Uno de los grandes en su plenitud

Empecemos por el final, por las sensaciones que persisten y que alientan el recuerdo. Frutal, terriblemente frutal después de 12 años escondiéndose con 31 meses entre maderas. Una lección a la actual y mediática hojarasca. Posgusto larguísimo, bestial, con gran acidez, muy elegante y equilibrado. Retronasal con inicios de tabaco inmediatamente dominados por la fruta. Toques de regaliz y chocolate con suaves recuerdos de naranja. Envolvente, complejo, sutil y de trago larguísimo. Maduro pero muy fresco.

Al aire con buena intensidad, frutillos rojos maduros, chocolatina de naranja, suave mineralidad y desarrollo muy perfumado. Balsámico con chispitas de regaliz.

Se viste de picota con ribete anaranjado, bien cubierto, lágrima densa y transparente, muy limpio, brillante y terriblemente vivo.

Por supuesto que necesita un buen rato de oxígeno y no dejéis de olfatear el corcho. Un grande en su plenitud.

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  1. #1

    José Gabaldón

    A mi tambien me encantó cuando lo probé, de hecho tengo un par de botellitas guardadas para dentro de unos años...
    Un saludo.

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