De color doradito, limpio y brillante. Su nariz es especial, muy peculiar, inicialmente de notas a barniz y a frutos secos como a almendras que recuerdan a algunos blancos de Francia, esos toques salinos muy peculiares son finos y nada molestos, para luego dar notas de fruta blanca madura, cítricos, notas frescas vegetales. En boca tiene un ataque fresco y estructurado a su vez, tiene volumen y una acidez que le augura larga vida, tiene buen recorrido y mucha longitud. Recomiendo decantar ya que yo no lo hice y lo eché en falta, aún el vino se encuentra algo dominado por la barrica y con la oxigenación se integrarán sus atributos. De la añada que es no tengo ni idea, lo compré en Celler de Gelida el verano pasado, por eso pienso que puede ser del 2006.

Lo probamos un grupo de amigos en Pontevedra este verano. Quedaban tres botellas y nos cedieron una.

A este vino le rodea casi una leyenda sobre su crianza a 19 metros bajo el mar (hay quien dice que no, pero dejémoslo así). Lo cierto es que las cepas en Meaño están muy próximas al mar (a unos pocos metros).

En nariz presencia salina, algas y mar. Cuando se abre un poco resalta la fruta madura. Realmente sorprendente.

Poca acidez a diferencia de la mayoría de albariños (aunque está fuera de denominación)

Precio: 40 euros

Foto:
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Curiosidades
El nombre es un homenaje al local londinense Sketch

Gran vino y especial de Raul Pérez. No tiene añada como tantos de este viticultor. Pero el vino es excepcional. Las uvas proceden de cepas de albariño entre 60 y 80 años en la zona de Meaño y lo excepcional es su crianza no sólo en las barricas que intenta que la madera no oculte el viñedo, si no su crianza en botella a 19 metros bajo el mar. Vino submarino? Excentricidad? Puede ser, pero es un vino fantástico. Uno de los mejores vinos blancos españoles que yo he probado. Vino complejo y diferente de lo habitual del albariño. No sé si su crianza en la ría lo hacen tan complejo y cremoso, pero vale la pena probarlo.