Capa media, color caoba no muy intenso con ribete amarillento-ladrillo

Muy cerrado, nariz muy delicada y sutil, , poco expresivo al inicio, gana elegancia con el tiempo, fruta madura, ciruela, notas de vino viejo, fruta roja, especia, cereza en licor, cuero. Recuerda al rioja viejo,  tabaco, café, animales de caza.

Boca muy diferente al 53, boca muy fina, de paso licoroso y sedoso, tanino terciopelo, muchísimo volumen, acidez alta, final largo y mantenido aunque menos intenso que el 53, recuerdos de amapolas, y cereza en licor, peazo joya, hiper delicado en boca, finura máxima.

El 60 tiene más cuerpo que este 64, este 64 es un vino de corte muy riojano en boca y nariz.

Botella bebida casi tres años después, diferente de la anterior, pero también mágica. Esta vez por cortesía de mi amigo Indiana Jones.
Picota cubierto con un sorprendente ribete que no delata sus cincuenta y dos años de vida. Ni excesivamente limpio, ni tampoco muy brillante.
Lo ha sacado a ciegas, y doy mi palabra de honor de que lo primero que he dicho era que se trataba de un Vega Sicilia viejo. Esa persistente acidez volátil con puntas a vinagre bálsámico, la vainilla, los apuntes yodados y la sangre estaban ahí para quien quisiera verlos. Además, fruta negra madura, canela, mina de lapicero, chocolate amargo, mercado de especias, mentolados y unos incipientes terciarios.
Boca titánica. Músculo, poderío y derroche de todo. El tanino aún vivo, el alcohol presente y la barrica en un lugar prominente. Notable acidez. Paso envolvente.
Final muy largo y complejo.
Uno de los mejores Vega Sicilia de la historia. No se parece a nada más, se parece a sí mismo.

Pensamos que esta botella,sin haberse conservado en buenas condiciones,estaba bastante buena.Nos falta probar vinos muy añejos para poder valorarlos.Este 64 tiene un color de capa baja,ribete naranja-caoba-oporto,ligera turbidez.La nariz de alta intensidad con regaliz,licor,tofee,caramelo quemado,cuero,algun aroma oxidativo.Buena acidez en boca,con estructura ligera,toque dulzon.Muy largo.Nos gusto,mas a unos que a otros.Probaremos mas... a ver si aprendemos.

Tapón se rompe al sacar

Color muy bonito, capa media alta, ribete anaranjado, color caoba, fluído si no pensaríamos en un px.

Intensidad media, algo reducido, mucho torrefacto, fruta negra fresca, ciruela y regalices sobre yogures, algo de toffe, muy complejo y profundo en notas juveniles, muy rico en nariz, toques al mover de bergamota y quina, balsámico, parece un Px viejo, muy profundo e intenso con el tiempo, muchísima ciruela fresca , cítrico y regaliz, leve nata, con potencial en nariz. Ciruela Borges y dátiles. Al mover aparece el px viejo, que bueno!!!. Caramelo quemado.

Nariz de personalidad marcada a px, café y torrefacto intensos. Muy goloso.

Boca suave con explosión de bergamota muy alta, muy expresivo y con mucha longitud, acidez muy integrada, tacto sedoso Y amplio, con verticalidad, presencia de vino, muy equilibrado, en su apogeo, mucha fruta, grandísimo paso, fruta madura y menos fresca que su hermano de 1960, pero que sólo da placeres!!!. Cuerpo medio

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.

En nariz nos dio en principio una sensación de ligera oxidación, pero a la hora larga de abrirlo…todo cambió. Intenso y con una tremenda definición frutal, complejo, con ligeros toques balsámicos, un marcado fondo mineral y de ahumados, toques especiados de pimienta y clavo, recuerdos terrosos, regalices, finas maderas, cedro, tabaco, granos de café…en fin, una nariz joven y definida, con solo unos ligeros recuerdos terciarios de piel curtida.

