Marqués de Murrieta Etiqueta blanca 1970
Marqués de Murrieta Etiqueta blanca 1970
FICHA TÉCNICA
D.O./Zona
Pais:
España
Tipo de Vino:
Tinto
Crianza:
Con crianza
Varietales:
50% tempranillo, 40% garnacha, 10% mazuelo
Precio aproximado
Precio Aprox:
De 50 a 99,9 €
PUNTUACIÓN
Nota de cata NOTA MEDIA:
9.15
/
96
Nota de cata CALIDAD-PRECIO:
10,0
ELABORACIÓN
La mayoría de la tempranillo procede de diversas parcelas propiedad de la bodega, así como de pequeños productores cercanos a Logroño. La garnacha viene de productores de la Rioja Baja. Permanece durante un mínimo de 12 meses en grandes depósitos de madera vieja de la época fundacional hasta finalizar la fermentación maloláctica. Trasvasado a otros depósitos (madera y hormigón) en los que reliza la fermentación maloláctica y reposa antes de ser trasegado para su posterior crianza. El vino madura entre 30 y 38 meses (en esta añada concretamente 36 meses) en barricas usadas de roble americano de 225 litros. Trasegado una vez cada 6 meses. Filtrado con membrana antes de ser embotellado directamente de la barrica en 1975. Un mínimo de 18 meses de guarda en botellero en los calados de la bodega antes de ser comercializado.
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Opiniones de Marqués de Murrieta Etiqueta blanca
OPINIONES
4

Ganas le teníamos a este Murrieta, viejunazo comprado en 2017 y aguantado en nuestra bodega estos seis años. Los Etiqueta blanca vienen a ser la tercera marca de la época, y en esta ocasión es tempranillo con un 40% de garnacha, elevada proporción, lo cual nos encanta. Con 48 meses de barrica, en su contraetiqueta pone "crianza", siempre da un poco de risa):. Botella con la etiqueta un tanto decolorada ya, pero con un nivel de líquido bastante bueno, apenas 2 cms por debajo del corcho. Abrimos la botella y en esta ocasión el tapón se nos partió en dos, incluso usando el abridor de lamas (a veces pasa). Tras varias peripecias lo resolvimos del mejor modo posible. Corcho totalmente humedecido en toda su longitud. Lo dejamos abierto dos horas y media antes de proceder con su valoración a 17°C.

VISUAL: Rojo picota de capa media alta, con el ribete amplio en tonalidades tejas, ocres y anaranjadas, 53 añitos dejan huella. Su lágrima es abundante, esbelta, rápida y transparente (94).

OLFATIVA: Magnífico, tiene ese puntito dulzón de aromas acompotados típicos de los viejunos riojanos. Hay mermelada de fresa, compota de melocotón, arándano negro maduro... muy frutoso de entrada pese a su edad. Agitamos y resulta muy agradable, desprendiendo fragancias de flor marchita, especiados de canela y vainilla, junto con notas tostaditas de gran elegancia. Volvemos a agitar y apreciamos terciarios de chocolate negro, cuero curtido y caja de puros, con una madera delicada y elegante, del tipo ebanistería fina, perfectamente ensamblada con la fruta. La intensidad es media, pero su complejidad aromática brutal (91).

GUSTATIVA: Pegada típica de los riojas del 70, con una acidez que descoloca, impresionante. Pese a su escaso 12.5% de alcohol se siente licoroso, con un paso por boca alcohólico y de tacto cremoso, con un tanino dulce, subiendo de tono poco a poco tras cada sorbo. Sensación de vino en estado mesetario, totalmente estabilizado, con una acidez que le augura larga vida. Ahora asoman notas de fruta fresca, increíble, fresa y frambuesa, qué joven se mantiene amigos. Retronasal que nos trae fragancias de flor marchita y hojarasca seca, mientras que en el post-gusto nos viene un puntito fúngico de trufa negra, algo de chocolate negro y poco a poco, las notas de duelas envinadas erigiéndose en protagonistas, roble y alcohol en absoluta sintonía. Brutal, lo que más impacta es su pegada, sin ser excesivamente complejo, pero intimida en boca con esa increíble acidez tan típica de los vinos riojanos del 70. Persiste unos dos minutos en boca. Me alucina su carácter y el modo en el que se presenta, te deja fuera de juego, una delicia amigos (92).

La RCP fue excelente. Pillamos esta botella en 2017 por tan solo 10 euritos. Nos queda otra botellita agenciada en 2022, ésta ya por 22 euritos.

MARIDAJE: Lo abrimos con unos frijolitos con longaniza, costilla y entrecote. Otro día acompañó un Cowboy steak al romero con pimiento, papas y all-i-oli, y nos lo terminamos con un fantástico arroz al horno que quitaba el hipo. Destacaremos el maridaje con el arrocito, sabores cárnicos y especiados que armonizaron espectacularmente con las notas frutosas y amaderadas de nuestro reservita riojano. ¡Qué vinazos estos viejunos por Dios!

