Marqués de Murrieta Castillo Ygay Gran Reserva Especial 2001
Marqués de Murrieta Castillo Ygay Gran Reserva Especial 2001
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Graduación (vol):
14,00%
Varietales:
93% tempranillo y 7% mazuelo.
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 30 a 49,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
8.92
/
95
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
7,4
ELABORACIÓN
Fermentación por separado en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. Permanece durante 31 meses en barricas de roble americano. Sometido a diversas trasiegas anuales. Un mínimo de 36 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
MARIDAJE
Mezcolanza de berenjena, de pimientos amarillos, de rábanos cocidos y de colmenillas. Carpaccio de filete de vacuno, salsa de vino tinto ( marchand de vin ) con setas de Burdeos y patatas Duquesa.
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OPINIONES
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       " Castillo Ygay Gran Reserva Especial "  es una de las etiquetas centenarias de La Rioja y el buque insignia de " Bodegas Marqués de Murrieta."  Se diseña siguiendo la serigrafía original del Siglo XIX : sobre la grisalla del fondo - medallas y corona - resaltan sus letras rojas de forma serpentinata. Esto da a la botella un aspecto imponente.

       El 2001 muestra un color cereza granatoso oscuro, limpio pero bastante opaco, con unos reflejos levemente rojizos. Firme, expresivo, dotado de una enorme personalidad, potente sin exceso, despliega una mezcla de notas de zumo de saúco, de granos de café, de higos maduros, de pan de especias y un toque ahumado. Nítido, complejo, profundo, educado, va ganando en detalles al tomar aire.

      En boca, su núcleo es tremendamente frutal - ciruelas rojas, arándanos, fresas " Mara des Bois " - pero salen apuntes de marrasquino y de chocolate amargo. Sus taninos pulidísimos alargan el final y envuelven el conjunto en terciopelo. Envejece con hermosura, adquiriendo - lenta pero seguramente - madurez e intensidad : no dejará de asombrarnos dentro de diez años. Hecho para la cata ciega pero ideal para acompañar platos refinados, en grandes ocasiones, merece ser degustado para celebrar en petit comité que somos vivos.

     Obviamente, no se trata del mismo néctar que el de las añadas 68 y 59. Sin embargo, a falta de pan, buenas son las tortas. De todas formas, más vale beber este tinto de lujo que aceite de rícino. Un litro puede costar alrededor de 24 € pero vuestro " Castillo Ygay " nunca os dará diarrea. ( PVP : 49 € )

Probado al cabo de muchos años esta gran añada, en la cena de Rioja. Sorprende su evolución con sus aromas especiados y el elegante sabor a fruta, cuero y especias. Una gran añada. 

     La belleza del diseño de la etiqueta no debe hacer olvidar que no bebemos papel sino un vino de color granate oscuro : el jarrearlo le sienta muy bien.

     El 93% de tempranillo le otorga una gran intensidad aromática ; sobre un fondo de fruta roja - cereza negra y mermelada de grosella - paulatinamente aparece un montón de detalles : cuero crudo, agua de violetas, visceras animales. El 7% de mazuelo aporta una estructura tánica más bien firme y una acidez equilibrada. Permanece en el paladar durante un buen rato.

     Al cabo de media hora, este rioja se suaviza y se armoniza - textura aterciopelada, notas de guindas en licor y de cardamomo - hasta tal punto que beberlo con un entrecot a la brasa, setas de Burdeos y patatas grenailles es un placer inconmensurable, una voluptuosidad baudelairiana. ( PVP : 49 € )

De color rubí granatoso de capa media-alta, extraído, oscuro, tapado. Reflejos aranjados y rojizos, brillante, limpísimo. Borde medio, cobrizo, con abundante lágrima. Sensación de grosor.

Aromas de fuerte intensidad y un marcado carácter varietal. Resplandece la tempranillo con aromas florales, caramelo de violetas, frutos maduros (ciruela en compota, picotas) matizada por un suave aporte de vainilla y tabaco inglés. Retiene un deje ligeramente vegetal, a maceración, escobajos, que nos indican lo todavía juventud del vino. Crece muchísimo al ir tomando aire y se viene para arriba. Necesita de espera. Cada vez más armado, con mayor expresión de la crianza en madera. Salen notas de toffee, dulce de leche, finos lácteos, manteca de cacao, seguidos por un profundo especiado y notas de orden animal, cuero viejo, pesebre.

En boca es voluminoso pero de tacto sedoso, grueso, muy marcado por la crianza que no ha acabado de integrar plenamente. Aún le quedan unos años para ello... Hay una cantidad sorprendente de fruta madura, apenas reducida por los años, que desprende un punto dulzoso de calidad. Sabroso, lleno, concentrado, especiado, dotado de una estructura de vino "moderno" y de una acidez que sí nos indica que estamos en casa de Murrieta. Tiene alguna arista por corregir pero el conjunto está muy conseguido.