En boca muestra de nuevo su tremenda fuerza, algo increíble en un vino con 50 años. Mantiene una marcada acidez y el paso es directo y redondo, con una gran tensión que mantiene en todo su recorrido. Final largo y profundo dejando de nuevo las sensaciones de frutas rojas, especias y tonos minerales, con un tanino noble y perfectamente integrado. Larga persistencia.

La década 60-70 fue prodigiosa en Vega Sicilia, en especial las añadas pares, de las que, salvo el 60, hemos tenido la fortuna de catar todas. Jamás se ha visto algo igual en un vino nacional, una procesión de cosechas con un nivel legendario que ahora comienza a disfrutarse, siendo el 62 más elegante, 64 más compacto y poderoso, 66 más cambiante y misterioso, 68 es la bestia y 70 es un compendio entre este 64 y el 68, todos ellos son vinos legendarios y que están entre los mejores tintos de todos los tiempos. Nosotros solo hemos tenido la suerte de haberlos podido disfrutar y ahora contarlo.

Picota con trazas negruzcas y borde teja. Capa media, limpio y brillante. Buen corcho, lo hemos sacado de dos veces y seguía firme.
Aromas expresivos desde el principio, la mejor nariz con la que me he encontrado nunca en un tinto. Ensamblada, compleja, masculina y femenina a partes iguales. Moras y ciruelas en licor (parece mentira en un vino con cincuenta años), regaliz, pimiento, grafito, balsámicos, pimienta, notas férricas, café, hojas de sen, carne cruda, caza, cueros, bosque, trufa y humedad.
La boca es increíble. Es cambiante, posee una paleta bestial con fruta roja y negra y terciarios que no invaden. Tiene pegada y potencia pero con elegancia y contención, es terciopelo puro. Paso nítido y con una acidez desbordante, apabullante, grandiosa.
Final eterno que deja una mezcla de recuerdos de los mencionados anteriormente.
Un vino que me ha dejado sin palabras, de lo más grande que he bebido jamás por su cantidad de registros, su frescura, su juventud y su persistencia. Perfecto en todo, esto es empezar bien el año.

Este vino asume una lucha titánica para despertar de sus décadas de aletargamiento, y este fenómeno es absolutamente empírico. Va despertando poco a poco emitiendo bocanadas de olor y luego apagándose, también en boca va mostrando lo que es esporádicamente. Tras muchas horas de lucha despierta, se estabiliza y nos produce un aroma voluptuoso y abigarrado, flor marchita, toffe, caramelo, compotas, madera vieja. La boca es también voluptuosa, barroca, recargada, pero lo que destaca es una estructura de acero fino y cortante, un equilibrio absoluto. Una de las mejores añadas del siglo pasado y un experiencia inolvidable.

Color picota muy oscuro, apariencia de tostado.
Aroma con una fuerte acidez volátil que cuesta que marche. Luego aparece tierra, trufa, fruta negra de alta calidad, membrillo y toffe.
La boca es espectacular es acero puro, con un nervio tremendo, taninos muy potentes, muy expansivo casi se hincha en boca, pero al mismo tiempo es un vino delicado y hasta sútil, la expresión en boca es de acero con tostados muy agradables. Un vino maravilloso, que está mejor en boca que en nariz

Color granate de capa media brillante, con menisco rojizo aladrillado, acreditando en nariz excelentes aromas a la buena fruta negra muy madura, moras y cieruelas sobre un estupendo fondo a miel, caramelo hay sabopres a la baya al cassis al roble, se aprecian otros aromas a mermelada de chocolate y azucar quemada, su paso por boca es redondo, aromático, envolvente con taninos acidos pero suaves casi atercipelado, leve astringencia a pesar de los años pero grandisimo equilibrio, hay tal categoria en sus taninos que con tanto esqueletaje aun evolucionará en botella esta añada, hay recorrido, retronasal frutal y explosivo, rememora en el alma el paladar de la cata con persistencia larga y exquisita, enorme e histórico Ribera de Duero.