VIDEOCATA:  https://youtu.be/EwoaCOlNynM

Salud-os!!

Botella bordelesa estándar con etiquetado de fondo blanco de Marqués de Murrieta Ygay Etiqueta Blanca.

Vino de 48 años y con 43 de estancia en botella (embotellado en 1975).

Tercer vino de la época después de Castillo de Ygay GR y el Reserva Especial de Murrieta. Era, por entendernos, su Vino de Crianza de la época (y hablamos de 30 a 38 meses en barrica, más que muchos Grandes Reservas actuales).

Corcho que se queda entero dentro de la botella pues, al intentar extraer con sacacorchos de láminas, éste se introduce entero para adentro (para esto existe el sacacorchos Durand precisamente).

Abierto y decantado 3 horas antes de disfrutarlo. Servir mejor a unos 16-18ºC.

Visual

Cereza cobrizo con reflejos ocres, capa entre media y media-baja, ribete anaranjado-atejado-transparente, limpio, brillante y de fina lágrima de lenta caída. 

Muy buena visual para un vino que se acerca a su 50 aniversario. (9)

Nariz

De buena intensidad a frutillos negros y rojos ácidos, especias, tostados, balsámico-mentolados, toques de madera vieja, tabaco rubio, algo de setas y champiñones, cueros, notas de pólvora, flores marchitas y un buen punto herbáceo-mineral.

Nariz intensa y de buena complejidad para lo que era un Crianza de la época, con aromas muy bien definidos que mejora con la aireación y con algo más de temperatura en copa (mejor 17ºC que 14ºC). (9,1)

Boca

La boca es fresca y sabrosa, de buen volumen, muy buena acidez, tanino pulido pero firme, estructura impecable, medio cuerpo, redondo y equilibrado. Paso por boca mentolado, especiado y herbáceo.

Final largo con un postgusto mentolado y balsámico impresionante; la retronasal nos trae sensacionales recuerdos de descriptores de la nariz dejando una impresión fantástica en boca. (9,4)

Gratísima sorpresa de un 1970 de Murrieta que, sin ser Gran Reserva, ni Ygay ni Reserva Especial, ni ser el más complejo, es de los mejores 70 que he bebido últimamente.

Su PVP actual ronda los 90€ aunque en mi caso pude conseguir las botellas por algo menos de 24€ cada una (digo las porque me quedan 2 más de este mismo vino y añada). Excelente RCP viendo el resultado casi 50 años después.

De color rubí rojizo de capa media, muy claro, limpio, aunque presenta una buena cantidad de precipitado totalmente adherido a la base de la botella. El vidrio está tintado de materia colorante, opaco, con apariencia de haber sido esmerilado. Reflejos vivos, brillantes, ambarinos y rojizos. Borde amplio, atejado, marcada respecto al menisco.

Al abrir se expresa sin problemas: ordenado, entero, apenas terciario en aromas, sin que desarrolle la habitual carga de fúngicos o maderas nobles. De alma "garnachera", desinhibido, generoso, maduro, rayando en lo licoroso, adornado de suaves notas tostadas de la barrica que se funden en el cremoso de la manteca de cacao, toffee, vainilla: un caramelito!!! Resultón, con bastante presencia aunque ajeno a cualquier tipo de pretensión o sutilidad.

Fresco, limpio, sano, muy sabroso, con una acidez apegada al conjunto, de enorme equilibrio y una dosis de madurez palpable en todo momento. Da buenos resultados a cualquier temperatura de servicio. Uno de los vinos más complicados de ubicar por su juventud y franqueza. Quién diría que estamos ante un vino con 45 castañas de vida!!! En su contra penaliza la ausencia de complejidad. En todo caso, se trata de un excelente tercer vino de Murrieta. Ojalá los actuales reserva sean capaces de llegar a la edad de éste en iguales condiciones.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/12/marques-de-murrieta-etiqueta-blanca-1970.html

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media.
Nariz de media intensidad y con una enorme limpieza, sin apenas síntomas de cansancio. Notas de frutas en licor, guindas, un fondo especiado muy sutil, balsámicos, regalices, ahumados, con un mínimo recuerdo terciario de notas animales de caza de pelo y piel curtida. Sutil, elegante, perfumado.
En boca resulta encantador por su equilibrio, es un auténtico “vino fino” de la época, acidez viva, mucho balance, es ligero y elegante pero no carece de pegada, largo el final y quedando recuerdos de frutas en licor y especias. Tanino perfectamente integrado en un conjunto que resulta encantador.
El “criancita” de la época que 45 años después nos da toda una lección de honestidad enológica, de cómo elaborar un Rioja de verdad sin partir de las mejores uvas y sin largas crianzas, un vino que desde luego da mucho que pensar, pero sobre todo que disfrutar. La Rioja es lo que es por estos vinos. Excelente.

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