, al que la botella le va a venir de maravilla por lo menos en los próximos cinco años, ya que el posgusto es algo amargoso pero muy prometedor. Debe de ser un vino especial ya que tiene el honor de llevar el nombre de la Madre los propietarios de la Bodega, solo por eso ya merece un 100 puntos, yo que soy más humilde solo le pondré un 10. Es una mezcla de estilo joven, maceración carbónica, con algo de crianza ( creo ) pero creo que es en barrica usada o en deposito y con un trato en le maceración de los hollejos diferente. Un vino muy personal y sobretodo diferente a lo que hay en Ribera del Duero. Un vino cariñoso y seguramente maternal.