Abierto 1 hora. Decantado. Muy buen corcho, tintado un 1/3.

Visual: rubí oscuro. Amplio ribete rosaceo degradado. Destellos cobrizos y tejas. Capa 1/2. Ligerísima turbidez, que no molesta. Ligeros precipitados de pequeño tamaño.

Nariz: Fruta negra madura, casi en compota. Notas florales rojas marchitadas. Leves notas de anisados y licor. Nuez moscada y pimienta rosa. Y un elenco de terciarios para recordar: cueros curtidos, caza, hebras de tabaco rubio, duelas envinadas, ebanisteria, trufados, leves notas de carbón. Un retorno al clasicismo de la casa. Fabuloso.

Boca: Un vino con un mimbre y espinazo firmes. Sólido pero, a su vez, atercipado. Pulido y absolutammente redondeado. Y que, sobre todo en las primeras copas, sigue recordando que "muerde". Fantástico final.

Todas las decádas de la historia de vega sicilia (por lo menos desde las que conoce quien suscibe, la de los 50) han venido teniendo un clásico -o varios- que han marcado el clasiscismo como "impronta" de la casa (los 53, 58 ó 59, el 64 ó 70, el 73 y el 76, o el 81, el último -en mi opinión- gran clásico).

Y esto es lo que es, también EMHO, el 95. Después de la decepción del 90, lo justito del 91 y el "pinchazo" del 94, bueno ha sido encontrar los 96, 98 y 99. Y también, por supuesto, este 95, que me ha retrotraído a ese 1981, a ese clasicismo de frac que, de tanto en cuanto, nos ofrece esta descomunal bodega.

Un vino para disfrutar, para conocer la esencia del buen hacer.

Prohibido en reuniones navideñas multitudinarias. Si lo tienen, aprovechen este año para disfrutarlo. :-)

165 e (de aquellos tiempos, por supuesto).

Otra botella disfrutada y para no variar un vino de sobresaliente alto.

Los aromas son de mediana-alta intensidad y destacan los frutos variados con excelente madurez y vairedad, balsámicos, bollería fina, flores, etc. etc., nariz muy compleja y super-agradable.

En boca es bastante elegante, el paso de boca con mucho redondeo y armonía, todo en equelibrio y simetría, final largo y con buena persistencia.

Sigue siendo un vinazo, pero esta botella ha bajado bastante de calidad con respecto a la anterior.

Vino extraordinario en todos los sentidos, aroma inmenso que se inicia con una amplia gama de balsámicos, incluso menta, que va evolucionando poco a poco hacia fruta roja intensa, con tendencia a cerezas sin serlo del todo, siguiendo por valores terrosos y orgánicos.

La boca es potente amplía, definida con trazos firmes y rotundos, muestra la tendencia barroca en la casa. Vino señorial y elegante, redondo y equilibrado. Un verdadero placer

Es otra botella que te abre de par en par el corazón, denso su tacto, expresandose en nariz con la fulminante tempranillo, con aromas de fruta negra, violetas con toques minerales y una mezcla de especias. El recuerdo de fruta roja, grosellas y otras bayas, el perfume de tabacos,aceites...
Un vino carnoso, con taninos con final de regaliz y algun confitado. Una gran experiencia.

Catado en 9º Encuentro Verema.
Fruta roja, cítricos, especias, tabaco rubio...
En boca, muy rico y elegante, taninos sedosos, excelente acidez, cuero, ebanistería...

Dos años y medio después vuelvo a disfrutar de una botellita y... ¡cómo ha cambiado la cosa!

De mi conclusión anterior ("bueno, pero esperaba más") tengo que pasar, tras este tiempo a decir que me ha convencido.

No es un vino que me emocione de verdad, quizás por el exceso de altura de las expectativas con las que siempre lo afrontas, pero es innegable que es un gran vino, de complejísima nariz (trufa y tierra mojada, licor de guindas, cereza muy madura, ciruelas negras, chocolate y regaliz), excelsa boca (plena y redonda) y gran longitud.

A ver si tengo la fortuna de probarlo dentro de otros dos añitos y esta vez me hace llorar...

En nariz ofrece un soberbio cóctel de frutas (ciruelas y moras) con toques de especias orientales. En el paladar hay elegancia, potencia excelente y opulento en todos sus matices. Es un vino de clase, de precisión, donde los taninos son facilmente masticables pero no dominan la fruta, el toque mágico de Vega Sicilia. Y aveces parece tan silencioso que no dice nada, que se guarda su peso para un instante despues. Así es.

Visual: rojo cereza teja de capa media alta.
Olfativa: fruta roja, caramelo, toffe, café, cuero, notas licorosas, laca de uñas,
notas tostadas.
Gustativa: paso lento, buenísima acidez, muy elegante complejo, buen retro nasal, sabroso, goloso, aterciopelado, excelente pero creo que seguir evolucionando durante bastantes años a mejor.

Esta botella me ha resultado sencillamente espectacular y nada tiene que ver con la valoración hecha hace unos meses con otra botella de ésta misma añada. Posiblemente no fue conservada de forma adecuada ó simplemente no se le dio el tiempo suficiente de aireación, aunque me inclino más por la primera indicación ya que estos vinos suelo decantarlos con tiempo suficiente.
La botella fue abierta con tres horas de antelación a su consumo.
Aromas de excelente intensidad y complejidad, con frutos negros muy maduros en compota y frutos rojos silvestres con toque licoroso, notas de eucaliptus, tostados, tierra mojada, maderas finas aromáticas, ahumados, torrefactos, caramelos de café con leche y pasteleria, con un fondo mineralizado.
En boca presenta buen ataque, elegante y señorial como corresponde a los de ésta casa, equilibrado, con buena estructura y buen ensamblaje, goloso y con un espectacular final en longitud y persistencia.

Fragante, intenso potente en nariz. Un perfume en toda regla.

Su potencia aromática es inmensa, compleja... con flores, con notas de tierra húmeda, con ligeros tostados, con fruta roja y negra madura, con algo de ebanistería, con ahumados... muy amplio... delicioso.
En boca es muy agradable también. Mezcla de potencia y elegancia casi perfecta. En armonía, todo en su sitio, perfectamente integrado, redondo. Final largo, largo.

Quizás sea un único, único.