Chateau Ygay 1952
Chateau Ygay 1952
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Precio aproximado
Precio Aprox:
Desconocido
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.6
/
98
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
5,0
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Opiniones de Chateau Ygay
OPINIONES
2

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.

Con buena intensidad en nariz pero de lento desarrollo, a pesar de decantar con una cierta antelación estos son vinos que requieren de mucho aire para expresarse. Cerrado inicialmente, poco a poco se va expresando con complejidad, notas de una fruta roja bien madura pero presente, un marcado fondo especiado y mineral, granos de café, tabaco de pipa, maderas nobles, mina de lápiz, incipientes recuerdos animales, caza de pluma, faisandé, piel curtida, ahumados. Complejo y con una enorme paleta por desarrollar.

En boca muestra ese peso y esa viveza tan típica de los viejos Ygay, excelente acidez y un paso redondo y profundo, poderoso y estructurado, con mucho recorrido por delante. Final de gran longitud que nos deja recuerdos frutales, especiados y minerales, con un tanino todavía presente aunque ya bastante bien integrado.

Muchas ganas teníamos de probar esta añada de Ygay que se corresponde con el centenario de la bodega, siendo etiquetado con la primigenia denominación de “Château Ygay”. Más de 30 años de crianza, casi 40 en bodega, otra forma de hacer las cosas que hoy en día no tiene cabida pero que desde luego es símbolo de grandeza y categoría. Quizá un poco por debajo del 42 (la perfección) y del 59 (el enterrador), tampoco tiene el misterio del 25 o la enorme elegancia del 68, pero lo que sí que es cierto que tiene un poco de todos y se encuentra a un nivel excepcional. Junto con los grandes Vegas, los mejores tintos nacionales.

Vino conmemorativo del centenario de la bodega, salió al mercado en 1989, 37 años después de la cosecha!!! 8.356 botellas con la etiqueta y marca que lucía en sus orígenes allá por 1877, “Chateau Ygay”.

Color rojo cereza bastante cubierto para su edad, con ribete rojizo anaranjado, bastante limpio.

En nariz presenta esos aromas un tanto sucios, reducidos, de carne cocida y notas almizcladas y un punto dulzonas, pero nada hace presagiar que no sea otra cosa más que está necesitado de tiempo para sacar lo que lleva dentro. Efectivamente, pasada una hora larga, el vino empieza a dar síntomas de clara mejoría, va limpiando aromas y comienzan a aparecer notas frutales, que irán ganando protagonismo progresivamente, notas animales (caza) y especiadas (clavo, pimienta), toques metálicos. Calidad y complejidad.

Boca sabrosa, grasa, con una fruta muy madura que sigue mandando sobre los matices especiados, finas maderas, con una acidez envidiable marca de la casa, taninos elegantísimos, notas de monte bajo y trufa. Final muy largo y persistente que deja un rastro especiado y fresco, delicadamente balsámico.

Otro vinazo de lujo este Castillo Ygay del 52, quizás más hecho, con menos nervio que ese 42 que tanto placer nos ha deparado las veces que por fortuna lo hemos probado.
Para mi no hay duda: estos vinos están en la cima del vino español (y mundial). Son escasos y cotizan alto, cierto. Pero si los comparamos con otros de países vecinos, sigo pensando que los grandes vinos viejos españoles son un “regalo”.

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