Tremenda rareza, Murrieta dejó de producir rosados a principios de los 80.
Color rosa marronoso brillante.
Aroma un tanto ajerezado al principio, recordando un tanto a un amontillado jerezano, abriendo con la aireación hacia puntas golosas y ligeramente cítricas, con muy buena acidez en boca y notable complejidad, disfrutable y muy interesante.
Un vino "exótico" y que fue un placer poder probar.
Rosado piel de cebolla, ligera turbiedad.
Buena intensidad en nariz con notas ligeramente oxidativas, toques de fruta licorosa, piel cítrica, ahumados, especias, un marcado fondo balsámico, mieles y maderas finas. Con más aire surge una fruta muy compotada.
En boca sorprende por su fuerza, es un vino todavía refrescante, directo y equilibrado, mantiene acidez y su paso es redondo y directo, dejando en el final recuerdos de frutas maduras y especias, con esos tonos ahumados. Buena persistencia.
Estos rosados viejos riojanos son una auténtica rareza y un estilo único e inimitable, tan solo Tondonia hacía uno parecido pero que en copa es distinto a este de Murrieta, un vino con fuerza y un nivel más que destacable. Gran sorpresa.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.