Granate de capa media con tonos rubí y ribete atejado. Limpio y brillante. Lágrima abundante, densa y casi transparente.
Nariz intensa, con mucha fruta roja madura, flores de colores, laurel, mineral, humo, avellana, madera.
Ataque también intenso, sabroso, bien de acidez, algo secante, bastante largo.
Picota, borde del mismo color. Limpio y con brillo. Capa media-alta.
Fruta negra, aceituna y tapenade, sangre, abundante dosis punzante, café amargo, algo de barrica y mucha mineralidad. La verdad es que es una fase que despliega matices variados.
La boca se encuentra a medio camino entre tradición y modernidad: hay mora y grosella, hay algo de madera, el alcohol todavía tiene que acabar de integrarse, pero sin embargo, el paso no atosiga, muestra acidez y frescura y carácter riojano. Además, tiene fuelle para aguantar algún tiempo más.
Postgusto largo y especiado.
Me ha gustado.
Hoy vamos a abrir este reservita de las bodegas Marqués de Murrieta. La verdad es que nos aborda el dilema de si estaremos o no cometiendo un "infanticidio". Salgamos de dudas. Abrimos la botella y la dejamos respirar por espacio de una hora. Tapón excelente tintado tan solo en su base. Catamos a 18°C.
VISUAL: De color rojo picota de capa media-alta, con un luminoso ribete rubí. Lágrima abundante, densa y transparente (91).
OLFATIVA: En primer término encontramos deliciosas notas de fruta negra en compota y finos tostados. Al agitar la copa asoman aromas especiados de fenogreco y canela, herbáceos de té negro, apuntes balsámicos, regaliz y una buena pátina terciaria: chocolate negro, café torrefacto, cuero curtido y duelas envinadas. Bien de complejidad y de mediana intensidad (87).
GUSTATIVA: En boca nos encontramos con un vino de gran amplitud, muy frutal, de acidez alta y con sus taninos a medio pulir. Posee cuerpo, bien estructurado y elegante. En retronasal hay recuerdos a mermelada de moras, apuntes minerales de arcilla húmeda, flor marchita y una gran presencia de la madera. Su persistencia es de casi tres minutos. En plena fase ascendente, fruta y barrica ensamblándose poco a poco y creando un gran vino. Calculo que alcanzará su clímax en unos cinco años. Un vino con mucho potencial, con la clase indiscutible que siempre atesoran estos Murrietas (90). Infanticidio... no, definitivamente no. En este caso se bebe con mucho placer, aunque sin duda sí mejorará.
La RCP la considero muy buena. Cuesta en torno a los 16-18 euros.
MARIDAJE: En la primera ocasión lo acompañamos de nuestro surtido de ibéricos y en la segunda con una merluza a la albahaca y arroz especiado. Con el 5 J´s y los embutidos espectacular como siempre. Respecto al maridaje con el pescado fue realmente sorprendente ya que las notas herbáceas de la merluza y los apuntes especiados del arroz armonizaron deliciosamente con todo lo que nos ofrecía nuestro reserva, armonía por doquier.
Salud-os!!
Un Murrieta siempre es de claidad y este vino, aunque joven todavía es redondo y elegante con un color rojo picota con un ribete violáceo. En nariz aromas a fruta roja madura, y un toque floral. Notas de regaliz, especias y frutos secos y un final de madera ahumada. En boca es elegante, delicado, amplio y con los taninos maduros, a pesar de su juventud. Muy rico y sabroso.
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