Amarillo pálido, aspecto brillante, destellos dorados.

Aquí nos encontramos ya con unos aromas que no dejan a nadie indiferente: pétalos de rosa, litchies, registros "amoscatelados", floral, melocotón en almíbar..todo ello en buena "caudalía".

En esa línea de aromas, pasa el vino por boca, desplegando notas de miel, azahar, flor de acacia, es un vino de tacto ligero no muy sobrado de acidez y que divide en dos bandos a sus consumidores: o se ama o se odia. Particularmente le veo algo cálido y un poco desmesurado.

...en el Somontano parece que es posible.

Color amarillo pajizo con destellos verdosos, limpio y brillante. En copa ya se nota su densidad.

En nariz muy aromático, parece un perfume, rosas, almibar, vainillas y miel.

En bocas es untuoso, estructurado, voluminoso, con buena acidez que le da frescor pero aún así es un vino que cansa y cuesta acabarse la copa.

Un vino que la nariz parece sacada de un set de esos de aromas artificiales y una boca que cansa de lo golosa que es. Hace años que no lo probaba y la verdad que lo recordaba de otra forma.

14.5 grados en esta botella, a diferencia de la ficha. Y decir también, que me cuesta más de esos 9'95 €.

Dorado-verdoso brillante y de glicerinoso movimiento, lágrima densa.

Aroma potente, insistente fragancia floral, jazmín, mucho almíbar, cítrico muy dulce. Como un moscatel, pero a lo bruto.

Untuoso en boca, amielado, naranja escarchada, con buena acidez, persistente.

Excesivo, demasiado exuberante. Diría que incluso algo artificial en sus notas.

Un aperitivo macanudo, ché, el que disfrutamos el otro día con este delicioso gewürztraminer del Somontano.

De color amarillo pajizo atenuado, con destellos verdosos y acerados. Limpio y muy brillante.

En nariz es fragante, casi obturante. No destaca por su complejidad (tampoco se queda corto), pero, como decíamos, sí por su intensidad. Florees: rosas, rosas y más rosas. No se cansa uno de olerlas. Fruta blanca almibarada. Miel. Y vainilla. Un perfume.

En boca es más fresco de lo que podría parecer en la nasal, pues esos dulzores presagiaban empalago. No podemos decir que sea un vino ligero y ágil, pero de empalago, nada. Sabe parecido a como huele: agua de rosas muy marcadas, toques de miel, de fruta blanca almibarada y esas especias, ahora en forma de ¿pimienta rosa?

Me hizo pasar un buen rato la cata de este vino.

Vino catado en las Sesiones de Cata celebradas en Le Bouquet Reserva Privada por el equipo de cata y análisis de taninotanino y AkataVino

Acerca de la cata...

Una cata entorno al arte, con invitados en la mesa técnica versados en cultura y artistas en sus estilos, que hemos querido hacer partícipes del vino, y que nos comenten sus impresiones desde el punto de vista de un simple consumidor con dosis altas de sensibilidad debido a su profesión. Agradecimientos a la familia Carmona por la cita y por explicarnos la fusión entre pintura, flamenco y vino.

Análisis y cata...

Enate arrasa en intensidad aromática con una añada sensacional en frescura. Notas de cítricas de pomelo, acompañadas por apuntes balsámicos de menta fresca que forman un bonito conjunto a la fruta exótica amarilla (piña, maracuyá) y camomila, en boca aparece el peso de la pera de agua, sensaciones de melocotón en almibar. Un blanco a la vez que maduro-fresco. Graso en boca con notas salinas en su final, y dulces en su ataque, untuoso y contundente, con un final fino y largo, donde las notas frescas vuelven aparecer.

Creamos momentos del vino, creamos emociones. Momento Enate Gewürztraminer...

Un vino que por su contundencia requiere de buenos platos para acompañar, un vino que respira y se mueve por diferentes estaciones, ideal para primavera y otoño, resultando sorprendente en verano por su frescura y en invierno por su peso.

Aunque ni siquiera sé si está ya en el mercado, me supongo que sí ya que su hermano joven de la misma añada Chardonnay si lo está. Este vino lo probé en la feria del Gourmet 2012 en Madrid. Yo creo que es, de largo, su mejor añada de este varietal.
Nunca, y lo remarco, nunca he percibido potencia aromática parecida en ningún vino blanco que haya probado, ni tan siquiera en un moscatel o muscat. Tampoco podía creer que esa potencia describiese cuadro o paleta aromática semejante. Y, por si fuera poco, el abanico floral era espectacular, hasta el punto de que si me hubiesen caído unas gotas en la camisa o en el pelo no me hubiese importado.
El vino tenía un color amarillo pajizo muy intenso y limpio.
La nariz también aportaba notas amieladas (mil flores),alguna nota cítrica, hierbas de tocador, escondidas formas tropicales y ligerísimas notas almizcladas.
Boca fresco, sabroso, cierta untuosidad, muy equilibrado y fino, buena persistencia.
Tengo que volver a probarlo para ver si me reafirmo en mis percepciones.
Mi impresión general es que estamos ante una añada excepcional, una vinificación impecable y un vino tal vez en su mejor momento, o no, por lo que tendré que hacerle un férreo marcaje por si se viene abajo antes del verano o su evolución en botella nos lleva a otras dimensiones del espacio-tiempo vitivinícola. De momento seré tímido en la puntuación, como siempre.