Un Castillo Ygay gozoso que recupera parte de las maneras de esta gran marca y que supone un salto cualitativo respecto a las cosechas de los 90. Un vino con mayor poso y empaque que en las últimas ediciones y que no renuncia a las raíces de la marca. Muy difícilmente en el futuro alcance los niveles de excelencia de los antiguos Castillo, auténticos faros con los que orientarse para el resto de bodegas riojanas, pero al menos tenemos la impresión de estar ante un vino de gran altura, elaborado con cuidado y cariño. Y en esto mucho tiene que ver la gran cosecha de 2001. Un Murrieta que vale mucho la pena. Será interesante seguirle la pista en los próximos años y ver cómo va haciéndose adulto. Hay materia prima de la buena pero es una incógnita si llegará a "viejo" en buenas condiciones. Tiempo al tiempo.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/01/castillo-ygay-2001-gran-reserva-especial.html

Empecemos por el final, por las sensaciones que persisten y que alientan el recuerdo. Frutal, terriblemente frutal después de 12 años escondiéndose con 31 meses entre maderas. Una lección a la actual y mediática hojarasca. Posgusto larguísimo, bestial, con gran acidez, muy elegante y equilibrado. Retronasal con inicios de tabaco inmediatamente dominados por la fruta. Toques de regaliz y chocolate con suaves recuerdos de naranja. Envolvente, complejo, sutil y de trago larguísimo. Maduro pero muy fresco.

Al aire con buena intensidad, frutillos rojos maduros, chocolatina de naranja, suave mineralidad y desarrollo muy perfumado. Balsámico con chispitas de regaliz.

Se viste de picota con ribete anaranjado, bien cubierto, lágrima densa y transparente, muy limpio, brillante y terriblemente vivo.

Por supuesto que necesita un buen rato de oxígeno y no dejéis de olfatear el corcho. Un grande en su plenitud.

www.losplaceres.direcciona.org

Picota brillante de capa media
Aroma de buena intensidad, cálido, fruta roja pequeña, regaliz, madera, va evolucionando a cueros finos, tinta china con ligeros recuerdos balsámicos. Complejo.

La boca tiene un cuerpo bastante potente, mucha acidez que le da una gran frescura, tiene estructura y es ancho. Expresividad notable con relieve, muy complejo, noble, muy riojano.

No es exactamente un Rioja "clásico", pero se nota perfectamente dónde viene y que no ha perdido sus raíces. Gran vino.

Vino color picota madura con ribete rojo e irisaciones teja, capa media, limpio, brillante y lágrima en abundancia.
En nariz con buena intensidad, fruta sobremadurada, con especias dulces muy agradables, matices amielados, platano y evolución hacia tabaco picado, café sin tostar y suaves tostados. Aporta una gran complejidad en nariz, bouquet excepcional.
El paso por boca, calido, amable, sabroso, elegante, seguimos con esas frutas dulces entremezcladas con especias, buena acidez, equilibrado, complejo, con unos taninos terrosos o mas bien aterciopelados, sabrosos y dulces. Está muy bueno el vino y muy bien ensamblado.
Retronasal, mermelada de frutas.
Posgusto, medio y bueno.

Rojo granate, ribete terracota, bellísimo, con pinta de rioja viejo (¡qué listo soy!)
Lágrima gruesa y veloz, medio teñida. Capa media.
Nariz de frutas compotadas, regaliz, agua de rosas, cedro y tabaco.
Entrada afilada, paso agudo y recio, pero elegante. Astringencia perfecta pero acidez marcada. Final largo y, otra vez, ácido.
Recuerdos a frutas rojas (cerezas) y orejones.
No percibí el aspecto animal que leí en las catas de los foreros y que mi padre si destacaba al compartir conmigo otro trocito de vida MARAVILLOSA, a través de este vino.

VISUAL: Capa media, de color cereza con un borde atejado.
OLFATIVA: Con buena intensidad inicial, destaca una buena carga frutal, fruta muy madura, casi pasa, notas de cuero, maderas y especies. Al agitar la copa destacan mucho los especiados, las maderas, notas terrosas, incluso balsámicos y los terciarios pasan a un plano secundario. Nariz compleja y muy interesante, aparecen fondos de cacaos, cafés, chocolates, manteniendo siempre la fruta.
GUSTATIVA: Ataque sedoso, con volumen pero muy equilibrado, de taninos sedosos. Goloso, sabroso, elegante, con notas de vainilla y fruta muy madura. De recorrido bastante largo.

Rojo rubí con cierta intensidad, borde teja, y una lágrima fina que cae con lentitud.
Aroma intenso, de especias y maderas nobles, clavo y enebro, cedro... tabaco, pasas, hoja seca, cuero curtido, fondo ajerezado y de buena complejidad.
Tiene cuerpo, taninos sentidos y acariciantes, con el paso seco de la madera y una buena carga de especias dulces que se pegan a las paredes de la boca convirtiéndolo en largo.
Con potencia y potencial de guarda, pero ya me parece más viejo de lo que es. Poca o nada fruta le noto. Distinto al 98.

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